/ lunes 6 de noviembre de 2023

Agenda Confidencial | El cuento de nunca acabar 

En abril del 2020, cuando el gobierno federal decidió parar la economía del país para combatir el Covid-19, la mayoría de los bancos comerciales que operan en México ofrecieron a sus clientes el “beneficio” de prorrogar, diferir, aplazar sus créditos hipotecarios, de nómina, personales comerciales, de tarjeta de crédito, pymes… hasta por seis meses sin cobro de intereses moratorios, ni cargos por comisiones por pago tardío y sin afectar su historial en el Buró de Crédito.

No pagues nada hasta septiembre; te damos hasta seis meses de gracia y otras frases solidarias, alentadoras y hasta conmovedoras, les hicieron saber los bancos a sus clientes, pero nunca les advirtieron que los meses de gracia podrían convertirse en desgracia al final de plazo, porque su deuda estaría más gorda por los intereses, en algunos casos hasta del 100 por ciento anual.

Tres años y medio después de la crisis económica generada por el Covid-19, el huracán Otis afectó severamente a miles de familias en amplias zonas del estado de Guerrero, empezando por Acapulco, que no tienen ni para comer, y mucho menos para pagar sus créditos de todo tipo que contrajeron con los bancos comerciales, por lo que estos ofrecen a los acapulqueños un esquema de pagos similar.

Por su parte, el Banco de México envió un mensaje alentador a la población del puerto y zonas circunvecinas: Ustedes no dejen de preocuparse, les hizo saber, al tiempo que anunciaba “medidas provisionales” en materia de montos de pago mínimo aplicables a créditos, préstamos o financiamientos revolventes asociados a tarjetas de crédito, emitidos para enfrentar los daños ocasionados por el huracán, pero siempre y cuando las instituciones de crédito así lo consideren y convengan con sus clientes respectivos.

El Instituto Central sugiere a los bancos suspender temporalmente la obligación de requerir el cobro del pago mínimo de las tarjetas de crédito a los usuarios que radican en los municipios declarados como zona de desastre por la Secretaría de Gobernación, y que se encuentren al corriente en sus pagos. Esto permitirá, precisa Banxico, que las instituciones ofrezcan esquemas de apoyo con el fin de que sus clientes afectados tengan la oportunidad de diferir temporalmente el pago de sus tarjetas de crédito. La medida es transitoria y estará vigente del 1 de octubre de 2023 al 30 de abril de 2024, aclara.

Lo que no les dice Banxico a los tarjetahabientes, es que después del plazo de gracias podrían caer en desgracia porque se les van a acumular los montos de sus créditos, los intereses de los mismos, y vivirán eternamente endeudados. El cuento de nunca acabar, dicen los clientes de los bancos en Acapulco, afectados por Otis, que perdieron su fuente de trabajo, su negocio, su vivienda…todo, y que no tienen, ni tendrán ingresos en los próximos seis meses.

De modo pues que, digan lo que digan las autoridades federales, estatales y municipales, sí habrá “amarga Navidad”, amargo Año Nuevo, triste Día de Reyes, doloroso Día de las Madres…

En abril del 2020, cuando el gobierno federal decidió parar la economía del país para combatir el Covid-19, la mayoría de los bancos comerciales que operan en México ofrecieron a sus clientes el “beneficio” de prorrogar, diferir, aplazar sus créditos hipotecarios, de nómina, personales comerciales, de tarjeta de crédito, pymes… hasta por seis meses sin cobro de intereses moratorios, ni cargos por comisiones por pago tardío y sin afectar su historial en el Buró de Crédito.

No pagues nada hasta septiembre; te damos hasta seis meses de gracia y otras frases solidarias, alentadoras y hasta conmovedoras, les hicieron saber los bancos a sus clientes, pero nunca les advirtieron que los meses de gracia podrían convertirse en desgracia al final de plazo, porque su deuda estaría más gorda por los intereses, en algunos casos hasta del 100 por ciento anual.

Tres años y medio después de la crisis económica generada por el Covid-19, el huracán Otis afectó severamente a miles de familias en amplias zonas del estado de Guerrero, empezando por Acapulco, que no tienen ni para comer, y mucho menos para pagar sus créditos de todo tipo que contrajeron con los bancos comerciales, por lo que estos ofrecen a los acapulqueños un esquema de pagos similar.

Por su parte, el Banco de México envió un mensaje alentador a la población del puerto y zonas circunvecinas: Ustedes no dejen de preocuparse, les hizo saber, al tiempo que anunciaba “medidas provisionales” en materia de montos de pago mínimo aplicables a créditos, préstamos o financiamientos revolventes asociados a tarjetas de crédito, emitidos para enfrentar los daños ocasionados por el huracán, pero siempre y cuando las instituciones de crédito así lo consideren y convengan con sus clientes respectivos.

El Instituto Central sugiere a los bancos suspender temporalmente la obligación de requerir el cobro del pago mínimo de las tarjetas de crédito a los usuarios que radican en los municipios declarados como zona de desastre por la Secretaría de Gobernación, y que se encuentren al corriente en sus pagos. Esto permitirá, precisa Banxico, que las instituciones ofrezcan esquemas de apoyo con el fin de que sus clientes afectados tengan la oportunidad de diferir temporalmente el pago de sus tarjetas de crédito. La medida es transitoria y estará vigente del 1 de octubre de 2023 al 30 de abril de 2024, aclara.

Lo que no les dice Banxico a los tarjetahabientes, es que después del plazo de gracias podrían caer en desgracia porque se les van a acumular los montos de sus créditos, los intereses de los mismos, y vivirán eternamente endeudados. El cuento de nunca acabar, dicen los clientes de los bancos en Acapulco, afectados por Otis, que perdieron su fuente de trabajo, su negocio, su vivienda…todo, y que no tienen, ni tendrán ingresos en los próximos seis meses.

De modo pues que, digan lo que digan las autoridades federales, estatales y municipales, sí habrá “amarga Navidad”, amargo Año Nuevo, triste Día de Reyes, doloroso Día de las Madres…