/ miércoles 27 de febrero de 2019

Aguas Profundas | La 4T no quiere a la CRE

En las últimas dos semanas han quedado claras varias cosas relacionadas con el sector energético y la 4T, entre otras, que no entienden el tamaño de la bronca en que están metidos en Petróleos Mexicanos y en la Secretaría de Energía (Sener). Curiosamente, quien mejor está aprendiendo a moverse en el sector y con las empresas es la Comisión Federal de Electricidad y el favorito del presidente, Manuel Bartlett. El abogado ya se reunió con los que deberían ser sus principales dolores de cabeza y, entre risas (dicen que la reunión fue muy cordial) explicaron y llegaron a acuerdos.

Una de las ventajas que tiene Bartlett frente a sus colegas es la capacidad de delegar y asumir las ventajas de su cargo, sabe el tamaño del poder que tiene y lo que puede hacer, por eso usó la ventaja de pertenecer a la nueva administración, sentó a las empresas bajo sus condiciones, nadie quiere una demanda que no va a llegar a ningún lado y menos la gente de TransCanada, Sempra Energy y Carso Energy.

¿Qué hicieron los privados? Básicamente explicaron su papel y la manera de resolverlo. No cambió nada, excepto el compromiso del director de resolver las broncas. Un ejemplo es lo ocurrido en Morelos, en la consulta para determinar si se construía la termoeléctrica de Huesca. La opinión fue favorable a la idea del Presidente, lo que le salva la vida al director de la CFE, que sin esa central se iba a meter en serios, muy serios problemas.

¿A poco creen que el cambio de opinión fue gratuito? No se equivoquen, la CFE tiene mucho dinero invertido ahí y el futuro de la región depende de que la central opere, les guste a todos o no.

Ahora, más allá de lo que ocurrió en la CFE, en una reunión de la que todos salieron contentos y con compromisos ineludibles, de pago, de capacidad, de inversión, la realidad de la administración pública es que los organismos autónomos son un problema porque detienen, frenan, los proyectos que se quieren echar adelante y la CRE es vista, más allá de la opinión del Presidente, como un organismo que se dedicó a desmantelar a los monopolios legales, debilitar a las paraestatales y apoyar a los extranjeros.

El problema es que la opinión de los especialistas le es indiferente al gobierno federal, no le importa la viabilidad, ni el marco legal de largo plazo.

“La CRE debe ser demolida hasta sus cimientos y en una de esas se debería de juzgar a los comisionados y presidentes que ha tenido”, me dice un funcionario de la 4T. Más allá del susto que esto implica para los funcionarios y exfuncionarios, lo que queda claro es que no conocen las funciones del regulador y no quieren conocerlas. Se discute y se prepara, me dicen, una reforma constitucional que pondría muchas de las tareas de la CRE en la Sener y le darían mucha más operatividad y una sola dirección a Pemex y a la CFE.

A la fuente se le pregunta si se viene una contrarreforma energética y la respuesta es no. Los compromisos asumidos son muy costosos, eso lo saben, y de lo poco que han aprendido, es que esos errores son los más peligrosos.

En las últimas dos semanas han quedado claras varias cosas relacionadas con el sector energético y la 4T, entre otras, que no entienden el tamaño de la bronca en que están metidos en Petróleos Mexicanos y en la Secretaría de Energía (Sener). Curiosamente, quien mejor está aprendiendo a moverse en el sector y con las empresas es la Comisión Federal de Electricidad y el favorito del presidente, Manuel Bartlett. El abogado ya se reunió con los que deberían ser sus principales dolores de cabeza y, entre risas (dicen que la reunión fue muy cordial) explicaron y llegaron a acuerdos.

Una de las ventajas que tiene Bartlett frente a sus colegas es la capacidad de delegar y asumir las ventajas de su cargo, sabe el tamaño del poder que tiene y lo que puede hacer, por eso usó la ventaja de pertenecer a la nueva administración, sentó a las empresas bajo sus condiciones, nadie quiere una demanda que no va a llegar a ningún lado y menos la gente de TransCanada, Sempra Energy y Carso Energy.

¿Qué hicieron los privados? Básicamente explicaron su papel y la manera de resolverlo. No cambió nada, excepto el compromiso del director de resolver las broncas. Un ejemplo es lo ocurrido en Morelos, en la consulta para determinar si se construía la termoeléctrica de Huesca. La opinión fue favorable a la idea del Presidente, lo que le salva la vida al director de la CFE, que sin esa central se iba a meter en serios, muy serios problemas.

¿A poco creen que el cambio de opinión fue gratuito? No se equivoquen, la CFE tiene mucho dinero invertido ahí y el futuro de la región depende de que la central opere, les guste a todos o no.

Ahora, más allá de lo que ocurrió en la CFE, en una reunión de la que todos salieron contentos y con compromisos ineludibles, de pago, de capacidad, de inversión, la realidad de la administración pública es que los organismos autónomos son un problema porque detienen, frenan, los proyectos que se quieren echar adelante y la CRE es vista, más allá de la opinión del Presidente, como un organismo que se dedicó a desmantelar a los monopolios legales, debilitar a las paraestatales y apoyar a los extranjeros.

El problema es que la opinión de los especialistas le es indiferente al gobierno federal, no le importa la viabilidad, ni el marco legal de largo plazo.

“La CRE debe ser demolida hasta sus cimientos y en una de esas se debería de juzgar a los comisionados y presidentes que ha tenido”, me dice un funcionario de la 4T. Más allá del susto que esto implica para los funcionarios y exfuncionarios, lo que queda claro es que no conocen las funciones del regulador y no quieren conocerlas. Se discute y se prepara, me dicen, una reforma constitucional que pondría muchas de las tareas de la CRE en la Sener y le darían mucha más operatividad y una sola dirección a Pemex y a la CFE.

A la fuente se le pregunta si se viene una contrarreforma energética y la respuesta es no. Los compromisos asumidos son muy costosos, eso lo saben, y de lo poco que han aprendido, es que esos errores son los más peligrosos.