/ martes 29 de diciembre de 2020

Ajo y Agua | Al mal año, buena cara

Termina un año atípico, en el que los resultados pasan a segundo término debido a la fuerte crisis económica que ha provocado la pandemia del Covid-19. Completar la temporada, pese a todas las adversidades, debe considerarse como un balance positivo, sobre todo si tomamos en cuenta que muchos clubes estuvieron bajo la amenaza de desaparecer.

Los equipos siempre dependerán, principalmente, de sus resultados, sin embargo, en este 2020 lo más importante era subsistir bajo la idea de una nueva normalidad, marcada, primero, por fuertes protocolos sanitarios, que han resultado insuficientes para evitar focos de contagio entre jugadores y cuerpos técnicos.

Después, por la gran cantidad de lesiones, derivadas de un calendario encimado, con partidos prácticamente cada tercer día para completar la temporada.

Jugar sin aficionados en las gradas era, de por sí, un fuerte golpe a las arcas de los equipos, que al menos conservaron los ingresos por derechos de transmisión.

Tanto ha sido el impacto de aquellos tres meses en los que el futbol se detuvo en casi todo el mundo, que las principales Ligas de Europa tuvieron que acortar el periodo vacacional de fin de año.

Lo anterior, sin olvidar que el tiempo entre el final de la temporada pasada y el inicio de la actual fue relativamente corto, con sólo dos semanas de preparación.

Durante la Navidad, históricamente hay futbol en el Reino Unido, con la celebración del Boxing Day, convertido en una tradición, que este año adoptaron, por decirlo en modo de celebración, las Ligas de España, Italia, Francia y Alemania, en la que, por ejemplo, se detienen las acciones por más de mes y medio, tiempo que muchos equipos aprovechaban para realizar una especie de pretemporada.

Aun así, hay muchos que tienen hasta tres partidos pendientes por disputar, que en su mayoría fueron aplazados debido a que previamente se registraron casos positivos de Covid-19 en los equipos.

Debido a todo lo anterior, resulta un tanto improcedente exigir resultados a los jugadores, aunque no faltan los que incluso se han dado el lujo de destituir técnicos, como es el caso del París Saint Germain, que en septiembre llegó a tener hasta seis jugadores contagiados de coronavirus en una sola semana, entre ellos figuras como Neymar, Ángel Di María, Mauro Icardi y Keylor Navas.

A ello hay que sumar que el técnico Thomas Tuchel, quien recientemente fue destituido, tuvo que lidiar con las frecuentes lesiones entre sus jugadores, con hasta 10 bajas para un partido.

Lo mismo pasaba, hasta hace unas semanas, en el Real Madrid, en el que incluso se llegó a cuestionar la continuidad de Zinedine Zidane, el técnico de las tres últimas Champions League conquistadas por el club merengue.

En su caso, contrario a lo que ocurrió en París, la grandeza de la institución, dirigida por Florentino Pérez; así como la grandeza del equipo, resurgió para dar la cara en la última fecha de la fase de grupos de la Champions League, para conseguir el pase a los octavos de final.

Desde entonces, el Real Madrid, sumado al obtenido previamente frente al Sevilla, acumula seis triunfos entre todas las competiciones, para volver a meterse de lleno en la pelea.

En la Liga española se mantiene líder en la clasificación, empatado en puntos con el Atlético de Madrid, al que venció en el pasado derbi, pero que aún tiene dos partidos pendientes por disputar.

Es por eso que debemos dar gracias, porque a pesar de la adversidad, hemos logrado seguir adelante, no sólo en el futbol, sino como humanidad, a la espera de que la vacuna llegue pronto a todos para recuperar la vida como era antes, aunque hay cosas que no volverán a ser igual.

¡Que te lo digo yo!

Termina un año atípico, en el que los resultados pasan a segundo término debido a la fuerte crisis económica que ha provocado la pandemia del Covid-19. Completar la temporada, pese a todas las adversidades, debe considerarse como un balance positivo, sobre todo si tomamos en cuenta que muchos clubes estuvieron bajo la amenaza de desaparecer.

Los equipos siempre dependerán, principalmente, de sus resultados, sin embargo, en este 2020 lo más importante era subsistir bajo la idea de una nueva normalidad, marcada, primero, por fuertes protocolos sanitarios, que han resultado insuficientes para evitar focos de contagio entre jugadores y cuerpos técnicos.

Después, por la gran cantidad de lesiones, derivadas de un calendario encimado, con partidos prácticamente cada tercer día para completar la temporada.

Jugar sin aficionados en las gradas era, de por sí, un fuerte golpe a las arcas de los equipos, que al menos conservaron los ingresos por derechos de transmisión.

Tanto ha sido el impacto de aquellos tres meses en los que el futbol se detuvo en casi todo el mundo, que las principales Ligas de Europa tuvieron que acortar el periodo vacacional de fin de año.

Lo anterior, sin olvidar que el tiempo entre el final de la temporada pasada y el inicio de la actual fue relativamente corto, con sólo dos semanas de preparación.

Durante la Navidad, históricamente hay futbol en el Reino Unido, con la celebración del Boxing Day, convertido en una tradición, que este año adoptaron, por decirlo en modo de celebración, las Ligas de España, Italia, Francia y Alemania, en la que, por ejemplo, se detienen las acciones por más de mes y medio, tiempo que muchos equipos aprovechaban para realizar una especie de pretemporada.

Aun así, hay muchos que tienen hasta tres partidos pendientes por disputar, que en su mayoría fueron aplazados debido a que previamente se registraron casos positivos de Covid-19 en los equipos.

Debido a todo lo anterior, resulta un tanto improcedente exigir resultados a los jugadores, aunque no faltan los que incluso se han dado el lujo de destituir técnicos, como es el caso del París Saint Germain, que en septiembre llegó a tener hasta seis jugadores contagiados de coronavirus en una sola semana, entre ellos figuras como Neymar, Ángel Di María, Mauro Icardi y Keylor Navas.

A ello hay que sumar que el técnico Thomas Tuchel, quien recientemente fue destituido, tuvo que lidiar con las frecuentes lesiones entre sus jugadores, con hasta 10 bajas para un partido.

Lo mismo pasaba, hasta hace unas semanas, en el Real Madrid, en el que incluso se llegó a cuestionar la continuidad de Zinedine Zidane, el técnico de las tres últimas Champions League conquistadas por el club merengue.

En su caso, contrario a lo que ocurrió en París, la grandeza de la institución, dirigida por Florentino Pérez; así como la grandeza del equipo, resurgió para dar la cara en la última fecha de la fase de grupos de la Champions League, para conseguir el pase a los octavos de final.

Desde entonces, el Real Madrid, sumado al obtenido previamente frente al Sevilla, acumula seis triunfos entre todas las competiciones, para volver a meterse de lleno en la pelea.

En la Liga española se mantiene líder en la clasificación, empatado en puntos con el Atlético de Madrid, al que venció en el pasado derbi, pero que aún tiene dos partidos pendientes por disputar.

Es por eso que debemos dar gracias, porque a pesar de la adversidad, hemos logrado seguir adelante, no sólo en el futbol, sino como humanidad, a la espera de que la vacuna llegue pronto a todos para recuperar la vida como era antes, aunque hay cosas que no volverán a ser igual.

¡Que te lo digo yo!