En la entrega de la semana anterior, me referí a las condiciones que enfrentan las Fuerzas Armadas en general y las de nuestro país en particular, a propósito de la irreversible ampliación de las misiones y escenarios del siglo XXI. La necesidad de preservar las bases axiológicas y profesionales de la carrera de las armas, sin duda, representa el principal desafío respecto del integrante del estamento militar de nuestros días.
En esta ocasión, para complementar, la perspectiva para el establecimiento de un sistema de formación integral militar, debe partir de la ubiquidad; en tanto que la Geografía de un país, es un factor indiscutible, la interpretación de esa condición, propicia las siguientes preguntas: ¿qué tipo de Fuerzas Armadas para que país? ¿qué ventajas y antagonismos enfrenta un país determinado debido a sus características geopolíticas? Y finalmente, pero también muy relevante: ¿qué perspectivas hay respecto de los antagonismos que la sociedad, las instituciones y las Fuerzas Armadas deben de procesar para garantizar la viabilidad de la Nación?
Hay que notar, que los conceptos país, Estado y Nación, que de ninguna manera son sinónimos ni pueden aplicarse o usarse de manera indistinta. Para el pensamiento militar clásico, cada uno de esos tres términos, implica a su vez, una connotación que va de lo simbólico (Nación) a lo institucional (Estado) y a lo geográfico (país). Cada una de esas dimensiones, reclama para el profesional de las armas, Doctrina, adiestramiento, despliegue, equipamiento, operaciones, tácticas y estrategia específicos. Desde luego, que los tres conceptos-guía, en la práctica se entrelazan, influyen e incluyen entre sí, pero deben distinguirse respecto de sus condiciones a lo largo de la historia y de sus expresiones contemporáneas.
Por eso, retomando la especificidad del país (México) ante la dinámica internacional (de los Estados), los efectos sobre la identidad y valores (Nación), reclama de una determinada formación militar y relaciones entre la sociedad y sus Fuerzas Armadas, para atender los antagonismos que de forma natural tienden a tratar de influir o debilitar determinadas áreas de influencia e interés, e incluso, anular algunas expresiones vitales de cohesión social. No es exagerado afirmar, que los principales recursos con los que cuenta el estamento militar, son la valoración y confianza que la sociedad tiene por el profesional de las armas.
En ese sentido, mantener y aún, ampliar, esos recursos que fortalecen a la Nación, significa para los tomadores de decisiones civiles, tomar plena conciencia de lo que las Fuerzas Armadas parte central de los valores que nos identifican como sociedad. Este es mes de febrero, que cuenta con el mayor número de efemérides civiles militares de todo el año, crea un ambiente idóneo para reflexionar a profundidad sobre la absoluta relevancia que tiene para México, contar con unas Fuerzas Armadas prestigiadas en el mundo, con capacidades disuasivas y apreciadas por la población.
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