/ martes 13 de julio de 2021

Ajo y Agua | De vuelta a la triste realidad

Una vez concluidas la Copa América y la Eurocopa, no nos queda de otra más que sentarnos a ver pasar los minutos en los partidos de la poco provechosa Copa Oro mientras cruzamos los dedos para que ningún otro jugador corra la misma mala suerte que el delantero mexicano Hirving Lozano sufrió frente a Trinidad y Tobago.

Nada cómo ver a Lionel Messi ser abrazado por todo un país tras conquistar, finalmente, su primer título con la Selección de Argentina. Dicho así porque el emocionante momento, cuando sus compañeros corren para felicitar al capitán, quien se encuentra arrodillado sobre el terreno de juego mientras trata de contener las lágrimas, pasará a la historia no sólo de un país ni de un continente, sino del futbol mundial.

Historia en la que debería aparecer la Selección Mexicana, quizá no entre los finalistas, pero sí de los semifinalistas.

La Copa América le había sido tan esquiva a Messi como ahora lo es para nuestro futbol debido a la avaricia de unos cuantos.

El destino se había ensañado con el delantero luego de perder las finales en las ediciones de Venezuela 2007, Chile 2015 y Estados Unidos 2016, sin olvidar que también perdió la final del Mundial de Brasil 2014.

Sin embargo, lo recompensó prácticamente en la recta final de su carrera profesional, en contra de Brasil y en el mismísimo Maracaná, justo donde hace siete años vio como Alemania le arrebató la Copa del Mundo.

Fueron muchas las decepciones y las críticas que Messi tuvo que soportar, tantas que hasta se vio obligado a apartarse por un tiempo de la Selección Argentina para dejar que las heridas sanaran.

Haberse proclamado campeón de la Copa América 2020 dio un giro de 180 grados en su presente y en el del combinado argentino, sobre todo cuando en Sudamérica están a la mitad del camino que lleva al Mundial de Qatar 2022, en el que será considerado entre los favoritos al título, ya no sólo por historia o reputación, sino porque se ganó esta etiqueta tras vencer a Brasil, que llegó a la cita en su propia casa con 18 partidos oficiales sin conocer la derrota y como líder destacado de las eliminatorias para la Copa del Mundo.

Ni siquiera el delantero Neymar pudo evitar que Brasil sufriera el otro lado de la moneda tras haber sido campeón en las cinco ediciones anteriores de las que fue el anfitrión.

Felicidades a Messi, quien lo ha ganado todo en el Barcelona y ahora suma su primer título con Argentina, lo cual lo llena de motivación para buscar la gloria en la que muy probablemente sea su última Copa del Mundo.

Para ello, Argentina tendrá que mejorar algunos aspectos importantes, como el propio Messi lo reconoció tras conquistar la Copa América.

Lionel Scaloni, seleccionador de la Albiceleste, lleva consigo una libreta llena de observaciones, pero no de preocupaciones, como las que sí tiene el también argentino Gerardo Martino al frente de la Selección Mexicana.

Las tiene, en primera, porque México no pudo pasar del empate sin goles frente a Trinidad y Tobago en el inicio de su defensa del título de la Copa Oro.

No porque los jugadores no tengan la calidad necesaria para imponer su superioridad, pero sí porque no encontró la forma de contrarrestar y evitar el juego sucio del rival, basado en dar patadas a diestra y siniestra, así como aplicar fuerza desmedida en cada entrada.

Así fue como Hirving Lozano abandonó el terreno de juego, en camilla y con collarín, para ser trasladado a un hospital de Dallas debido al fuerte golpe que sufrió en la ceja izquierda cuando sólo se habían disputado 10 minutos del partido.

La escena nos hizo recordar aquella ocasión en la que otro trinitario, Ansil Elcock, provocó, con su estrada criminal, la terrible lesión por la que Cuauhtémoc Blanco no logró triunfar en España como él hubiera deseado.

Debido a un empujón dentro del área, Lozano impactó su cabeza con la rodilla del portero, quien lo dejó noqueado sobre la cancha durante varios minutos.

Como resultado, el delantero del Napoli será baja cerca de seis semanas, que es lo peor, sobre todo porque debe estar al 100 por ciento cuando se reincorpore a su club, en el que ya lo espera un nuevo técnico luego de la destitución de Gennaro Gattuso.

Su ausencia representa un contratiempo para México, pero también para la Copa Oro, que de por sí ya lidiaba con la ausencia de otras grandes estrellas, como el estadounidense Christian Pulisic, quien hace poco más de un mes se proclamó campeón de la Champions League con el Chelsea.

Si Martino decidió convocar al también argentino Rogelio Funes Mori, apenas obtuvo la naturalización, porque a su parecer, y sólo a su parecer, México no tiene un delantero con mejores cualidades, la pregunta es qué hará ahora con la baja de Lozano.

¿Será que en su libreta tiene algún otro jugador que pueda ser naturalizado? Es posible, porque no parece importarle cuántos méritos haga Javier Hernández, el máximo goleador en la historia de la Selección Mexicana, así como Carlos Vela y más recientemente José Juan Macías.

Al menos nos los convocará para la Copa Oro, ya que Hirving Lozano no tendrá reemplazo.

Así las cosas, habrá que cuidar mucho a los jugadores de México, no vaya a ser la de malas ante Guatemala, mañana.

¡Que te lo digo yo!

Una vez concluidas la Copa América y la Eurocopa, no nos queda de otra más que sentarnos a ver pasar los minutos en los partidos de la poco provechosa Copa Oro mientras cruzamos los dedos para que ningún otro jugador corra la misma mala suerte que el delantero mexicano Hirving Lozano sufrió frente a Trinidad y Tobago.

Nada cómo ver a Lionel Messi ser abrazado por todo un país tras conquistar, finalmente, su primer título con la Selección de Argentina. Dicho así porque el emocionante momento, cuando sus compañeros corren para felicitar al capitán, quien se encuentra arrodillado sobre el terreno de juego mientras trata de contener las lágrimas, pasará a la historia no sólo de un país ni de un continente, sino del futbol mundial.

Historia en la que debería aparecer la Selección Mexicana, quizá no entre los finalistas, pero sí de los semifinalistas.

La Copa América le había sido tan esquiva a Messi como ahora lo es para nuestro futbol debido a la avaricia de unos cuantos.

El destino se había ensañado con el delantero luego de perder las finales en las ediciones de Venezuela 2007, Chile 2015 y Estados Unidos 2016, sin olvidar que también perdió la final del Mundial de Brasil 2014.

Sin embargo, lo recompensó prácticamente en la recta final de su carrera profesional, en contra de Brasil y en el mismísimo Maracaná, justo donde hace siete años vio como Alemania le arrebató la Copa del Mundo.

Fueron muchas las decepciones y las críticas que Messi tuvo que soportar, tantas que hasta se vio obligado a apartarse por un tiempo de la Selección Argentina para dejar que las heridas sanaran.

Haberse proclamado campeón de la Copa América 2020 dio un giro de 180 grados en su presente y en el del combinado argentino, sobre todo cuando en Sudamérica están a la mitad del camino que lleva al Mundial de Qatar 2022, en el que será considerado entre los favoritos al título, ya no sólo por historia o reputación, sino porque se ganó esta etiqueta tras vencer a Brasil, que llegó a la cita en su propia casa con 18 partidos oficiales sin conocer la derrota y como líder destacado de las eliminatorias para la Copa del Mundo.

Ni siquiera el delantero Neymar pudo evitar que Brasil sufriera el otro lado de la moneda tras haber sido campeón en las cinco ediciones anteriores de las que fue el anfitrión.

Felicidades a Messi, quien lo ha ganado todo en el Barcelona y ahora suma su primer título con Argentina, lo cual lo llena de motivación para buscar la gloria en la que muy probablemente sea su última Copa del Mundo.

Para ello, Argentina tendrá que mejorar algunos aspectos importantes, como el propio Messi lo reconoció tras conquistar la Copa América.

Lionel Scaloni, seleccionador de la Albiceleste, lleva consigo una libreta llena de observaciones, pero no de preocupaciones, como las que sí tiene el también argentino Gerardo Martino al frente de la Selección Mexicana.

Las tiene, en primera, porque México no pudo pasar del empate sin goles frente a Trinidad y Tobago en el inicio de su defensa del título de la Copa Oro.

No porque los jugadores no tengan la calidad necesaria para imponer su superioridad, pero sí porque no encontró la forma de contrarrestar y evitar el juego sucio del rival, basado en dar patadas a diestra y siniestra, así como aplicar fuerza desmedida en cada entrada.

Así fue como Hirving Lozano abandonó el terreno de juego, en camilla y con collarín, para ser trasladado a un hospital de Dallas debido al fuerte golpe que sufrió en la ceja izquierda cuando sólo se habían disputado 10 minutos del partido.

La escena nos hizo recordar aquella ocasión en la que otro trinitario, Ansil Elcock, provocó, con su estrada criminal, la terrible lesión por la que Cuauhtémoc Blanco no logró triunfar en España como él hubiera deseado.

Debido a un empujón dentro del área, Lozano impactó su cabeza con la rodilla del portero, quien lo dejó noqueado sobre la cancha durante varios minutos.

Como resultado, el delantero del Napoli será baja cerca de seis semanas, que es lo peor, sobre todo porque debe estar al 100 por ciento cuando se reincorpore a su club, en el que ya lo espera un nuevo técnico luego de la destitución de Gennaro Gattuso.

Su ausencia representa un contratiempo para México, pero también para la Copa Oro, que de por sí ya lidiaba con la ausencia de otras grandes estrellas, como el estadounidense Christian Pulisic, quien hace poco más de un mes se proclamó campeón de la Champions League con el Chelsea.

Si Martino decidió convocar al también argentino Rogelio Funes Mori, apenas obtuvo la naturalización, porque a su parecer, y sólo a su parecer, México no tiene un delantero con mejores cualidades, la pregunta es qué hará ahora con la baja de Lozano.

¿Será que en su libreta tiene algún otro jugador que pueda ser naturalizado? Es posible, porque no parece importarle cuántos méritos haga Javier Hernández, el máximo goleador en la historia de la Selección Mexicana, así como Carlos Vela y más recientemente José Juan Macías.

Al menos nos los convocará para la Copa Oro, ya que Hirving Lozano no tendrá reemplazo.

Así las cosas, habrá que cuidar mucho a los jugadores de México, no vaya a ser la de malas ante Guatemala, mañana.

¡Que te lo digo yo!