/ lunes 30 de octubre de 2017

Advertencia para fiscales incómodos

Es inevitable observar que detrás del escándalo de la remoción de Santiago Nieto Castillo de la Fepade, está la investigación sobre los sobornos que la empresa del brasileño Marcelo Odebrecht empleó para brincarse licitaciones de obras gubernamentales multimillonarias.

La investigación, que se inició en Brasil, tardó en llegar a México, cuando se evidenció que exfuncionarios del gobierno mexicano habían sido sobornados con más de 10 millones de dólares.  Esa investigación de la PGR tiene dos líneas: probables hechos de corrupción y presunto uso de estos recursos en la elección de 2012, en la que contendió Peña Nieto.

Las sospechas brotan cuando Raúl Cervantes, al momento de informar al Senado su renuncia a la PGR, señala que el expediente de la investigación del caso Odebrecht estaba listo.

Al frente de la PGR queda el subprocurador Alberto Elias Beltrán y como primera  acción relevante de su encargo y en relación al caso Odebrecht, determina remover al fiscal de la Fepade argumentando una violación al código de ética y a la ley orgánica de la institución al difundir información que trasgredía el debido proceso.

Es muy obvio que a este encargado del despacho se le encomendó la remoción de Santiago Nieto para ahorrarle al próximo Procurador -que deberá proponer el Presidente al Senado para su ratificación- el costo político de hacerlo.

La sociedad y los partidos de oposición en el Senado nos indignamos ante una decisión autoritaria, no en detrimento de una persona sino de la autonomía e independencia de la Fepade, por lo que solicitamos iniciar el procedimiento para objetar la destitución; como era de esperarse, el PRI y sus aliados impusieron una mayoría para fijar un procedimiento con una votación por cédula, oculta de la vista de la ciudadanía.

Estábamos preparados para el debate cuando fuimos sorprendidos por el anuncio que hizo Santiago Nieto, en el sentido de desistir del procedimiento de objeción que él también había iniciado contra su destitución.

Muchas preguntas están en el aire: ¿existe una investigación seria y confiable sobre estos sobornos? ¿qué motivó realmente a Raúl Cervantes a renunciar? ¿por qué no fincó responsabilidades antes de renunciar, si ya prácticamente tenía el resultado de la investigación? ¿la investigación de la Fepade estaba exenta de presiones? ¿cuál fue el motivo real de Santiago Nieto para desistir de la objeción a su destitución? 

En tanto no haya certezas, lo que impera es la especulación. Por eso no podemos permitir que este asunto se archive en el anecdotario del Senado de la República, como pretende el gobierno, el PRI y sus aliados e insistiremos en objetar la destitución y en que acuda Elías Beltrán a explicar las razones de la remoción del titular de la FEPADE.

Este despido fue una advertencia no solo para quien se designe sustituto de Santiago Nieto, sino para cualquier fiscal -incluidos el Fiscal Anticorrupción  y el Fiscal General de la Nación- que resulte incómodo para el gobierno; esto es inadmisible para quienes juramos respetar y hacer respetar la Constitución.

Los recientes acontecimientos reflejan una cuestión irrefutable: requerimos fiscalías robustas, realmente autónomas e independientes, con libertad absoluta para ser eficaces y doctas al fincar responsabilidad penal a quienes infringen la ley. Hoy no es así.

Senadora por el PRD

@angelicadelap

Es inevitable observar que detrás del escándalo de la remoción de Santiago Nieto Castillo de la Fepade, está la investigación sobre los sobornos que la empresa del brasileño Marcelo Odebrecht empleó para brincarse licitaciones de obras gubernamentales multimillonarias.

La investigación, que se inició en Brasil, tardó en llegar a México, cuando se evidenció que exfuncionarios del gobierno mexicano habían sido sobornados con más de 10 millones de dólares.  Esa investigación de la PGR tiene dos líneas: probables hechos de corrupción y presunto uso de estos recursos en la elección de 2012, en la que contendió Peña Nieto.

Las sospechas brotan cuando Raúl Cervantes, al momento de informar al Senado su renuncia a la PGR, señala que el expediente de la investigación del caso Odebrecht estaba listo.

Al frente de la PGR queda el subprocurador Alberto Elias Beltrán y como primera  acción relevante de su encargo y en relación al caso Odebrecht, determina remover al fiscal de la Fepade argumentando una violación al código de ética y a la ley orgánica de la institución al difundir información que trasgredía el debido proceso.

Es muy obvio que a este encargado del despacho se le encomendó la remoción de Santiago Nieto para ahorrarle al próximo Procurador -que deberá proponer el Presidente al Senado para su ratificación- el costo político de hacerlo.

La sociedad y los partidos de oposición en el Senado nos indignamos ante una decisión autoritaria, no en detrimento de una persona sino de la autonomía e independencia de la Fepade, por lo que solicitamos iniciar el procedimiento para objetar la destitución; como era de esperarse, el PRI y sus aliados impusieron una mayoría para fijar un procedimiento con una votación por cédula, oculta de la vista de la ciudadanía.

Estábamos preparados para el debate cuando fuimos sorprendidos por el anuncio que hizo Santiago Nieto, en el sentido de desistir del procedimiento de objeción que él también había iniciado contra su destitución.

Muchas preguntas están en el aire: ¿existe una investigación seria y confiable sobre estos sobornos? ¿qué motivó realmente a Raúl Cervantes a renunciar? ¿por qué no fincó responsabilidades antes de renunciar, si ya prácticamente tenía el resultado de la investigación? ¿la investigación de la Fepade estaba exenta de presiones? ¿cuál fue el motivo real de Santiago Nieto para desistir de la objeción a su destitución? 

En tanto no haya certezas, lo que impera es la especulación. Por eso no podemos permitir que este asunto se archive en el anecdotario del Senado de la República, como pretende el gobierno, el PRI y sus aliados e insistiremos en objetar la destitución y en que acuda Elías Beltrán a explicar las razones de la remoción del titular de la FEPADE.

Este despido fue una advertencia no solo para quien se designe sustituto de Santiago Nieto, sino para cualquier fiscal -incluidos el Fiscal Anticorrupción  y el Fiscal General de la Nación- que resulte incómodo para el gobierno; esto es inadmisible para quienes juramos respetar y hacer respetar la Constitución.

Los recientes acontecimientos reflejan una cuestión irrefutable: requerimos fiscalías robustas, realmente autónomas e independientes, con libertad absoluta para ser eficaces y doctas al fincar responsabilidad penal a quienes infringen la ley. Hoy no es así.

Senadora por el PRD

@angelicadelap