En marzo de 1958 comenzó a circular en Londres un breve y muy investigado ensayo intitulado El Imperio Anónimo, escrito por el profesor inglés Samuel Finer. Finer había escrito El hombre a caballo, el papel de los militares en la política. En 1975 publicó Política entre Adversarios.
El Imperio Anónimo impactó a los ingleses. Revelaba que la gran mayoría -casi la totalidad- de los honorables parlamentarios ingleses, Lores o Comunes, había sido colocada en sus mullidos sillones y en las comunes galerías, por la mano invisible de los grupos de presión. Finer mostró que el gobierno de su Majestad Británica era en rigor un Imperio Anónimo dentro del cual se ocultaba una infrangible fuerza de manipuladores e intermediarios de las más importantes industrias, compañías constructoras, fábricas de todo tipo de artículos, desde autos, pasando por telas, alfombras, textiles de lana de altísima calidad, hasta botones. El instrumento de presión, el Lobby, además de gruesas cantidades de libras, proveía de delicadas comodidades a los Honorables Miembros del Parlamento: transportación aérea, alquiler de vetustos RRs, entradas a conciertos y espectáculos. Todo en el sigilo de los pasillos de las centenarias Casas del Támesis.
Lacorrupción en los gobiernos contemporáneos, sean Europeos Occidentales, Orientales, Medio orientales, o de las grandes extensiones la Confederación Rusa, de los países árabes, o los grandes territorios de las Américas del Norte, y en todos los Estados contemporáneos al Sur Suchiate del Río Bravo, hasta llegar a Tierra del Fuego, ha adquirido una fuerza avasalladora. No se salva el profundo oriente. Baste recordar que el robusto joven dictador Norcoreano, liquidó sumariamente a un pariente cercano cuando se enteró de sus pequeños y grandes latrocinios y abusos derivados de su posición familiar y política.
La corrupción es endémica en México. Se concentra en sus más nocivas expresiones en las cúpulas de los poderes privados y públicos, en las casas alternas de los grandes empresarios o de los miembros de las cimas de la política y la administración federal, estatal y municipal. Los civiles, apoyados por la heterogénea élite del poder, le exigen al disciplinado PRI apoyar, a partir de su prematura candidatura, a un honesto, sencillo y talentoso afiliado a Acción Nacional.
Se enfrentarán el primer domingo de julio de 2018. Al primero, afiliado al Partido Acción Nacional, lo apoyala horizontal congregación de dirigentes de los tres Sectores -Popular, Campesino y Obrero- del PRI, su antagónico político, incluido el Presidente exoficio del partido, el actual presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, el licenciado Enrique Peña Nieto. Puede ocurrir que del genuino enfrentamiento salga triunfador quien menos yerros acumula, y más propuestas eficaces de cambio haya dado a conocer desde hace 20 años. Algunos ven la liza como una aberración. Otros, como una sencilla reciprocidad a la aceptación hace 17 años del triunfo de un alto miembro del partido antagonista. Veámoslo como un genuino enfrentamiento de dos hombres que son miembros de verdaderos partidos. Uno ostenta la ventaja de dos arduas campañas sexenales. La experiencia propicia triunfos. En rigor, son dos candidatos que quieren trascender decrépitas inercias sexenales. Uno de ellos ya ha mostrado su incansable voluntad, vitalidad y acendrada inteligencia. El otro, todavía no.
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