/ sábado 3 de marzo de 2018

Alto Poder

* Prevalece el binomio proteccionista gobernador-policía

* Políticos huyen del país y son detenidos en otros países

* Los italianos enviarán a Yarringtón a EU, no a México


Las policías del extranjero, además de hacer el trabajo de las mexicanas, las ponen en ridículo ante el mundo por su incapacidad para detener delincuentes y llevarlos a juicio.


Además de los infractores del orden civil, los cuerpos de seguridad de América y Europa han realizado un espléndido trabajo para detener a los políticos ladrones que se escondieron en varios países para evadir la justicia mexicana.


La razón primordial de que en otras naciones se localice y capture a delincuentes mexicanos que han escapado de las autoridades es la corrupción.


En tanto los servicios de seguridad nacionales están totalmente penetrados por la delincuencia y el crimen organizado, y se encuentran metidos hasta el cuello en los sobornos, las policías extranjeras no saben de dar facilidades, ni de la laxitud de las policías nacionales.


El más reciente caso de corrupción e impunidad lo ofrecieron las autoridades mexicanas, al no apresar a los miembros de la banda “del mazo”, que cometieron varios atracos en México y tuvo que ser la policía uruguaya la que los capturara y los pusiera bajo buen recaudo.


La Interpol confirmó que los sujetos detenidos en Punta del Este formaban parte de ese grupo delincuente que ha robado en Santa Fe, Coyoacán, Pachuca, además de Canadá y Costa Rica, donde también eran buscados.


El exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, fue detenido por la policía guatemalteca en Panajachel, en Solodá, donde vivía escondido en un departamento de lujo.


Las policías mexicanas pasaron meses buscando a Duarte de Ochoa, sin encontrarlo porque estaban muy bien “aceitados” con parte del dinero que robó a los veracruzanos.


Tuvo que ser la policía panameña, la que arrestará en el aeropuerto de Tocumén al exmandatario de Quintana Roo, Roberto Borge, acusado por desvío de recursos públicos. Fue extraditado a México el 4 de enero y se demostró, una vez más, que la policía mexicana no captura delincuentes porque está coludida con ellos.


EL PROTECCIONISMO IMPUNE



Las autoridades judiciales de Italia localizaron, detuvieron y están por extraditar, al exgobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, que vivía placenteramente en la bellísima ciudad de Florencia.


Yarrington, acusado de lavado de dinero y desvío de recursos públicos, vivía en Italia bajo otra identidad y protegido a la distancia por la autoridad mexicana.


Sin vergüenza alguna en México, donde no encuentran delincuentes aunque los tengan frente a su nariz, se investiga a 17 gobernadores, a dos de los cuales también requiere Estados Unidos. De momento, no será entregado a México, porque los estadounidenses lo reclaman y la justicia italiana decidió entregárselo.


Los delitos que se le imputan a los mandatarios bajo sospecha son contra la salud, delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita, defraudación fiscal y peculado.


A partir de denuncias presentadas por ciudadanos, organizaciones de la sociedad civil o por gobierno en funciones, las investigaciones y averiguaciones se abrieron en Veracruz, Quintana Roo, Chiapas, Tamaulipas, Tabasco, Michoacán, Guerrero, Aguascalientes, Coahuila, Sonora, Nuevo León, Baja California, Durango y en la Ciudad de México.


Incluso, el gobierno de los Estados Unidos investiga a los exgobernadores de Tamaulipas, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández, por delitos de asociación delictuosa, lavado de dinero, operar negocios de desvío de fondos y otros.


En México están en proceso judicial Luis Armando Reynoso Femat, de Aguascalientes; Rodrigo Medina, de Nuevo León; y César Daurte, de Chihuahua, sobre quien pesan 17 órdenes de aprehensión. Además, la PGR investiga a Fidel Herrera Beltrán, de Veracruz, y Gabino Cué, de Oaxaca.


NO HAY JUSTICIA CONTRA GOBERNADORES



En el país, si un exgobernador es detenido, nada garantiza que vaya a prisión, sea enjuiciado y, en caso de resultar de resultar culpable, sea encarcelado.


Entrevistado por Alto Poder, el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, Héctor Garcón, consideró que “los procesos contra exgobernadores no son el elemento contundente que permita vislumbrar, en un futuro, llevar a juicio” a algún expresidente.


En México, es poco probable ver a un exmandatario nacional ante la autoridad, como ha ocurrido en Brasil, Argentina, Guatemala, Colombia, Chile, entre otros.


La corrupción con impunidad tiene atada de manos a la autoridad mexicana. Los delincuentes tienen comprados a los policías; y los supuestos guardianes del orden público, entregan a sus detenidos a los cárteles de la droga para que sean asesinados, quienes tengan alguna cuenta pendiente con los criminales.


El delito crece en México abrazado a la impunidad y el soborno está a la orden del día.


De acuerdo con el Barómetro Global de la Corrupción, más de la mitad de los mexicanos han sobornado a las autoridades durante el año pasado, para acceder a servicios públicos básicos, como agua, drenaje y electricidad.


Esto ubica al país como la nación más corrupta, seguida de República Dominicana, donde el 46 por ciento de sus pobladores pagaron sobornos, de acuerdo con el estudio “Las personas y la corrupción: América Latina y el Caribe”.


La corrupción que se vive en las policías nacionales y en los distintos órdenes de gobierno, todos los días se puede confirmar. No tienen empacho en suprimir a los enemigos de los cárteles de la droga, ya sean civiles o militares.


La semana pasada, la OCDE ubicó a México como el país peor evaluado en corrupción dentro del Grupo de los 20.


México continúa ostentando las medallas de oro en corrupción, impunidad y violencia.


Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.


manuelmejidot@gmail.com

* Prevalece el binomio proteccionista gobernador-policía

* Políticos huyen del país y son detenidos en otros países

* Los italianos enviarán a Yarringtón a EU, no a México


Las policías del extranjero, además de hacer el trabajo de las mexicanas, las ponen en ridículo ante el mundo por su incapacidad para detener delincuentes y llevarlos a juicio.


Además de los infractores del orden civil, los cuerpos de seguridad de América y Europa han realizado un espléndido trabajo para detener a los políticos ladrones que se escondieron en varios países para evadir la justicia mexicana.


La razón primordial de que en otras naciones se localice y capture a delincuentes mexicanos que han escapado de las autoridades es la corrupción.


En tanto los servicios de seguridad nacionales están totalmente penetrados por la delincuencia y el crimen organizado, y se encuentran metidos hasta el cuello en los sobornos, las policías extranjeras no saben de dar facilidades, ni de la laxitud de las policías nacionales.


El más reciente caso de corrupción e impunidad lo ofrecieron las autoridades mexicanas, al no apresar a los miembros de la banda “del mazo”, que cometieron varios atracos en México y tuvo que ser la policía uruguaya la que los capturara y los pusiera bajo buen recaudo.


La Interpol confirmó que los sujetos detenidos en Punta del Este formaban parte de ese grupo delincuente que ha robado en Santa Fe, Coyoacán, Pachuca, además de Canadá y Costa Rica, donde también eran buscados.


El exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, fue detenido por la policía guatemalteca en Panajachel, en Solodá, donde vivía escondido en un departamento de lujo.


Las policías mexicanas pasaron meses buscando a Duarte de Ochoa, sin encontrarlo porque estaban muy bien “aceitados” con parte del dinero que robó a los veracruzanos.


Tuvo que ser la policía panameña, la que arrestará en el aeropuerto de Tocumén al exmandatario de Quintana Roo, Roberto Borge, acusado por desvío de recursos públicos. Fue extraditado a México el 4 de enero y se demostró, una vez más, que la policía mexicana no captura delincuentes porque está coludida con ellos.


EL PROTECCIONISMO IMPUNE



Las autoridades judiciales de Italia localizaron, detuvieron y están por extraditar, al exgobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, que vivía placenteramente en la bellísima ciudad de Florencia.


Yarrington, acusado de lavado de dinero y desvío de recursos públicos, vivía en Italia bajo otra identidad y protegido a la distancia por la autoridad mexicana.


Sin vergüenza alguna en México, donde no encuentran delincuentes aunque los tengan frente a su nariz, se investiga a 17 gobernadores, a dos de los cuales también requiere Estados Unidos. De momento, no será entregado a México, porque los estadounidenses lo reclaman y la justicia italiana decidió entregárselo.


Los delitos que se le imputan a los mandatarios bajo sospecha son contra la salud, delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita, defraudación fiscal y peculado.


A partir de denuncias presentadas por ciudadanos, organizaciones de la sociedad civil o por gobierno en funciones, las investigaciones y averiguaciones se abrieron en Veracruz, Quintana Roo, Chiapas, Tamaulipas, Tabasco, Michoacán, Guerrero, Aguascalientes, Coahuila, Sonora, Nuevo León, Baja California, Durango y en la Ciudad de México.


Incluso, el gobierno de los Estados Unidos investiga a los exgobernadores de Tamaulipas, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández, por delitos de asociación delictuosa, lavado de dinero, operar negocios de desvío de fondos y otros.


En México están en proceso judicial Luis Armando Reynoso Femat, de Aguascalientes; Rodrigo Medina, de Nuevo León; y César Daurte, de Chihuahua, sobre quien pesan 17 órdenes de aprehensión. Además, la PGR investiga a Fidel Herrera Beltrán, de Veracruz, y Gabino Cué, de Oaxaca.


NO HAY JUSTICIA CONTRA GOBERNADORES



En el país, si un exgobernador es detenido, nada garantiza que vaya a prisión, sea enjuiciado y, en caso de resultar de resultar culpable, sea encarcelado.


Entrevistado por Alto Poder, el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, Héctor Garcón, consideró que “los procesos contra exgobernadores no son el elemento contundente que permita vislumbrar, en un futuro, llevar a juicio” a algún expresidente.


En México, es poco probable ver a un exmandatario nacional ante la autoridad, como ha ocurrido en Brasil, Argentina, Guatemala, Colombia, Chile, entre otros.


La corrupción con impunidad tiene atada de manos a la autoridad mexicana. Los delincuentes tienen comprados a los policías; y los supuestos guardianes del orden público, entregan a sus detenidos a los cárteles de la droga para que sean asesinados, quienes tengan alguna cuenta pendiente con los criminales.


El delito crece en México abrazado a la impunidad y el soborno está a la orden del día.


De acuerdo con el Barómetro Global de la Corrupción, más de la mitad de los mexicanos han sobornado a las autoridades durante el año pasado, para acceder a servicios públicos básicos, como agua, drenaje y electricidad.


Esto ubica al país como la nación más corrupta, seguida de República Dominicana, donde el 46 por ciento de sus pobladores pagaron sobornos, de acuerdo con el estudio “Las personas y la corrupción: América Latina y el Caribe”.


La corrupción que se vive en las policías nacionales y en los distintos órdenes de gobierno, todos los días se puede confirmar. No tienen empacho en suprimir a los enemigos de los cárteles de la droga, ya sean civiles o militares.


La semana pasada, la OCDE ubicó a México como el país peor evaluado en corrupción dentro del Grupo de los 20.


México continúa ostentando las medallas de oro en corrupción, impunidad y violencia.


Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.


manuelmejidot@gmail.com