/ miércoles 11 de mayo de 2022

¡Al contrario del Rey midas! 

Que lo que tocaba lo convertía en oro, la 4T lo transforma en ¡excremento! Así destruyó el Sistema de Salud, desmantelando el Seguro Popular, aniquilando el abastecimiento de medicinas y dejando a millones y millones de mexicanos, desprotegidos.

Otro tanto hace ahora con la educación, a la que puso en manos de una individua grilla de undécima, que aparte de ser probadamente corrupta, a lo único que se dedica es a “cultivar” su posible candidatura a gobernadora del Estado de México (Libre Dios a los pobres mexiquenses, de caer en manos de esta sátrapa). Para redondear el desastre, un tal Marx Arriaga, amiguete de la no primera dama, intenta modificar toda la enseñanza para convertirla en un vil método de adoctrinamiento, barbarie que no se debe permitir bajo ningún motivo.

Liquidaron a los organismos autónomos, atacan a la ciencia y a los científicos e investigadores, a las universidades, a todo aquel que piensa distinto. Intentan pasar leyes perjudiciales y condenan a los legisladores de oposición, que se niegan a aprobar semejantes demencias.

Estamos en la olla, pero, como si fueran pocos los atentados contra la vida y seguridad de la población, destrozaron el sistema aéreo, que mal que bien funcionaba, para dar paso al elefante blanco del Aeropuerto de Santa Lucía, que está haciendo añicos a la industria y, de paso, llevándose entre las patas al turismo.

No dan una y lo peor es que AMLO hace alarde en privado, de que no permitirá que llegue nadie más que sus hordas al control de esta República, la que bajo su férula, agoniza.

El bárbaro incidente que tuvo lugar el pasado sábado, en el aeropuerto Benito Juárez de la CDMX, cuando no chocaron dos aviones gracias a la pericia de un piloto, pinta las trágicas condiciones en las que han sumido, reitero, a la que fue exitosa industria.

María Larriva, Investigadora de accidentes aéreos y controlador aéreo, explicó con brillantez y enorme claridad -en el noticiario de Ricardo Rocha-, el desastre al que ha llevado la “reestructuración del espacio aéreo” y la urgencia de que se tomen medidas drásticas, antes de que haya una auténtica tragedia. Explicó que la renuncia del director del Seneam es insuficiente. Habló del brutal deterioro en el cuerpo de controladores, al eliminar a los supervisores, recortar personal y contratar a personas sin experiencia. Relató que exigen jornadas de 40 horas, imposibles de tolerar por el estrés que conlleva en sí mismo, un cargo de esta naturaleza.

Se empeñó el tlatoani en destazar el aeropuerto de Texcoco e inauguró antes de que estuviera listo, un AIFA que da pena. Como en todos los puestos destacados de la administración, se nombró a neófitos desconocedores de una materia tan delicada y, por supuesto, lo único que han hecho es favorecer el que, la asociación internacional de aviación nos bajara el ranking. Ahora, para cerrar el círculo, hay quejas de la Asociación internacional de pilotos, por el peligro de volar en estas condiciones de inseguridad.

AMLO ya culpó a Fox y a los consabidos “conservadores” de “exagerar”. Es a tal grado inconsciente, que se ve que le importaría un pepino -como sucedió con la Línea 12-, el que hubiera un accidente. Su actitud clama al cielo: si solo sirve para andar paseando en el trópico bananero, donde sí le aplauden, que se vaya de una buena vez a vivir por esos lares y deje de destruir a este país, al que día a día, socava.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Que lo que tocaba lo convertía en oro, la 4T lo transforma en ¡excremento! Así destruyó el Sistema de Salud, desmantelando el Seguro Popular, aniquilando el abastecimiento de medicinas y dejando a millones y millones de mexicanos, desprotegidos.

Otro tanto hace ahora con la educación, a la que puso en manos de una individua grilla de undécima, que aparte de ser probadamente corrupta, a lo único que se dedica es a “cultivar” su posible candidatura a gobernadora del Estado de México (Libre Dios a los pobres mexiquenses, de caer en manos de esta sátrapa). Para redondear el desastre, un tal Marx Arriaga, amiguete de la no primera dama, intenta modificar toda la enseñanza para convertirla en un vil método de adoctrinamiento, barbarie que no se debe permitir bajo ningún motivo.

Liquidaron a los organismos autónomos, atacan a la ciencia y a los científicos e investigadores, a las universidades, a todo aquel que piensa distinto. Intentan pasar leyes perjudiciales y condenan a los legisladores de oposición, que se niegan a aprobar semejantes demencias.

Estamos en la olla, pero, como si fueran pocos los atentados contra la vida y seguridad de la población, destrozaron el sistema aéreo, que mal que bien funcionaba, para dar paso al elefante blanco del Aeropuerto de Santa Lucía, que está haciendo añicos a la industria y, de paso, llevándose entre las patas al turismo.

No dan una y lo peor es que AMLO hace alarde en privado, de que no permitirá que llegue nadie más que sus hordas al control de esta República, la que bajo su férula, agoniza.

El bárbaro incidente que tuvo lugar el pasado sábado, en el aeropuerto Benito Juárez de la CDMX, cuando no chocaron dos aviones gracias a la pericia de un piloto, pinta las trágicas condiciones en las que han sumido, reitero, a la que fue exitosa industria.

María Larriva, Investigadora de accidentes aéreos y controlador aéreo, explicó con brillantez y enorme claridad -en el noticiario de Ricardo Rocha-, el desastre al que ha llevado la “reestructuración del espacio aéreo” y la urgencia de que se tomen medidas drásticas, antes de que haya una auténtica tragedia. Explicó que la renuncia del director del Seneam es insuficiente. Habló del brutal deterioro en el cuerpo de controladores, al eliminar a los supervisores, recortar personal y contratar a personas sin experiencia. Relató que exigen jornadas de 40 horas, imposibles de tolerar por el estrés que conlleva en sí mismo, un cargo de esta naturaleza.

Se empeñó el tlatoani en destazar el aeropuerto de Texcoco e inauguró antes de que estuviera listo, un AIFA que da pena. Como en todos los puestos destacados de la administración, se nombró a neófitos desconocedores de una materia tan delicada y, por supuesto, lo único que han hecho es favorecer el que, la asociación internacional de aviación nos bajara el ranking. Ahora, para cerrar el círculo, hay quejas de la Asociación internacional de pilotos, por el peligro de volar en estas condiciones de inseguridad.

AMLO ya culpó a Fox y a los consabidos “conservadores” de “exagerar”. Es a tal grado inconsciente, que se ve que le importaría un pepino -como sucedió con la Línea 12-, el que hubiera un accidente. Su actitud clama al cielo: si solo sirve para andar paseando en el trópico bananero, donde sí le aplauden, que se vaya de una buena vez a vivir por esos lares y deje de destruir a este país, al que día a día, socava.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq