/ martes 7 de julio de 2020

Ajo y Agua | Goles en medio del silencio

Disputar un partido a puerta cerrada se ha vuelto habitual desde hace ya casi dos meses debido a la propagación de la pandemia del Covid-19, sin embargo, qué difícil debió ser para Josué Reyes irrumpir con dos goles y celebrarlos ante más de 70 mil lugares vacíos en el estadio Olímpico de Ciudad Universitaria.

Cuando era niño, soñaba con anotar el gol de la victoria para el mejor club del mundo, mientras miles de aficionados lo celebraban desde las gradas.

Y tras la experiencia que viví en el estadio Santiago Bernabéu, uno de los más imponentes en todo el mundo, no puedo ni imaginarme lo que se debe sentir al anotar un gol, correr eufóricamente y celebrarlo en medio del silencio entre las gradas.

Escuchar las indicaciones de los técnicos, las conversaciones entre los jugadores, el sonido del balón cada vez que es golpeado, así como los gritos de dolor tras una dura entrada, no compensa ni siquiera un poco la emoción que los aficionados le inyectan a cada partido.

El viernes pasado, el futbol mexicano regresó a la actividad con la disputa de un torneo amistoso que servirá de pretemporada, aunque claro, sólo para algunos equipos, ya que no todos fueron invitados, lo que, por cierto, marcará el inicio del Apertura 2020, en cuanto al ritmo de juego en el que llegarán los participantes.

Con sus más de 70 mil asientos vacíos, el estadio Olímpico de Ciudad Universitaria, otro de los estadios en los que logré triunfar como jugador, y como técnico, volvió a ser testigo, tras casi cuatro meses, de un partido de futbol, en el que los Pumas de la UNAM fueron goleados 1-4 ante la visita del Cruz Azul.

En medio del silencio, que en ocasiones llegó a ser fantasmal, el equipo dirigido por Robert Dante Siboldi, plagado de jóvenes debido a la ausencia de varios jugadores afectados por la pandemia, derrotó con facilidad a los Pumas, en la primera fecha de la Copa por México.

La falta de ritmo en ambos equipos fue evidente, con imprecisiones en el toque de balón, que, no obstante, permitieron que los locales se pusieran al frente en el marcador, cuando Carlos González remató el centro que Josué Reyes intentó cortar, con sólo tres minutos de juego.

Sin el apoyo de sus aficionados en las gradas, los Pumas pronto se vinieron abajo, luego de que Reyes enmendó su falla al anotar el gol del empate, con el portero Julio González como si se tratase de un espectador dentro del terreno de juego.

Lo mejor para el conjunto visitante estaba por venir. A cinco minutos para que terminara el primer tiempo, otra vez mediante el joven Josué Reyes, quien, en esta ocasión, apareció completamente solo dentro del área para firmar el gol de la voltereta.

La noche fue redonda para el defensor, quien, a sus 22 años de edad se perfila como buen prospecto, no sólo para Cruz Azul, sino para el futbol mexicano.

Josué Reyes, quien sólo ha disputado 12 minutos en la Primera División, aprovechó a la perfección las bajas de Julio Domínguez e Igor Lichnovsky.

Así debió haberlo soñado, en más de una ocasión, este joven defensor, aunque, como mencioné al principio de este espacio, le faltó entregarse a los aplausos de sus aficionados en las gradas.

Bien por Reyes, a quien, evidentemente, el nerviosismo le ganó durante los primeros minutos del encuentro, antes de demostrar que tiene la mentalidad ganadora para adaptarse a las condiciones y dar la cara por su equipo.

Siendo uno de los canteranos más habituales, espero ver a este joven con mayor participación en la Primera División, para que su actuación ante Pumas no sea sólo una anécdota.

¡Que te lo digo yo!

Disputar un partido a puerta cerrada se ha vuelto habitual desde hace ya casi dos meses debido a la propagación de la pandemia del Covid-19, sin embargo, qué difícil debió ser para Josué Reyes irrumpir con dos goles y celebrarlos ante más de 70 mil lugares vacíos en el estadio Olímpico de Ciudad Universitaria.

Cuando era niño, soñaba con anotar el gol de la victoria para el mejor club del mundo, mientras miles de aficionados lo celebraban desde las gradas.

Y tras la experiencia que viví en el estadio Santiago Bernabéu, uno de los más imponentes en todo el mundo, no puedo ni imaginarme lo que se debe sentir al anotar un gol, correr eufóricamente y celebrarlo en medio del silencio entre las gradas.

Escuchar las indicaciones de los técnicos, las conversaciones entre los jugadores, el sonido del balón cada vez que es golpeado, así como los gritos de dolor tras una dura entrada, no compensa ni siquiera un poco la emoción que los aficionados le inyectan a cada partido.

El viernes pasado, el futbol mexicano regresó a la actividad con la disputa de un torneo amistoso que servirá de pretemporada, aunque claro, sólo para algunos equipos, ya que no todos fueron invitados, lo que, por cierto, marcará el inicio del Apertura 2020, en cuanto al ritmo de juego en el que llegarán los participantes.

Con sus más de 70 mil asientos vacíos, el estadio Olímpico de Ciudad Universitaria, otro de los estadios en los que logré triunfar como jugador, y como técnico, volvió a ser testigo, tras casi cuatro meses, de un partido de futbol, en el que los Pumas de la UNAM fueron goleados 1-4 ante la visita del Cruz Azul.

En medio del silencio, que en ocasiones llegó a ser fantasmal, el equipo dirigido por Robert Dante Siboldi, plagado de jóvenes debido a la ausencia de varios jugadores afectados por la pandemia, derrotó con facilidad a los Pumas, en la primera fecha de la Copa por México.

La falta de ritmo en ambos equipos fue evidente, con imprecisiones en el toque de balón, que, no obstante, permitieron que los locales se pusieran al frente en el marcador, cuando Carlos González remató el centro que Josué Reyes intentó cortar, con sólo tres minutos de juego.

Sin el apoyo de sus aficionados en las gradas, los Pumas pronto se vinieron abajo, luego de que Reyes enmendó su falla al anotar el gol del empate, con el portero Julio González como si se tratase de un espectador dentro del terreno de juego.

Lo mejor para el conjunto visitante estaba por venir. A cinco minutos para que terminara el primer tiempo, otra vez mediante el joven Josué Reyes, quien, en esta ocasión, apareció completamente solo dentro del área para firmar el gol de la voltereta.

La noche fue redonda para el defensor, quien, a sus 22 años de edad se perfila como buen prospecto, no sólo para Cruz Azul, sino para el futbol mexicano.

Josué Reyes, quien sólo ha disputado 12 minutos en la Primera División, aprovechó a la perfección las bajas de Julio Domínguez e Igor Lichnovsky.

Así debió haberlo soñado, en más de una ocasión, este joven defensor, aunque, como mencioné al principio de este espacio, le faltó entregarse a los aplausos de sus aficionados en las gradas.

Bien por Reyes, a quien, evidentemente, el nerviosismo le ganó durante los primeros minutos del encuentro, antes de demostrar que tiene la mentalidad ganadora para adaptarse a las condiciones y dar la cara por su equipo.

Siendo uno de los canteranos más habituales, espero ver a este joven con mayor participación en la Primera División, para que su actuación ante Pumas no sea sólo una anécdota.

¡Que te lo digo yo!