/ sábado 24 de febrero de 2018

Alto Poder


* AMLO habla de República amorosa y todos tiemblan

* Ricardo Anaya resta apoyos, en lugar de sumarlos

* Meade atenderá necesidades “personalizadas”


Mientras que a Ricardo Anaya le llueven acusaciones de malos manejos de dinero para su enriquecimiento personal y a José Antonio Meade, los “especialistas” consideran que cayó en una campaña estancada, Andrés Manuel López obrador se metió a las arenas movedizas de la moral y el amor.


Nadie duda que el principal problema del país sea la corrupción y la inmoralidad que permea a todos los sectores de la población. El pueblo ha acuñado dichos que revelan los graves problemas que corroen el alma de México. Dicen que “el que no tranza no avanza”, “el que fregó, fregó”; el “si no eres, pa’que te haces”, la “chicanada” y el “agandalle” y se hicieron costumbre “los arreglos en lo oscurito”.


De pronto, como el estallido de un relámpago, López Obrador rindió protesta como candidato del Partido Encuentro Social (una institución confesional) y usó, tal vez por primera vez en política, fragmentos de la Biblia, con las palabras de Jesús.


Sin temor, porque se debe tener mucho temple para hacerlo, el candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, refirió abiertamente, con todas sus letras, que “desde el Antiguo Testamento hasta nuestros días, la justicia y la fraternidad han tenido un lugar preponderante en el ejercicio de la ética social. En el Nuevo Testamento se señala que Jesús manifestó con sus palabras y sus obras su preferencia por los pobres y los niños, y para muchos Cristo es amor.”


Andrés Manuel tuvo buen cuidado de expresar claramente su posición política, cuando dijo que “no se contrapone con mi concepción de Estado laico. Jesús fue muy claro, fue el primero que dijo ‘a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”.


Ya sin cortapisas habló sobre un diálogo ecuménico, para moralizar a México.


La moralización, esta vez, sí parece que va en serio y no que es una engañifa como la de Miguel de la Madrid, “el renovador moral”, cuyos colaboradores más cercanos eran profundamente inmorales y sus secretarios de Estado, por sus acciones y sinvergüenzadas, pasarán a la historia como Eduardo Pesqueira Olea, un prototipo de la inmoralidad y la corrupción desde el gobierno.


LOS PANISTAS CONTRA ANAYA



Las acusaciones de lavado de dinero que le hicieron a Ricardo Anaya, las consideró “absurdas y de risa loca”. Dos inversionistas de Querétaro se dijeron amenazados por un trato que hicieron con Manuel Barreiro, amigo del candidato presidencial panista entre 2016 y 2017.


Según el abogado Joaquín Xamán, el empresario Barreiro Castañeda contactó a los inversionistas Alberto y Daniel para que compraran una nave industrial construida por una empresa propiedad de Anaya.


Después, ambos fueron instruidos a crear compañías fantasmas para mandar a paraísos fiscales el dinero que les entregó Barreiro y regresarlo a México, para depositarlo en cuentas de Ricardo Anaya.


El candidato panista intentó enredar la operación fraudulenta, para que resultara difícil desenmarañar la madeja.


El panista Ernesto Cordero exigió a la PGR investigar “inmediatamente” el patrimonio de Ricardo Anaya porque “los panistas no podemos tener un candidato bajo sospecha de lavado de dinero. México merece un Presidente honesto y limpio.”


Javier Lozano, expanista y ahora en la campaña de José Antonio Meade, dijo que es el mismo modus operandi de las acusaciones anteriores en contra de Anaya.


Los delitos que podría haber cometido el panista, según Lozano, son triangulación de recursos, lavado de dinero y esquema de simulación.


OCHOA NO SABE GUIAR A LOS PRIISTAS



José Antonio Meade, como candidato del otrora invencible PRI, se encuentra entrampado en una campaña donde ha destacado más su esposa, Juana Cuevas, una mujer con buena presencia y que sabe exponer perfectamente sus ideas.


Ante la caída de Meade en las encuestas de intención del voto, el candidato se ha echado en brazos de la maquinaria priista, que ahora su inepto presidente, Enrique Ochoa, no ha sabido conducir ni aprovechar en beneficio de su candidato.


No hay nada novedoso en la campaña de José Antonio. Se trata de un hombre que nunca se ha visto mezclado en escándalos de corrupción, pero que su forma de ser pausada y alejada del lenguaje popular no se arraiga en los electores. No participó en la conspiración, sólo la dejó pasar.


La más reciente perla en el discurso de Meade fue la creación del Registro Nacional de Necesidades de Cada Persona. De seguro que ni él mismo entendió la propuesta.


Meade deberá enfrentarse a la ruptura del Partido Verde con el PRI en Chiapas. Los ecologistas postularán a su propio candidato al gobierno estatal, donde gobiernan con Manuel Velasco y son la principal fuerza política.


Además, la salida de Elba Esther Gordillo y sus millones del tricolor (aunque sigue su partido Nueva Alianza en la coalición con el PRI) serán un factor determinante para la campaña presidencial, porque ahora su familia está con Andrés Manuel.


Para apuntalar la campaña de Meade, se sumaron Manlio Fabio Beltrones, Miguel Ángel Osorio Chong y Beatriz Paredes.


A López Obrador llegó, quien sabe si para beneficiarlo o perjudicarlo, el controvertido exlíder de los mineros, Napoleón Gómez Urrutia, que recibió como herencia de su padre, Napoleón Gómez Sada, el liderazgo del gremio que son heroicos pero que no saben defender sus derechos.


Los apoyos que se suponía recibiría de los panistas Ricardo Anaya, se los están dando a Margarita Zavala, a sabiendas que durante el gobierno de su marido, Felipe Calderón, se cometieron terribles actos de corrupción y, al final de su sexenio, dejó sembrados en el país, más de 130 mil muertos.


A medida que se acerca el 1 de julio, el día de la jornada electoral, aparecerán los actos desesperados de los candidatos tratando de allegarse mayor número de celebridades políticas.


Lo más notable de la semana en asuntos políticos, desde luego que fue el anuncio de López Obrador de la “República amorosa” y la “Constitución moral”. De esto si, nadie se ha reído Aunque pretendan censurarlo y decirle todos los improperios habidos y por haber.


Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.


manuelmejidot@gmail.com


* AMLO habla de República amorosa y todos tiemblan

* Ricardo Anaya resta apoyos, en lugar de sumarlos

* Meade atenderá necesidades “personalizadas”


Mientras que a Ricardo Anaya le llueven acusaciones de malos manejos de dinero para su enriquecimiento personal y a José Antonio Meade, los “especialistas” consideran que cayó en una campaña estancada, Andrés Manuel López obrador se metió a las arenas movedizas de la moral y el amor.


Nadie duda que el principal problema del país sea la corrupción y la inmoralidad que permea a todos los sectores de la población. El pueblo ha acuñado dichos que revelan los graves problemas que corroen el alma de México. Dicen que “el que no tranza no avanza”, “el que fregó, fregó”; el “si no eres, pa’que te haces”, la “chicanada” y el “agandalle” y se hicieron costumbre “los arreglos en lo oscurito”.


De pronto, como el estallido de un relámpago, López Obrador rindió protesta como candidato del Partido Encuentro Social (una institución confesional) y usó, tal vez por primera vez en política, fragmentos de la Biblia, con las palabras de Jesús.


Sin temor, porque se debe tener mucho temple para hacerlo, el candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, refirió abiertamente, con todas sus letras, que “desde el Antiguo Testamento hasta nuestros días, la justicia y la fraternidad han tenido un lugar preponderante en el ejercicio de la ética social. En el Nuevo Testamento se señala que Jesús manifestó con sus palabras y sus obras su preferencia por los pobres y los niños, y para muchos Cristo es amor.”


Andrés Manuel tuvo buen cuidado de expresar claramente su posición política, cuando dijo que “no se contrapone con mi concepción de Estado laico. Jesús fue muy claro, fue el primero que dijo ‘a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”.


Ya sin cortapisas habló sobre un diálogo ecuménico, para moralizar a México.


La moralización, esta vez, sí parece que va en serio y no que es una engañifa como la de Miguel de la Madrid, “el renovador moral”, cuyos colaboradores más cercanos eran profundamente inmorales y sus secretarios de Estado, por sus acciones y sinvergüenzadas, pasarán a la historia como Eduardo Pesqueira Olea, un prototipo de la inmoralidad y la corrupción desde el gobierno.


LOS PANISTAS CONTRA ANAYA



Las acusaciones de lavado de dinero que le hicieron a Ricardo Anaya, las consideró “absurdas y de risa loca”. Dos inversionistas de Querétaro se dijeron amenazados por un trato que hicieron con Manuel Barreiro, amigo del candidato presidencial panista entre 2016 y 2017.


Según el abogado Joaquín Xamán, el empresario Barreiro Castañeda contactó a los inversionistas Alberto y Daniel para que compraran una nave industrial construida por una empresa propiedad de Anaya.


Después, ambos fueron instruidos a crear compañías fantasmas para mandar a paraísos fiscales el dinero que les entregó Barreiro y regresarlo a México, para depositarlo en cuentas de Ricardo Anaya.


El candidato panista intentó enredar la operación fraudulenta, para que resultara difícil desenmarañar la madeja.


El panista Ernesto Cordero exigió a la PGR investigar “inmediatamente” el patrimonio de Ricardo Anaya porque “los panistas no podemos tener un candidato bajo sospecha de lavado de dinero. México merece un Presidente honesto y limpio.”


Javier Lozano, expanista y ahora en la campaña de José Antonio Meade, dijo que es el mismo modus operandi de las acusaciones anteriores en contra de Anaya.


Los delitos que podría haber cometido el panista, según Lozano, son triangulación de recursos, lavado de dinero y esquema de simulación.


OCHOA NO SABE GUIAR A LOS PRIISTAS



José Antonio Meade, como candidato del otrora invencible PRI, se encuentra entrampado en una campaña donde ha destacado más su esposa, Juana Cuevas, una mujer con buena presencia y que sabe exponer perfectamente sus ideas.


Ante la caída de Meade en las encuestas de intención del voto, el candidato se ha echado en brazos de la maquinaria priista, que ahora su inepto presidente, Enrique Ochoa, no ha sabido conducir ni aprovechar en beneficio de su candidato.


No hay nada novedoso en la campaña de José Antonio. Se trata de un hombre que nunca se ha visto mezclado en escándalos de corrupción, pero que su forma de ser pausada y alejada del lenguaje popular no se arraiga en los electores. No participó en la conspiración, sólo la dejó pasar.


La más reciente perla en el discurso de Meade fue la creación del Registro Nacional de Necesidades de Cada Persona. De seguro que ni él mismo entendió la propuesta.


Meade deberá enfrentarse a la ruptura del Partido Verde con el PRI en Chiapas. Los ecologistas postularán a su propio candidato al gobierno estatal, donde gobiernan con Manuel Velasco y son la principal fuerza política.


Además, la salida de Elba Esther Gordillo y sus millones del tricolor (aunque sigue su partido Nueva Alianza en la coalición con el PRI) serán un factor determinante para la campaña presidencial, porque ahora su familia está con Andrés Manuel.


Para apuntalar la campaña de Meade, se sumaron Manlio Fabio Beltrones, Miguel Ángel Osorio Chong y Beatriz Paredes.


A López Obrador llegó, quien sabe si para beneficiarlo o perjudicarlo, el controvertido exlíder de los mineros, Napoleón Gómez Urrutia, que recibió como herencia de su padre, Napoleón Gómez Sada, el liderazgo del gremio que son heroicos pero que no saben defender sus derechos.


Los apoyos que se suponía recibiría de los panistas Ricardo Anaya, se los están dando a Margarita Zavala, a sabiendas que durante el gobierno de su marido, Felipe Calderón, se cometieron terribles actos de corrupción y, al final de su sexenio, dejó sembrados en el país, más de 130 mil muertos.


A medida que se acerca el 1 de julio, el día de la jornada electoral, aparecerán los actos desesperados de los candidatos tratando de allegarse mayor número de celebridades políticas.


Lo más notable de la semana en asuntos políticos, desde luego que fue el anuncio de López Obrador de la “República amorosa” y la “Constitución moral”. De esto si, nadie se ha reído Aunque pretendan censurarlo y decirle todos los improperios habidos y por haber.


Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.


manuelmejidot@gmail.com