/ miércoles 3 de junio de 2020

¡Ahora van por las energías renovables!

Por Enoch Castellanos

Nada detiene la marcha desbocada del gobierno federal y sus aliados, por exprimir hasta el último centavo disponible para llevar a cabo sus proyectos insignia. No importa si para lograrlo signifique aplicar el terrorismo fiscal a micro y pequeños negocios famélicos tras 75 días de pandemia sin ingresos ni apoyos efectivos.

Se intenta de manera atropellada extinguir y extraer todo el dinero de fideicomisos indispensables qué han probado su éxito e incluso han merecido el reconocimiento internacional, cómo el Fondo Nacional de Desastres (FONDEN), en pleno inicio de la temporada de huracanes; así también desecar el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (FIDECINE) el cual hizo posible la realización de cintas que impulsaron las carreras de directores multipremiados, cómo González Iñárritu, Del Toro o Cuarón, dando fama mundial al nuevo cine mexicano; sin mencionar la desaparición de recursos destinados a la investigación científica y a la docencia afectando al CINVESTAV y al CIDE .

La obsesión es no contraer deuda ni para financiar la emergencia sanitaria del COIVID-19.

Todo lo anterior tendrá un efecto negativo en la atención a la salud, la reactivación económica y el empleo, en tanto el único destino del dinero conseguido será para proyectos con un impacto limitado geográficamente por estar focalizados en la región sur sureste del país y diferido en el tiempo ya que en buena medida los recursos se podrán erogar hasta después de concluido 2020.

No satisfecho, el gobierno federal ahora intenta mejorar artificialmente los estados financieros de CFE y PEMEX atentando una vez más contra la Constitución y la Inversión Privada ¿Cómo lo intentan? Mediante cambios normativos en el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) y la Comisión reguladora de Energía (CRE). Culpando a las energías renovables de desajustes técnicos en la red eléctrica, acusando de subsidios indebidos qué benefician a compañías privadas o adjetivando de “leoninos” los contratos con CFE para venta de electricidad y contratos de arrendamiento de tierras para la instalación de torres eólicas o granjas fotovoltaicas; todo con la intención de no permitir o encarecer el despacho de energía limpia en la red eléctrica nacional.

Ambas iniciativas, la desaparición de fideicomisos y el ataque a las energías renovables tienen a una misma promotora, la diputada Dolores Padierna qué hace las veces de ariete para abrir paso a los polémicos deseos presidenciales. Ella se encarga lo mismo de meter iniciativas de ley al congreso, que de desinformar en medios de comunicación y redes sociales, sus propuestas son ilegales, bañadas de eufórico nacionalismo trasnochado. Su labor es más ideológica qué técnica o legal, aspectos que aparentemente desconoce con pulcritud.

En el extremo de la soberbia de quienes se ostentan como paladines de la democracia, hoy son incapaces de sostener un debate directo, franco y público, con aquellos que diferimos de sus intenciones ¿A qué temen? Quizás a que el pueblo de México se dé cuenta qué con sus iniciativas, los hogares y pequeños negocios pagarán más por los recibos de luz que cobra CFE y se generará mayor contaminación, esa que mata a miles de mexicanos por año al respirar de manera continua toneladas de dióxido de azufre qué emiten las termoeléctricas de Comisión Federal de Electricidad(CFE) al quemar combustóleo con azufre, producido por Petróleos Mexicanos (PEMEX).


Presidente Nacional de Canacintra

Por Enoch Castellanos

Nada detiene la marcha desbocada del gobierno federal y sus aliados, por exprimir hasta el último centavo disponible para llevar a cabo sus proyectos insignia. No importa si para lograrlo signifique aplicar el terrorismo fiscal a micro y pequeños negocios famélicos tras 75 días de pandemia sin ingresos ni apoyos efectivos.

Se intenta de manera atropellada extinguir y extraer todo el dinero de fideicomisos indispensables qué han probado su éxito e incluso han merecido el reconocimiento internacional, cómo el Fondo Nacional de Desastres (FONDEN), en pleno inicio de la temporada de huracanes; así también desecar el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (FIDECINE) el cual hizo posible la realización de cintas que impulsaron las carreras de directores multipremiados, cómo González Iñárritu, Del Toro o Cuarón, dando fama mundial al nuevo cine mexicano; sin mencionar la desaparición de recursos destinados a la investigación científica y a la docencia afectando al CINVESTAV y al CIDE .

La obsesión es no contraer deuda ni para financiar la emergencia sanitaria del COIVID-19.

Todo lo anterior tendrá un efecto negativo en la atención a la salud, la reactivación económica y el empleo, en tanto el único destino del dinero conseguido será para proyectos con un impacto limitado geográficamente por estar focalizados en la región sur sureste del país y diferido en el tiempo ya que en buena medida los recursos se podrán erogar hasta después de concluido 2020.

No satisfecho, el gobierno federal ahora intenta mejorar artificialmente los estados financieros de CFE y PEMEX atentando una vez más contra la Constitución y la Inversión Privada ¿Cómo lo intentan? Mediante cambios normativos en el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) y la Comisión reguladora de Energía (CRE). Culpando a las energías renovables de desajustes técnicos en la red eléctrica, acusando de subsidios indebidos qué benefician a compañías privadas o adjetivando de “leoninos” los contratos con CFE para venta de electricidad y contratos de arrendamiento de tierras para la instalación de torres eólicas o granjas fotovoltaicas; todo con la intención de no permitir o encarecer el despacho de energía limpia en la red eléctrica nacional.

Ambas iniciativas, la desaparición de fideicomisos y el ataque a las energías renovables tienen a una misma promotora, la diputada Dolores Padierna qué hace las veces de ariete para abrir paso a los polémicos deseos presidenciales. Ella se encarga lo mismo de meter iniciativas de ley al congreso, que de desinformar en medios de comunicación y redes sociales, sus propuestas son ilegales, bañadas de eufórico nacionalismo trasnochado. Su labor es más ideológica qué técnica o legal, aspectos que aparentemente desconoce con pulcritud.

En el extremo de la soberbia de quienes se ostentan como paladines de la democracia, hoy son incapaces de sostener un debate directo, franco y público, con aquellos que diferimos de sus intenciones ¿A qué temen? Quizás a que el pueblo de México se dé cuenta qué con sus iniciativas, los hogares y pequeños negocios pagarán más por los recibos de luz que cobra CFE y se generará mayor contaminación, esa que mata a miles de mexicanos por año al respirar de manera continua toneladas de dióxido de azufre qué emiten las termoeléctricas de Comisión Federal de Electricidad(CFE) al quemar combustóleo con azufre, producido por Petróleos Mexicanos (PEMEX).


Presidente Nacional de Canacintra