/ martes 17 de julio de 2018

Ajo y agua | Tres países marcan la pauta

Se termina la fiesta mundialista. Faltaban muchos días. Se acercaba el momento y ahora toca decir que la fiesta terminó siendo francesa.

El flamante campeón del mundo presume por segunda vez en su historia este galardón tan deseado para muchos países y que tan sólo lo han conseguido algunos cuantos, ocho, para ser precisos.

Hubo mucha gente que deseaba que Croacia fuese la vencedora, ya que nunca había jugado una final y por consiguiente este título sería histórico para ellos y para el mundo. Pero no les alcanzó. Sufrieron mucho para llegar a esta gran final, sobre todo por el desgaste físico que tuvieron que hacer en las últimas tres eliminatorias, en las que se vieron obligados a jugar tiempos extras, y esto es dar mucha ventaja a un equipo francés que no había mostrado el cien por ciento de su potencial.

Croacia debe estar muy feliz y orgullosa de sus héroes deportivos, ya que jugaron con mucho corazón, además de mostrar calidad y talento, y prueba de ello es que muchos de sus jugadores militan en equipos de gran importancia. El hecho de que Luca Modric haya ganado el Balón de Oro de esta justa dice mucho del nivel que mostraron los croatas.

Los franceses, a su vez, supieron pisar el acelerador para corregir una final que se les estaba inclinando en contra, ya que los primeros 35 minutos los croatas habían tomado la iniciativa y estaban dispuestos a sorprender tanto a los galos como al mundo entero con su entrega en esta final histórica para ellos.

El VAR en este campeonato ha ayudado en muchos casos, pero en otros, que son poco trascendentales, ha influido para que alguna selección haya salido perjudicada, tal es el caso de esta final, en la que sin haber llegado a portería los franceses, el árbitro argentino pitó una falta inexistente a Griezmann cerca del área, y esto provocó el primer gol por medio de un autogol de Mandzukic. Esto hizo que el orgullo croata saliese a relucir nuevamente para así poder conseguir el empate, por conducto de una de sus grandes figuras de este mundial, como es Perisic.

Después del empate, y antes de finalizar el primer tiempo, vino una de las mayores equivocaciones, si no es la que más, por la trascendencia que tenía, y fue el penalti pitado por el árbitro argentino Néstor Pitana, quien no señaló una mano dentro del área croata, en la que al protestar y presionar los jugadores franceses, el silbante pidió la ayuda del bendito VAR, ya que no había visto la susodicha mano.

¿Cuál era la duda que tuvo que ir a ver la pantalla para revisar las imágenes en el VAR? Así fue como tomó la delicada decisión. Fueron varios minutos que parecían eternos y ahí el tiempo demuestra que cuando hay una duda y no es clara, nunca se debe pitar penalti. Mi versión es que este árbitro ha ensuciado el VAR de la manera más grotesca, porque si este ex jugador de baloncesto hubiera jugado al futbol y no al basquetbol, se daría cuenta que en el salto entre el delantero francés y el defensor croata es tan cercano el desvío, que el movimiento natural no le da tiempo de nada al defensor, lo que indica que la intencionalidad nunca existió y eso no se tenía que haber decretado como penalti. Los que realmente sabemos de futbol y hemos jugado, sí nos damos cuenta, pero este árbitro, por esta falla, perjudicó el desarrollo de la final, favoreciendo con dos equivocaciones suyas al equipo francés.

Esto no quiere decir que en el segundo tiempo Francia no se hubiera impuesto, con la jerarquía y el potencial que mostró, sobre todo en la segunda parte. Pero el empujón que le dio el mal arbitraje inclinó a favor un partido en el que no le hacía falta ningún favor a los franceses.

Didier de Deschamps ha demostrado que es un entrenador que ya hizo historia por ser uno de los tres hombres que lograron coronarse como jugadores y técnicos.

Su estrategia y táctica, desarrollada desde que es el técnico de Francia, ha dejado un estilo muy definido y eficaz, siendo un planteamiento disciplinado,bien parado en la cancha, contundente arriba, con construcción en el juego de calidad y con talento, y con una peligrosidad por la calidad y la capacidad que también tienen en la ofensiva.

Son muchos los jugadores franceses que han elevado muchísimo su cotización y que grandes equipos están tras ellos. Sin ir más lejos, el Real Madrid desea contratar a Mbappé, pero éste no quiere moverse de París todavía. Rafael Varane supongo que estará haciendo labores de relaciones públicas para intentar convencerlo para que escoja el destino del Real Madrid en un futuro.

Ha sido una pena que a mi tocayo, Hugo Lloris, se le haya escapado de las manos, o mejor dicho de los pies la oportunidad de haber sido elegido el mejor portero del Mundial, por ese fallo que terminó en el 4-2 con el que Mandzukic le hizo la travesura, y por ese error Courtois le ganó esa distinción.

Esta Copa del Mundo nos ha dejado cosas buenas, regulares y malas. Las buenas, aparte del campeón Francia, que lo mereció por ser el mejor, hubo dos selecciones que me gustaron mucho, tanto en su juego, su carácter, su alegría y el corazón que mostraron en los partidos en los que participaron. Estoy hablando de Croacia y de Bélgica, que gustaron mucho y que estas tres selecciones, Francia, Bélgica y Croacia, han marcado la pauta como para saber cuál es la ruta a seguir en cuanto a juego y eficacia. Una mezcla de estilos de esas tres selecciones haría mostrar cuál es el estilo de futbol que se está jugando en la actualidad.

Entre las cosas regulares involucraremos a México, que sin pena ni gloria ha mostrado estar en el mismo lugar desde el Mundial de Estados Unidos 94. Tristemente seguimos en la misma instancia, y todo esto es porque a nuestros dirigentes no les interesa dar el paso adelante que nos hace falta. Y las cosas malas son las decepciones. Entre las que más llama la atención son las de Argentina, Brasil y España. Se esperaba mucho de ellas y por no hacer bien las cosas desde las estructuras, piensan que por calidad, talento y magia, esto podría funcionar. Y el futbol actual es tan competitivo, que si no se hacen las cosas de manera profesional, disciplinada y con buenas tomas de decisiones, no hay figura en el mundo que pueda sobresalir de manera individual.

Siempre hace falta jugar en equipo.

¡Que te lo digo yo!


Se termina la fiesta mundialista. Faltaban muchos días. Se acercaba el momento y ahora toca decir que la fiesta terminó siendo francesa.

El flamante campeón del mundo presume por segunda vez en su historia este galardón tan deseado para muchos países y que tan sólo lo han conseguido algunos cuantos, ocho, para ser precisos.

Hubo mucha gente que deseaba que Croacia fuese la vencedora, ya que nunca había jugado una final y por consiguiente este título sería histórico para ellos y para el mundo. Pero no les alcanzó. Sufrieron mucho para llegar a esta gran final, sobre todo por el desgaste físico que tuvieron que hacer en las últimas tres eliminatorias, en las que se vieron obligados a jugar tiempos extras, y esto es dar mucha ventaja a un equipo francés que no había mostrado el cien por ciento de su potencial.

Croacia debe estar muy feliz y orgullosa de sus héroes deportivos, ya que jugaron con mucho corazón, además de mostrar calidad y talento, y prueba de ello es que muchos de sus jugadores militan en equipos de gran importancia. El hecho de que Luca Modric haya ganado el Balón de Oro de esta justa dice mucho del nivel que mostraron los croatas.

Los franceses, a su vez, supieron pisar el acelerador para corregir una final que se les estaba inclinando en contra, ya que los primeros 35 minutos los croatas habían tomado la iniciativa y estaban dispuestos a sorprender tanto a los galos como al mundo entero con su entrega en esta final histórica para ellos.

El VAR en este campeonato ha ayudado en muchos casos, pero en otros, que son poco trascendentales, ha influido para que alguna selección haya salido perjudicada, tal es el caso de esta final, en la que sin haber llegado a portería los franceses, el árbitro argentino pitó una falta inexistente a Griezmann cerca del área, y esto provocó el primer gol por medio de un autogol de Mandzukic. Esto hizo que el orgullo croata saliese a relucir nuevamente para así poder conseguir el empate, por conducto de una de sus grandes figuras de este mundial, como es Perisic.

Después del empate, y antes de finalizar el primer tiempo, vino una de las mayores equivocaciones, si no es la que más, por la trascendencia que tenía, y fue el penalti pitado por el árbitro argentino Néstor Pitana, quien no señaló una mano dentro del área croata, en la que al protestar y presionar los jugadores franceses, el silbante pidió la ayuda del bendito VAR, ya que no había visto la susodicha mano.

¿Cuál era la duda que tuvo que ir a ver la pantalla para revisar las imágenes en el VAR? Así fue como tomó la delicada decisión. Fueron varios minutos que parecían eternos y ahí el tiempo demuestra que cuando hay una duda y no es clara, nunca se debe pitar penalti. Mi versión es que este árbitro ha ensuciado el VAR de la manera más grotesca, porque si este ex jugador de baloncesto hubiera jugado al futbol y no al basquetbol, se daría cuenta que en el salto entre el delantero francés y el defensor croata es tan cercano el desvío, que el movimiento natural no le da tiempo de nada al defensor, lo que indica que la intencionalidad nunca existió y eso no se tenía que haber decretado como penalti. Los que realmente sabemos de futbol y hemos jugado, sí nos damos cuenta, pero este árbitro, por esta falla, perjudicó el desarrollo de la final, favoreciendo con dos equivocaciones suyas al equipo francés.

Esto no quiere decir que en el segundo tiempo Francia no se hubiera impuesto, con la jerarquía y el potencial que mostró, sobre todo en la segunda parte. Pero el empujón que le dio el mal arbitraje inclinó a favor un partido en el que no le hacía falta ningún favor a los franceses.

Didier de Deschamps ha demostrado que es un entrenador que ya hizo historia por ser uno de los tres hombres que lograron coronarse como jugadores y técnicos.

Su estrategia y táctica, desarrollada desde que es el técnico de Francia, ha dejado un estilo muy definido y eficaz, siendo un planteamiento disciplinado,bien parado en la cancha, contundente arriba, con construcción en el juego de calidad y con talento, y con una peligrosidad por la calidad y la capacidad que también tienen en la ofensiva.

Son muchos los jugadores franceses que han elevado muchísimo su cotización y que grandes equipos están tras ellos. Sin ir más lejos, el Real Madrid desea contratar a Mbappé, pero éste no quiere moverse de París todavía. Rafael Varane supongo que estará haciendo labores de relaciones públicas para intentar convencerlo para que escoja el destino del Real Madrid en un futuro.

Ha sido una pena que a mi tocayo, Hugo Lloris, se le haya escapado de las manos, o mejor dicho de los pies la oportunidad de haber sido elegido el mejor portero del Mundial, por ese fallo que terminó en el 4-2 con el que Mandzukic le hizo la travesura, y por ese error Courtois le ganó esa distinción.

Esta Copa del Mundo nos ha dejado cosas buenas, regulares y malas. Las buenas, aparte del campeón Francia, que lo mereció por ser el mejor, hubo dos selecciones que me gustaron mucho, tanto en su juego, su carácter, su alegría y el corazón que mostraron en los partidos en los que participaron. Estoy hablando de Croacia y de Bélgica, que gustaron mucho y que estas tres selecciones, Francia, Bélgica y Croacia, han marcado la pauta como para saber cuál es la ruta a seguir en cuanto a juego y eficacia. Una mezcla de estilos de esas tres selecciones haría mostrar cuál es el estilo de futbol que se está jugando en la actualidad.

Entre las cosas regulares involucraremos a México, que sin pena ni gloria ha mostrado estar en el mismo lugar desde el Mundial de Estados Unidos 94. Tristemente seguimos en la misma instancia, y todo esto es porque a nuestros dirigentes no les interesa dar el paso adelante que nos hace falta. Y las cosas malas son las decepciones. Entre las que más llama la atención son las de Argentina, Brasil y España. Se esperaba mucho de ellas y por no hacer bien las cosas desde las estructuras, piensan que por calidad, talento y magia, esto podría funcionar. Y el futbol actual es tan competitivo, que si no se hacen las cosas de manera profesional, disciplinada y con buenas tomas de decisiones, no hay figura en el mundo que pueda sobresalir de manera individual.

Siempre hace falta jugar en equipo.

¡Que te lo digo yo!