/ jueves 10 de diciembre de 2020

Agua, el gran reto en el 2021

El agua es uno de los principales elementos para garantizar la vida en la Tierra, pero más allá del líquido vital per-se, el agua de buena calidad es esencial para el bienestar del ser humano y todos los seres vivos, pero también para el buen funcionamiento de los ecosistemas, terrestres y acuáticos, y de los servicios ambientales que éstos proporcionan. Que además es vital para garantizar el derecho humano al medio ambiente sano.

En 2010, mediante la Resolución 64/292, la Asamblea General (AG) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoció el derecho humano al abastecimiento de agua y saneamiento, como esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos; previamente en la ONU se había autorizado el derecho al agua:
“El derecho humano al agua es el derecho de todos a disponer de agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal y doméstico”.

En 2015, en Nueva York, EUA, se reunieron más de 150 jefes de Estado y de Gobierno para celebrar la Cumbre del Desarrollo Sostenible (CDS), en la que fue aprobada la Agenda 2030 que está integrada por 17 ODS y con 169 metas asociadas y que entro en vigor desde el 1 de enero de 2016.

Los ODS buscan ampliar los éxitos alcanzados y lograr las metas que no fueron conseguidas con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Regresando al tema del agua, los ODS buscan garantizar la disponibilidad suficiente de agua de calidad. Específicamente los ODS 2 (Hambre cero), 3 (Salud y Bienestar), 6 (Agua limpia y saneamiento), 14 (Vida submarina) y 15 (Vida de ecosistemas terrestres), tratan el tema del agua, con diferentes metas. A fin de atender el constante deterioro de la contaminación del agua en los ríos que se presenta en Latinoamérica, África y Asia, hoy constituye una preocupación global.
La contaminación a partir de la presencia de microorganismos patógenos, como consecuencia de descargas de aguas residuales no tratadas en los cuerpos hídricos, afecta alrededor de un tercio de los ríos en dichas regiones (Organización de las Naciones Unidas, 2016a).

Más allá de los riesgos a la salud que supone la ingesta de agua contaminada, existen muchas personas que también se encuentran en riesgo de contraer enfermedades adicionales a las gastrointestinales, como resultado de la exposición y/o contacto con aguas contaminadas al realizar actividades cotidianas.

Hace 4 años la ONU publicó el reporte titulado “Water and Sanitation Interlinkages Across the 2030 Agenda for Sustainable Development” (Conexiones entre el agua y saneamiento y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en español), el cual explica de manera detallada las interacciones que existen entre el cumplimiento del ODS 6, relativo a garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todas las personas, con los ODS restantes.

Esperemos que en México el 2021 sea un año en donde el tema del recurso hídrico sea prioritario, es indispensable que la sociedad en su conjunto tenga acceso a agua limpia, además hoy significa prevención para la crisis sanitaria de COVId que vivimos a nivel nacional e internacional. Esperemos que la renovación de la Cámara de Diputados de cabida a legisladores comprometidos con el tema del agua, que haya un mayor presupuesto y que efectivamente atender los temas de contaminación que presentan los cuerpos de agua a lo largo y ancho de la República Mexicana sea un imperativo de la agenda ambiental. Hay un reto frente a nosotros, pero la ley y el presupuesto deben de ser prioritarios en el país.

El agua es uno de los principales elementos para garantizar la vida en la Tierra, pero más allá del líquido vital per-se, el agua de buena calidad es esencial para el bienestar del ser humano y todos los seres vivos, pero también para el buen funcionamiento de los ecosistemas, terrestres y acuáticos, y de los servicios ambientales que éstos proporcionan. Que además es vital para garantizar el derecho humano al medio ambiente sano.

En 2010, mediante la Resolución 64/292, la Asamblea General (AG) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoció el derecho humano al abastecimiento de agua y saneamiento, como esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos; previamente en la ONU se había autorizado el derecho al agua:
“El derecho humano al agua es el derecho de todos a disponer de agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal y doméstico”.

En 2015, en Nueva York, EUA, se reunieron más de 150 jefes de Estado y de Gobierno para celebrar la Cumbre del Desarrollo Sostenible (CDS), en la que fue aprobada la Agenda 2030 que está integrada por 17 ODS y con 169 metas asociadas y que entro en vigor desde el 1 de enero de 2016.

Los ODS buscan ampliar los éxitos alcanzados y lograr las metas que no fueron conseguidas con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Regresando al tema del agua, los ODS buscan garantizar la disponibilidad suficiente de agua de calidad. Específicamente los ODS 2 (Hambre cero), 3 (Salud y Bienestar), 6 (Agua limpia y saneamiento), 14 (Vida submarina) y 15 (Vida de ecosistemas terrestres), tratan el tema del agua, con diferentes metas. A fin de atender el constante deterioro de la contaminación del agua en los ríos que se presenta en Latinoamérica, África y Asia, hoy constituye una preocupación global.
La contaminación a partir de la presencia de microorganismos patógenos, como consecuencia de descargas de aguas residuales no tratadas en los cuerpos hídricos, afecta alrededor de un tercio de los ríos en dichas regiones (Organización de las Naciones Unidas, 2016a).

Más allá de los riesgos a la salud que supone la ingesta de agua contaminada, existen muchas personas que también se encuentran en riesgo de contraer enfermedades adicionales a las gastrointestinales, como resultado de la exposición y/o contacto con aguas contaminadas al realizar actividades cotidianas.

Hace 4 años la ONU publicó el reporte titulado “Water and Sanitation Interlinkages Across the 2030 Agenda for Sustainable Development” (Conexiones entre el agua y saneamiento y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en español), el cual explica de manera detallada las interacciones que existen entre el cumplimiento del ODS 6, relativo a garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todas las personas, con los ODS restantes.

Esperemos que en México el 2021 sea un año en donde el tema del recurso hídrico sea prioritario, es indispensable que la sociedad en su conjunto tenga acceso a agua limpia, además hoy significa prevención para la crisis sanitaria de COVId que vivimos a nivel nacional e internacional. Esperemos que la renovación de la Cámara de Diputados de cabida a legisladores comprometidos con el tema del agua, que haya un mayor presupuesto y que efectivamente atender los temas de contaminación que presentan los cuerpos de agua a lo largo y ancho de la República Mexicana sea un imperativo de la agenda ambiental. Hay un reto frente a nosotros, pero la ley y el presupuesto deben de ser prioritarios en el país.