/ martes 27 de julio de 2021

Ajo y Agua | En jaula de oro

México y Estados Unidos están a un paso de citarse en otra final soñada para la Concacaf, que ya se frota las manos con un clásico que le dejaría millones de dólares. Sin embargo, antes deberá esperar a que Canadá y Qatar no le hagan pasar otro susto como el que El Salvador le dio en la última fecha de la fase de grupos.

Las Selecciones de México y Estados Unidos, las dos grandes potencias de la zona, han sabido encontrar, el segundo con menos sobresaltos que el primero, el camino que les fue señalado para que se reencontraran, el domingo, en la final de la Copa Oro 2021, el propósito principal en un torneo que sólo subsiste debido a los millones de dólares que le deja a la Concacaf.

Sin embargo, antes de cantar victoria, la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Futbol deberá esperar a que ambos combinados superen, respectivamente a Canadá y Qatar, sus últimos obstáculos, en semifinales.

En cuanto a lo deportivo, sería lo mejor que le podría pasar tanto a México como a Estados Unidos, porque a estas alturas, de cara a las eliminatorias para el Mundial de Qatar 2022, les beneficia más enfrentarse a un rival de primera línea en la final, que sumar a sus vitrinas otro título de la deslucida Copa Oro.

En las últimas 15 ediciones, en las que el torneo se disputó con su nombre actual, México se ha proclamo campeón en ocho ocasiones, mientras que Estados Unidos lo ha hecho en seis.

Sólo Canadá, hace ya 21 años, ha podido interponerse en el dominio de estas dos selecciones nacionales, tras vencer Colombia, la invitada, en la final.

Es cierto que México debe recuperar, casi a modo de obligación, el control absoluto en la zona, luego de que Estados Unidos ha acortado distancias desde hace ya varios años. Pero de nada sirve el título si no trae consigo ningún beneficio deportivo, pues lo único que provoca es que la Concacaf le siga cortando las alas con prohibirle participar en la Copa América, como anteriormente lo hacía.

En ese torneo sí que había crecimiento futbolístico, con rivales como Argentina, Brasil, Uruguay y Colombia.

Ese sí era un reto de verdad, no como el tener que cuidarte de entradas desleales por parte del rival.

Incluso también había que sobreponerse al arbitraje, que era partidario, más no malo como el de la Concacaf.

Pero como dicen el dicho, aquí nos tocó vivir, o en este caso, aquí nos tocó jugar, condenados a permanecer en una jaula de oro, al menos hasta que los aficionados se cansen de un torneo en el que lo que más importa es sacar dinero.

Porque eso sí, cuando las Selecciones de México y Estados Unidos se enfrentan, el éxito está asegurado en la taquilla, incluso sin importar el peligroso repunte en contagios de Covid-19 que se han registrado en las últimas semanas.

El próximo domingo, en el Allegiant Stadium, en Las Vegas, no habrá las 120 mil personas que en 1993 se reunieron en el estadio Azteca para presenciar la goleada de 4-0 que México le propinó a Estados Unidos, pero el simple hecho de que se permita el acceso de público será considerado un éxito en tiempos de pandemia, sobre todo si consideramos que los precios de los boletos van desde 213 dólares hasta más de 4 mil dólares.

Aunque claro, todo esto sólo será posible si el jueves México se impone ante Canadá y Estados Unidos hace lo propio frente a Qatar.

No será tan fácil para México, que tuvo que esforzarse más de la cuenta contra Trinidad y Tobago y El Salvador durante la fase de grupos. Sólo pasó por encima de una Guatemala improvisada, que días atrás ni siquiera estaba considerada y que fue llamada de urgencia por la Concacaf para sustituir a Curazao debido a un brote de Covid-19.

Terminó líder del Grupo A, con cuatro goles y siete puntos, sólo uno más que El Salvador, equipo que incluso pudo haberle sacado el empate en la tercera fecha y que con ello lo habría superado en la tabla de clasificación.

De hecho, lo anterior habría arruinado los planes de la Concacaf, ya que México y Estados Unidos se habrían enfrentado, eventualmente, en las semifinales y no en la final.

Estados Unidos tampoco deberá fiarse de Qatar, pues aunque avanzó a cuartos de final como líder del Grupo B, con ocho goles y paso perfecto de nueve puntos, ahora enfrentará a Qatar, la sorpresa en esta Copa Oro 2021, en la que participa como invitada.

La anfitriona del Mundial de 2022 terminó líder del Grupo D, con nueve goles y siete puntos. Además, en sus filas está Almoez Ali, líder en la tabla de goleo, con cuatro tantos. También tiene a Abdulaziz Hatem, quien comparte la segunda posición con los canadienses Cyle Larin y Stephen Eustáquio, así como el naturalizado mexicano Rogelio Funes Mori, todos ellos con tres tantos cada uno.

El éxito estaría garantizado en lo deportivo, pero sobre todo el económico, al menos para la Concacaf, siempre que México y Estados Unidos se citen, el domingo, en la final de la Copa Oro 2021.

¡Que te lo digo yo!

México y Estados Unidos están a un paso de citarse en otra final soñada para la Concacaf, que ya se frota las manos con un clásico que le dejaría millones de dólares. Sin embargo, antes deberá esperar a que Canadá y Qatar no le hagan pasar otro susto como el que El Salvador le dio en la última fecha de la fase de grupos.

Las Selecciones de México y Estados Unidos, las dos grandes potencias de la zona, han sabido encontrar, el segundo con menos sobresaltos que el primero, el camino que les fue señalado para que se reencontraran, el domingo, en la final de la Copa Oro 2021, el propósito principal en un torneo que sólo subsiste debido a los millones de dólares que le deja a la Concacaf.

Sin embargo, antes de cantar victoria, la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Futbol deberá esperar a que ambos combinados superen, respectivamente a Canadá y Qatar, sus últimos obstáculos, en semifinales.

En cuanto a lo deportivo, sería lo mejor que le podría pasar tanto a México como a Estados Unidos, porque a estas alturas, de cara a las eliminatorias para el Mundial de Qatar 2022, les beneficia más enfrentarse a un rival de primera línea en la final, que sumar a sus vitrinas otro título de la deslucida Copa Oro.

En las últimas 15 ediciones, en las que el torneo se disputó con su nombre actual, México se ha proclamo campeón en ocho ocasiones, mientras que Estados Unidos lo ha hecho en seis.

Sólo Canadá, hace ya 21 años, ha podido interponerse en el dominio de estas dos selecciones nacionales, tras vencer Colombia, la invitada, en la final.

Es cierto que México debe recuperar, casi a modo de obligación, el control absoluto en la zona, luego de que Estados Unidos ha acortado distancias desde hace ya varios años. Pero de nada sirve el título si no trae consigo ningún beneficio deportivo, pues lo único que provoca es que la Concacaf le siga cortando las alas con prohibirle participar en la Copa América, como anteriormente lo hacía.

En ese torneo sí que había crecimiento futbolístico, con rivales como Argentina, Brasil, Uruguay y Colombia.

Ese sí era un reto de verdad, no como el tener que cuidarte de entradas desleales por parte del rival.

Incluso también había que sobreponerse al arbitraje, que era partidario, más no malo como el de la Concacaf.

Pero como dicen el dicho, aquí nos tocó vivir, o en este caso, aquí nos tocó jugar, condenados a permanecer en una jaula de oro, al menos hasta que los aficionados se cansen de un torneo en el que lo que más importa es sacar dinero.

Porque eso sí, cuando las Selecciones de México y Estados Unidos se enfrentan, el éxito está asegurado en la taquilla, incluso sin importar el peligroso repunte en contagios de Covid-19 que se han registrado en las últimas semanas.

El próximo domingo, en el Allegiant Stadium, en Las Vegas, no habrá las 120 mil personas que en 1993 se reunieron en el estadio Azteca para presenciar la goleada de 4-0 que México le propinó a Estados Unidos, pero el simple hecho de que se permita el acceso de público será considerado un éxito en tiempos de pandemia, sobre todo si consideramos que los precios de los boletos van desde 213 dólares hasta más de 4 mil dólares.

Aunque claro, todo esto sólo será posible si el jueves México se impone ante Canadá y Estados Unidos hace lo propio frente a Qatar.

No será tan fácil para México, que tuvo que esforzarse más de la cuenta contra Trinidad y Tobago y El Salvador durante la fase de grupos. Sólo pasó por encima de una Guatemala improvisada, que días atrás ni siquiera estaba considerada y que fue llamada de urgencia por la Concacaf para sustituir a Curazao debido a un brote de Covid-19.

Terminó líder del Grupo A, con cuatro goles y siete puntos, sólo uno más que El Salvador, equipo que incluso pudo haberle sacado el empate en la tercera fecha y que con ello lo habría superado en la tabla de clasificación.

De hecho, lo anterior habría arruinado los planes de la Concacaf, ya que México y Estados Unidos se habrían enfrentado, eventualmente, en las semifinales y no en la final.

Estados Unidos tampoco deberá fiarse de Qatar, pues aunque avanzó a cuartos de final como líder del Grupo B, con ocho goles y paso perfecto de nueve puntos, ahora enfrentará a Qatar, la sorpresa en esta Copa Oro 2021, en la que participa como invitada.

La anfitriona del Mundial de 2022 terminó líder del Grupo D, con nueve goles y siete puntos. Además, en sus filas está Almoez Ali, líder en la tabla de goleo, con cuatro tantos. También tiene a Abdulaziz Hatem, quien comparte la segunda posición con los canadienses Cyle Larin y Stephen Eustáquio, así como el naturalizado mexicano Rogelio Funes Mori, todos ellos con tres tantos cada uno.

El éxito estaría garantizado en lo deportivo, pero sobre todo el económico, al menos para la Concacaf, siempre que México y Estados Unidos se citen, el domingo, en la final de la Copa Oro 2021.

¡Que te lo digo yo!