/ martes 5 de diciembre de 2017

Ajo y agua | La final de la justicia

SERIE INÉDITA

Era la final esperada, a la que la lógica apuntaba, así que no hubo sorpresas para ver la final que podemos llamar de la justicia en el aspecto deportivo. Si el torneo fuera en formato largo, estaríamos hablando de que uno de los dos, en este caso Monterrey, sería el campeón, porque ocupó la primera plaza en cuanto a puntos se refiere en el torneo regular, y Tigres fue el segundo.

Pero esto en el futbol mexicano no vale todavía. Valdrá lo que acontezca en esta final de 180 minutos o más, que corresponden a una serie inédita. Aunque parece raro que así sea, nunca antes estos dos equipos regiomontanos han luchado por la corona del futbol mexicano.

La sorpresa no se pudo dar con los otros aspirantes a la final. Por el lado del América, que era la más factible, ya que Miguel Herrera y sus pupilos tienen mucha experiencia en cuanto a jugar esta clase de partidos que no se asemejan a los partidos del torneo regular, las cosas no se les dieron. Fue contundente la manera como el equipo de Coapa cayó derrotado ante una superioridad de calidad y talento ofrecidas por los Tigres. Fue terminante la manera como América quedó sin oportunidad alguna de llegar a la ansiada final.

El Morelia tampoco pudo dar la sorpresa, porque en los enfrentamientos contra Monterrey no estaban tan mentalizados como los regiomontanos para llegar a la final, puesto que los michoacanos ya habían cumplido con su misión de quitarse de encima el fantasma del descenso, que realmente era el principal objetivo, pero el buen funcionamiento táctico y estratégico que su entrenador, Roberto Hernández, logró con Monarcas, les permitió llegar más lejos de lo esperado.

Hay dos factores muy importantes que pueden desequilibrar la balanza en la gran final del futbol mexicano, dependiendo de cómo se apliquen en el terreno de juego. Uno de ellos es el mental. A los Rayados de Monterrey los noto un poco más mentalizados para alzarse con el trofeo, ya que son muchas las temporadas en las que no logran alzarse con el deseado título, desde el Apertura 2010, y su entrenador, el “Turco” Mohamed, está notando ya la presión de que si no gana el campeonato, no hay mucha garantía de que siga con ellos.

Para los Tigres, en cambio, la parte mental es diferente, porque no están tan necesitados como sus vecinos de enfrente, ya que apenas fueron campeones en el Torneo de Apertura 2016, así que creo no están tan urgidos y la presión tanto para los  jugadores como para el técnico no es tanta como la que percibirán sus contrincantes.

Ricardo “Tuca” Ferretti lo sabe y querrá utilizar este factor para conseguir el objetivo final, que sería la ansiada sexta estrella de los felinos.

El otro factor fundamental es el táctico y estratégico. Los dos técnicos tienen experiencia, porque ya conocen muy bien al futbol mexicano en cuanto a torneos regulares y, sobre todo, cómo jugar las Liguillas. Si hablamos del número de ocasiones, el “Tuca” lleva ventaja, con 36, por 7 del “Turco” Mohamed. Esto hace más atractivo el duelo norteño, y hay que resaltar que es la primera vez que en todo el país va a llamar la atención, ya que para los clásicos norteños la expectación sólo se daba en el estado de Nuevo León. En cambio, ahora, ha captado el interés en todo el territorio nacional, dada la calidad y el talento que tienen los jugadores de ambos planteles, y la cantidad de dinero que hay en juego, porque estas dos escuadras son las que más han invertido para conseguir el gran objetivo; tanto, que el que salga derrotado no se dará por vencido y seguirá invirtiendo para arrebatarle al acérrimo rival el cetro de la jerarquía en México, porque en la actualidad si hay algún equipo poderoso futbolísticamente hablando, no hay que dudar, la mirada apunta a los dos. Los Rayados están amenazando con traer una gran figura europea para así emparejar la expectación y la efectividad con la que André-Pierre Gignac les ha resultado a los Tigres. Y hasta en eso hay mucho pique en la Sultana del Norte.

Los dos técnicos tienen muy bien establecidos sus planteamientos tácticos y estratégicos, y lo normal es que no haya sorpresas en ese sentido. Si los planteamientos no son modificados y ya los jugadores saben a ciencia cierta cómo les gusta jugar a sus técnicos, entonces la responsabilidad aumentará para los que salten a la cancha, ya que si estos son los que realmente juegan, y sus técnicos no dan alguna sorpresa en el parado, los jugadores son los que van a definir al final hacia dónde se inclina la balanza.

Virtudes son muchas las que poseen las dos escuadras. Es muy interesante observar el duelo en cada posición, en cada línea y en todo el conjunto. Va a ser una final con mucha intensidad, y el ganador festejará al máximo por la rivalidad existente y porque los contendientes saben de la importancia que esto implica en todo el país, pero principalmente en Monterrey.

En teoría, hay una mínima ventaja. El partido de vuelta de esta gran final se va a desarrollar en la casa de los Rayados, y esta mínima ventaja la tienen que aprovechar los dirigidos por Antonio Mohamed.

¡Que te lo digo yo!

SERIE INÉDITA

Era la final esperada, a la que la lógica apuntaba, así que no hubo sorpresas para ver la final que podemos llamar de la justicia en el aspecto deportivo. Si el torneo fuera en formato largo, estaríamos hablando de que uno de los dos, en este caso Monterrey, sería el campeón, porque ocupó la primera plaza en cuanto a puntos se refiere en el torneo regular, y Tigres fue el segundo.

Pero esto en el futbol mexicano no vale todavía. Valdrá lo que acontezca en esta final de 180 minutos o más, que corresponden a una serie inédita. Aunque parece raro que así sea, nunca antes estos dos equipos regiomontanos han luchado por la corona del futbol mexicano.

La sorpresa no se pudo dar con los otros aspirantes a la final. Por el lado del América, que era la más factible, ya que Miguel Herrera y sus pupilos tienen mucha experiencia en cuanto a jugar esta clase de partidos que no se asemejan a los partidos del torneo regular, las cosas no se les dieron. Fue contundente la manera como el equipo de Coapa cayó derrotado ante una superioridad de calidad y talento ofrecidas por los Tigres. Fue terminante la manera como América quedó sin oportunidad alguna de llegar a la ansiada final.

El Morelia tampoco pudo dar la sorpresa, porque en los enfrentamientos contra Monterrey no estaban tan mentalizados como los regiomontanos para llegar a la final, puesto que los michoacanos ya habían cumplido con su misión de quitarse de encima el fantasma del descenso, que realmente era el principal objetivo, pero el buen funcionamiento táctico y estratégico que su entrenador, Roberto Hernández, logró con Monarcas, les permitió llegar más lejos de lo esperado.

Hay dos factores muy importantes que pueden desequilibrar la balanza en la gran final del futbol mexicano, dependiendo de cómo se apliquen en el terreno de juego. Uno de ellos es el mental. A los Rayados de Monterrey los noto un poco más mentalizados para alzarse con el trofeo, ya que son muchas las temporadas en las que no logran alzarse con el deseado título, desde el Apertura 2010, y su entrenador, el “Turco” Mohamed, está notando ya la presión de que si no gana el campeonato, no hay mucha garantía de que siga con ellos.

Para los Tigres, en cambio, la parte mental es diferente, porque no están tan necesitados como sus vecinos de enfrente, ya que apenas fueron campeones en el Torneo de Apertura 2016, así que creo no están tan urgidos y la presión tanto para los  jugadores como para el técnico no es tanta como la que percibirán sus contrincantes.

Ricardo “Tuca” Ferretti lo sabe y querrá utilizar este factor para conseguir el objetivo final, que sería la ansiada sexta estrella de los felinos.

El otro factor fundamental es el táctico y estratégico. Los dos técnicos tienen experiencia, porque ya conocen muy bien al futbol mexicano en cuanto a torneos regulares y, sobre todo, cómo jugar las Liguillas. Si hablamos del número de ocasiones, el “Tuca” lleva ventaja, con 36, por 7 del “Turco” Mohamed. Esto hace más atractivo el duelo norteño, y hay que resaltar que es la primera vez que en todo el país va a llamar la atención, ya que para los clásicos norteños la expectación sólo se daba en el estado de Nuevo León. En cambio, ahora, ha captado el interés en todo el territorio nacional, dada la calidad y el talento que tienen los jugadores de ambos planteles, y la cantidad de dinero que hay en juego, porque estas dos escuadras son las que más han invertido para conseguir el gran objetivo; tanto, que el que salga derrotado no se dará por vencido y seguirá invirtiendo para arrebatarle al acérrimo rival el cetro de la jerarquía en México, porque en la actualidad si hay algún equipo poderoso futbolísticamente hablando, no hay que dudar, la mirada apunta a los dos. Los Rayados están amenazando con traer una gran figura europea para así emparejar la expectación y la efectividad con la que André-Pierre Gignac les ha resultado a los Tigres. Y hasta en eso hay mucho pique en la Sultana del Norte.

Los dos técnicos tienen muy bien establecidos sus planteamientos tácticos y estratégicos, y lo normal es que no haya sorpresas en ese sentido. Si los planteamientos no son modificados y ya los jugadores saben a ciencia cierta cómo les gusta jugar a sus técnicos, entonces la responsabilidad aumentará para los que salten a la cancha, ya que si estos son los que realmente juegan, y sus técnicos no dan alguna sorpresa en el parado, los jugadores son los que van a definir al final hacia dónde se inclina la balanza.

Virtudes son muchas las que poseen las dos escuadras. Es muy interesante observar el duelo en cada posición, en cada línea y en todo el conjunto. Va a ser una final con mucha intensidad, y el ganador festejará al máximo por la rivalidad existente y porque los contendientes saben de la importancia que esto implica en todo el país, pero principalmente en Monterrey.

En teoría, hay una mínima ventaja. El partido de vuelta de esta gran final se va a desarrollar en la casa de los Rayados, y esta mínima ventaja la tienen que aprovechar los dirigidos por Antonio Mohamed.

¡Que te lo digo yo!