/ martes 7 de abril de 2020

Ajo y Agua | Urge una cura para salvar al futbol

La propagación del coronavirus ha puesto en jaque al futbol en todas partes del mundo, sin embargo, el egoísmo y la avaricia de algunos directivos son los males que realmente amenazan con derrumbar los cimientos de este deporte

A lo largo de la historia el futbol ha servido como vínculo para unir a la humanidad, principalmente en grandes tragedias por fenómenos naturales. Y aunque sus lineamientos prohíben la intervención de los gobiernos, también ha ayudado a conciliar tensiones políticas entre los países, como es el caso del conflicto bélico entre Corea del Norte y Corea del Sur.

Recientemente ha servido como vitrina en la lucha por los derechos de la mujer, tanto dentro como fuera del terreno de juego, provocando la abolición de leyes que prohibían su ingreso a los estadios de futbol.

Y justo en medio de la propagación del coronavirus, el futbol ha formado parte de grandes movimientos en la lucha contra esta terrible enfermedad, catalogada como pandemia desde hace ya tres semanas por la Organización Mundial de la Salud.

Jugadores y clubes de todas partes del mundo han iniciado colectas e incluso donaciones al sector salud, así como a diversas organizaciones para ayudar a los más desfavorecidos.

Incluso, muchos de ellos han aceptado la reducción de gran parte de sus salarios mientras dure el Estado de Alarma, en un intento para que sus respectivos clubes sean afectados en menor medida posible por la crisis financiera que ya se avecina en el horizonte, a tres semanas de que las Ligas de futbol fueron suspendidas como consecuencia de la propagación del Covid-19.

Sin embargo, la verdadera lucha del futbol es consigo mismo debido a que algunos dirigentes sólo lo ven como negocio, no como deporte y ya ni siquiera como espectáculo.

La situación se ha salido de control, con un calendario de competición más que saturado, como en ocasiones anteriores he señalado para advertir la fuerte carga de esfuerzo a la que son sujetos los jugadores.

Entonces no importó la disputa de partido tras partido, muchos de ellos sin ningún beneficio deportivo, aunque sí económico. Pero ahora sí que representa un conflicto ante la imperiosa necesidad de terminar la temporada, aunque sea a puerta cerrada, para al menos rescatar los ingresos que dejan los derechos de transmisión televisiva.

Afortunadamente hay clubes que piensan en la salud de los jugadores y de sus familias, aunque han tenido que toparse con la resistencia de aquellos directivos enfermos de egoísmo y avaricia.

Un número importante de equipos incluso se han revelado en contra de la UEFA, a la que en primera instancia le pidieron posponer la Eurocopa hasta el próximo año para intentar terminar la temporada de las Ligas.

Pero el ente que rige el futbol europeo, que accedió a la petición, más que todo para rescatar la temporada de la Champions League, su joya más preciada, ha respondido con la amenaza de que aquella Liga que no termine su temporada será sancionada con la exclusión de sus equipos clasificados a las Copas continentales.

Ya la Asociación de Futbolistas Españoles advirtió que los jugadores no regresarán al terreno de juego hasta que la emergencia sanitaria no esté bajo control y las autoridades competentes aseguren que no hay riesgo de contagio, con lo que descartan la posibilidad de jugar a puerta cerrada.

Acá en México, salvo algunos equipos que han reducido el salario de sus jugadores, no se ha hablado de cómo se resolverá la temporada. No sé si esto sea bueno o malo, pero dudo que sea porque lo tienen bajo control.

Seguramente tendremos que esperar hasta el último minuto. Que así sea siempre y cuando la decisión haga justicia a lo deportivo y no a lo económico, pero como dije líneas anteriores, lo dudo.

¡Que te lo digo yo!

La propagación del coronavirus ha puesto en jaque al futbol en todas partes del mundo, sin embargo, el egoísmo y la avaricia de algunos directivos son los males que realmente amenazan con derrumbar los cimientos de este deporte

A lo largo de la historia el futbol ha servido como vínculo para unir a la humanidad, principalmente en grandes tragedias por fenómenos naturales. Y aunque sus lineamientos prohíben la intervención de los gobiernos, también ha ayudado a conciliar tensiones políticas entre los países, como es el caso del conflicto bélico entre Corea del Norte y Corea del Sur.

Recientemente ha servido como vitrina en la lucha por los derechos de la mujer, tanto dentro como fuera del terreno de juego, provocando la abolición de leyes que prohibían su ingreso a los estadios de futbol.

Y justo en medio de la propagación del coronavirus, el futbol ha formado parte de grandes movimientos en la lucha contra esta terrible enfermedad, catalogada como pandemia desde hace ya tres semanas por la Organización Mundial de la Salud.

Jugadores y clubes de todas partes del mundo han iniciado colectas e incluso donaciones al sector salud, así como a diversas organizaciones para ayudar a los más desfavorecidos.

Incluso, muchos de ellos han aceptado la reducción de gran parte de sus salarios mientras dure el Estado de Alarma, en un intento para que sus respectivos clubes sean afectados en menor medida posible por la crisis financiera que ya se avecina en el horizonte, a tres semanas de que las Ligas de futbol fueron suspendidas como consecuencia de la propagación del Covid-19.

Sin embargo, la verdadera lucha del futbol es consigo mismo debido a que algunos dirigentes sólo lo ven como negocio, no como deporte y ya ni siquiera como espectáculo.

La situación se ha salido de control, con un calendario de competición más que saturado, como en ocasiones anteriores he señalado para advertir la fuerte carga de esfuerzo a la que son sujetos los jugadores.

Entonces no importó la disputa de partido tras partido, muchos de ellos sin ningún beneficio deportivo, aunque sí económico. Pero ahora sí que representa un conflicto ante la imperiosa necesidad de terminar la temporada, aunque sea a puerta cerrada, para al menos rescatar los ingresos que dejan los derechos de transmisión televisiva.

Afortunadamente hay clubes que piensan en la salud de los jugadores y de sus familias, aunque han tenido que toparse con la resistencia de aquellos directivos enfermos de egoísmo y avaricia.

Un número importante de equipos incluso se han revelado en contra de la UEFA, a la que en primera instancia le pidieron posponer la Eurocopa hasta el próximo año para intentar terminar la temporada de las Ligas.

Pero el ente que rige el futbol europeo, que accedió a la petición, más que todo para rescatar la temporada de la Champions League, su joya más preciada, ha respondido con la amenaza de que aquella Liga que no termine su temporada será sancionada con la exclusión de sus equipos clasificados a las Copas continentales.

Ya la Asociación de Futbolistas Españoles advirtió que los jugadores no regresarán al terreno de juego hasta que la emergencia sanitaria no esté bajo control y las autoridades competentes aseguren que no hay riesgo de contagio, con lo que descartan la posibilidad de jugar a puerta cerrada.

Acá en México, salvo algunos equipos que han reducido el salario de sus jugadores, no se ha hablado de cómo se resolverá la temporada. No sé si esto sea bueno o malo, pero dudo que sea porque lo tienen bajo control.

Seguramente tendremos que esperar hasta el último minuto. Que así sea siempre y cuando la decisión haga justicia a lo deportivo y no a lo económico, pero como dije líneas anteriores, lo dudo.

¡Que te lo digo yo!