La nueva conformación política derivada de las elecciones del año pasado obliga a los partidos políticos de oposición a contemplar la posibilidad de concretar alianzas electorales para los comicios del 2021, que les permitan hacer frente a la maquinaria de votos que puso en marcha al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), con Andrés Manuel López Obrador como estandarte.
No es cosa menor lo que estará en juego dentro de casi dos años: la Cámara de Diputados, 14 gubernaturas, 29 congresos locales y casi 2 mil presidencias municipales, pero, sobre todo, la agenda legislativa para el segundo tramo de la administración de la l 4T y, con ello, su consolidación.
El nuevo dirigente del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, abrió la posibilidad de aliarse al Partido Acción Nacional (PAN), para enfrentar a la aplanadora morenista, que en los pasados comicios se echó a la bolsa con cierta holgura las gubernaturas de Baja California, con Jaime Bonilla, y de Puebla, con Luis Miguel Barbosa, y que para la elección intermedia no sólo buscará repetir como mayoría en San Lázaro, sino al menos ganar siete u ocho de los gobiernos estatales.
“Se acabaron las alianzas que no benefician al PRI”, subrayó el líder priista, con lo que es claro que cortará con la pesada losa que le ha representado desde las elecciones del 2006 el Partido Verde Ecologista de México, y que poco le ha aportado. “Nunca más los priistas irán en alianza en que el PRI ponían y otros recogían los beneficios”, señaló. Los verde-ecologistas comandados por Jorge Emilio González ya buscan a Morena, con cuya fuerza se aliaron en la elección de Baja California y la extraordinaria de Puebla
Los panistas tampoco descartan ir en alianza con los priistas tanto en las elecciones federales como locales, comentó el coordinador en la Cámara de Diputados, Juan Carlos Romero Hicks, aunque también está latente la posibilidad de concretar una gran alianza opositora con otras fuerzas políticas. Es claro que podría repetir con Movimiento Ciudadano, a pesar de que su principal fuerza se ubica en Jalisco, y con el casi extinto PRD.
Es evidente la alianza, pero para descarrilar a Morena, el escenario luce muy complicado, sino es que imposible.
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