/ martes 28 de abril de 2020

Ajo y Agua | Ven la tempestad y no se hincan

Anotar un gol sin aficionados en las gradas es prácticamente hacerlo en medio de la nada. Pero bajo estas circunstancias, justo en medio de la propagación del coronavirus, no vale la pena arriesgarse. Debemos razonar y recordar que lo primero es la salud, para, de esta forma, evitar perderlo todo.

El futbol, como lo conocemos en la actualidad, sufrirá un cambio radical debido a la crisis económica que en este momento provoca la propagación de la pandemia del coronavirus y que, penosamente, muchos equipos no podrán sobrellevar.

El tiempo sigue su curso, y pese a que algunos países comienzan a dejar atrás el confinamiento, el hecho de jugar a puerta cerrada, para algunas Federaciones, ya ni siquiera figura como opción, por lo que incluso se preparan para el peor escenario posible.

Apenas el viernes pasado la Federación Holandesa de Futbol confirmó que su temporada quedará marcada en la historia como nula, sin campeón y sin ascenso ni descenso, luego de que el gobierno se rehusó a permitir que los equipos regresaran a los entrenamientos, como mínimo, hasta el 1 de septiembre, cuando, en condiciones normales, ya se deberían estar disputando las primeras fechas del siguiente curso.

De esta forma, el Ajax, en el que milita el defensor mexicano Edson Álvarez, se quedó con las ganas de conquistar el bicampeonato de la Eredivisie, empatado en puntos con el AZ Alkmaar, aunque con mejor diferencia de goles, a falta de nueve fechas por disputar.

Alguna vez escuché que todo lo grande se encuentra justo en medio de la tempestad, pero es muy difícil verlo con tanto miedo a contagiarse e incertidumbre en torno al futuro en general.

El domingo fue el turno del gobierno italiano al autorizar que los equipos vuelvan a los entrenamientos, pero hasta el 18 de mayo, dos semanas después de la fecha propuesta por la Federación Italiana de Futbol, lo que aprieta aún más su calendario de competiciones.

Hasta cierto punto entiendo a los clubes que tratan, a toda costa, de terminar la temporada, como es el caso de la Lazio, ubicado en la segunda posición de la clasificación, a sólo un punto de distancia de la Juventus, y dispuesto a terminar la temporada a puerta cerrada con tal de evitar mayores pérdidas económicas.

Sin embargo, dónde queda la opinión de sus jugadores, incluso más allá de su integridad si confiamos en que los directivos se han comprometido a reducir al máximo el riesgo de contagio, con concentraciones blindadas en centros deportivos desinfectados, procurando evitar todo tipo de contacto con personas externas, además de considerar la hipótesis extrema de trasladar los partidos, únicamente, al centro y al sur del país, que recordemos es el más afectado de Europa, sin organizar partidos en las regiones norteñas, donde se registran los principales focos de contagio.

El próximo mercado de verano, si es que logra llevarse a cabo en dicha época del año, significará el reinicio del futbol en todo el mundo, con traspasos sumamente conservadores y la caída en los precios de los jugadores.

Como he dicho antes, no existe ningún jugador en el mundo, ni siquiera a lo largo de la historia, que valga 300 millones de euros, y aunque esta no es idónea, sí es la ocasión para recuperar la esencia del futbol para dejar de verlo sólo como un negocio.

Ahora más que nunca habrá que voltear a la cantera para darle la oportunidad a jóvenes promesas, aunque esto sólo sea para hacer cuadrar las finanzas de los clubes.

Que todo lo anterior al menos sirva como ensayo para el futbol de América, donde los países como México se preparan para hacer frente a la mayor curva de contagios de coronavirus.

Manténganse en casa… Manténganse seguros.

¡Que te lo digo yo!

Anotar un gol sin aficionados en las gradas es prácticamente hacerlo en medio de la nada. Pero bajo estas circunstancias, justo en medio de la propagación del coronavirus, no vale la pena arriesgarse. Debemos razonar y recordar que lo primero es la salud, para, de esta forma, evitar perderlo todo.

El futbol, como lo conocemos en la actualidad, sufrirá un cambio radical debido a la crisis económica que en este momento provoca la propagación de la pandemia del coronavirus y que, penosamente, muchos equipos no podrán sobrellevar.

El tiempo sigue su curso, y pese a que algunos países comienzan a dejar atrás el confinamiento, el hecho de jugar a puerta cerrada, para algunas Federaciones, ya ni siquiera figura como opción, por lo que incluso se preparan para el peor escenario posible.

Apenas el viernes pasado la Federación Holandesa de Futbol confirmó que su temporada quedará marcada en la historia como nula, sin campeón y sin ascenso ni descenso, luego de que el gobierno se rehusó a permitir que los equipos regresaran a los entrenamientos, como mínimo, hasta el 1 de septiembre, cuando, en condiciones normales, ya se deberían estar disputando las primeras fechas del siguiente curso.

De esta forma, el Ajax, en el que milita el defensor mexicano Edson Álvarez, se quedó con las ganas de conquistar el bicampeonato de la Eredivisie, empatado en puntos con el AZ Alkmaar, aunque con mejor diferencia de goles, a falta de nueve fechas por disputar.

Alguna vez escuché que todo lo grande se encuentra justo en medio de la tempestad, pero es muy difícil verlo con tanto miedo a contagiarse e incertidumbre en torno al futuro en general.

El domingo fue el turno del gobierno italiano al autorizar que los equipos vuelvan a los entrenamientos, pero hasta el 18 de mayo, dos semanas después de la fecha propuesta por la Federación Italiana de Futbol, lo que aprieta aún más su calendario de competiciones.

Hasta cierto punto entiendo a los clubes que tratan, a toda costa, de terminar la temporada, como es el caso de la Lazio, ubicado en la segunda posición de la clasificación, a sólo un punto de distancia de la Juventus, y dispuesto a terminar la temporada a puerta cerrada con tal de evitar mayores pérdidas económicas.

Sin embargo, dónde queda la opinión de sus jugadores, incluso más allá de su integridad si confiamos en que los directivos se han comprometido a reducir al máximo el riesgo de contagio, con concentraciones blindadas en centros deportivos desinfectados, procurando evitar todo tipo de contacto con personas externas, además de considerar la hipótesis extrema de trasladar los partidos, únicamente, al centro y al sur del país, que recordemos es el más afectado de Europa, sin organizar partidos en las regiones norteñas, donde se registran los principales focos de contagio.

El próximo mercado de verano, si es que logra llevarse a cabo en dicha época del año, significará el reinicio del futbol en todo el mundo, con traspasos sumamente conservadores y la caída en los precios de los jugadores.

Como he dicho antes, no existe ningún jugador en el mundo, ni siquiera a lo largo de la historia, que valga 300 millones de euros, y aunque esta no es idónea, sí es la ocasión para recuperar la esencia del futbol para dejar de verlo sólo como un negocio.

Ahora más que nunca habrá que voltear a la cantera para darle la oportunidad a jóvenes promesas, aunque esto sólo sea para hacer cuadrar las finanzas de los clubes.

Que todo lo anterior al menos sirva como ensayo para el futbol de América, donde los países como México se preparan para hacer frente a la mayor curva de contagios de coronavirus.

Manténganse en casa… Manténganse seguros.

¡Que te lo digo yo!