/ viernes 27 de octubre de 2017

Alto poder

Ricardo Anaya, el hombre sin alma ni aliados

El “dedazo” que había sido una peculiaridad del régimen presidencial priista ha sido adoptado por todos los partidos para imponer en el país una “dedocracia”.

La ahora llamada convención de delegados no es más que otra forma de legitimar lo ilegítimo, la imposición desde las cúpulas políticas que operan como bandas de mafiosos.

Los partidos, sin consultar con sus bases, cerraron la participación ciudadana para la selección de sus candidatos a la Presidencia, diputaciones, senadurías, gubernaturas y alcaldías.

Esta madeja de simulaciones aleja aún más a la clase política de la población que gobierna. Los aspirantes a una candidatura pretenden ser favorecidos con el “dedazo”, que nada tiene que ver con las necesidades del país en momentos de la aguda crisis que se está viviendo a causa de desastres naturales, bandas delincuenciales y organizaciones espurias.

El político mexicano vive y opera en la falacia democrática y le despreocupa su alejamiento con el pueblo que tendría necesariamente que conocerlo para, después, otorgarle su voto.

Para nadie fue novedoso que los priistas citaran a una Convención de delegados para la función de su candidato presidencial para que sea, por seis años, el monarca de la República.

El líder nacional del PRI, Enrique Ochoa, el pasado 20 octubre, por querer deshacer el ovillo enredó más la piola. Durante el Consejo Político dijo que el presidente Enrique Peña Nieto “tendrá una función central en la definición” de los candidatos.

Entonces, ¿para qué servirá una Convención de delegados integrada por más de 10 mil militantes que supuestamente elegirá al candidato priista a la Presidencia, coloquialmente llamado “el tapado”, que ahora con José Antonio Meade será el “descubierto”?

 

LOS AMIGOS DE RICARDITO

En el PAN, donde están secuestrados por su líder nacional, Ricardo Anaya, también restringieron a su militancia la designación del candidato presidencial. Esta imposición ocasionó la salida del partido de Margarita Zavala y otros relevantes panistas.

El padrón del blanquiazul, luego de ser depurado, ha sido manipulado, cerrado a nuevos registros. Ahora solo confía en ese registro el grupo de “Amigos de Ricardo”.

Conviene recordar que antes, los políticos no tenían vínculos con los grandes empresarios ni con los dueños del dinero, ahora la situación se ha revertido. Los posibles candidatos presidenciales que tiene el PAN son parte de los hombres que mangonean al pueblo y son dueños de grandes fortunas, como es el caso de Anaya y su familia.

También se ha vulnerado el viejo precepto que dio a México estabilidad política durante muchísimos años que decía: “Los militares a sus cuarteles, los curas a sus iglesias y los políticos al gobierno.”

El día de hoy hay tal embrollo entre poder político, poder económico, poder religioso y poder militar que difícilmente la ciudadanía instruida de México entiende bien lo que ocurre en el país.

Quienes sí saben cuál es el rumbo de la nación son los hombres de mar de Veracruz que conocen a la perfección que a río revuelto, ganancia de pescadores.

En estas circunstancias, lo que hoy es blanco, mañana podría ser negro. Y lo que hoy es un Meade que ya lo proclaman no solo candidato, sino Presidente, podría quedar en el basurero de la historia.

Los perredistas están de capa caída. Nacieron liderados por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz hace 28 años con la fuerza que da a los hombres luchar contra las tiranías.

 

EL GRAN TIBURÓN COME O COMPRA A SUS ENEMIGOS

En esos momentos, el PRI no dejaba surgir a nadie que no perteneciera a ese partido y que no fuera tapadera de fraudes y corruptelas muy grandes, pero no tanto como las que ocurren en la actualidad.

Fuera de Andrés Manuel López Obrador, que es un líder muy a su estilo y que encaja muy bien en los inconformes, el resto de los aspirantes no tiene ni personalidad, ni currículum, ni idea de lo cómo debe gobernarse al país.

Lamentablemente en México se han invertido los términos que rigen en el mundo para elegir gobernantes. Primero se le exige conocimiento y programa y, después, liderazgo. Aquí los aspirantes no requieren ni lo uno ni lo otro, simplemente tienen influencia y dinero, venido de corruptelas en el gobierno o alianzas con narcotraficantes.

La líder del PRD, Alejandra Barrales, vendió al partido después de tener un inicio en la política honesto y valiente, se fue deteriorando por el poder y el dinero, al grado de ofrecer al Sol Azteca para ponerse prácticamente a las órdenes de Ricardo Anaya y el PAN, porque el Movimiento Ciudadano es propiedad de un hábil personaje acomodaticio como Dante Delgado, es solo un membrete.

El sábado pasado, la dirigencia del PRD aprobó el Consejo Electivo como método para seleccionar a sus candidatos a la Presidencia, a senadores y diputados, esto en caso de que no se concrete la utopía del Frente Ciudadano por México que incluye al PAN y al Movimiento

Ciudadano.

Como siempre ocurre en la política mexicana, el gran tiburón de esa alianza tan artificial como mezclar agua y aceite será desde luego Ricardo Anaya, un hombre sin alma, más peligroso que un sujeto blandiendo un cuchillo de 30 centímetros a las 3 de la mañana en

Tepito.

En 1999, los panistas impulsaron a un candidato que tenía el aprecio ciudadano, cercano al pueblo, que hablaba y se comportaba como él. Pero ahora, Anaya no piensa, ni actúa como la mayoría de los mexicanos. Es selectivo, rico de nacimiento y despiadado.

Ese es el socio que se echó encima Alejandra Barrales, una mujer nacida del pueblo y que no tiene ninguna de las características de Anaya y su círculo de

incondicionales.

Por si esta simulación de democracia no fuera suficiente, el encargado de despacho (que no es procurador) de la PGR decidió defenestrar al fiscal de delitos electorales, Santiago Nieto, un cargo que designa el Senado y solo es removible por el propio Senado y no por un subprocurador que apenas se acaba de estrenar.

Inicia la contienda electoral con más simulaciones, más descrédito pero, sobre todo, fingiendo democracia.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.

 

 

manuelmejidot@gmail.com

Ricardo Anaya, el hombre sin alma ni aliados

El “dedazo” que había sido una peculiaridad del régimen presidencial priista ha sido adoptado por todos los partidos para imponer en el país una “dedocracia”.

La ahora llamada convención de delegados no es más que otra forma de legitimar lo ilegítimo, la imposición desde las cúpulas políticas que operan como bandas de mafiosos.

Los partidos, sin consultar con sus bases, cerraron la participación ciudadana para la selección de sus candidatos a la Presidencia, diputaciones, senadurías, gubernaturas y alcaldías.

Esta madeja de simulaciones aleja aún más a la clase política de la población que gobierna. Los aspirantes a una candidatura pretenden ser favorecidos con el “dedazo”, que nada tiene que ver con las necesidades del país en momentos de la aguda crisis que se está viviendo a causa de desastres naturales, bandas delincuenciales y organizaciones espurias.

El político mexicano vive y opera en la falacia democrática y le despreocupa su alejamiento con el pueblo que tendría necesariamente que conocerlo para, después, otorgarle su voto.

Para nadie fue novedoso que los priistas citaran a una Convención de delegados para la función de su candidato presidencial para que sea, por seis años, el monarca de la República.

El líder nacional del PRI, Enrique Ochoa, el pasado 20 octubre, por querer deshacer el ovillo enredó más la piola. Durante el Consejo Político dijo que el presidente Enrique Peña Nieto “tendrá una función central en la definición” de los candidatos.

Entonces, ¿para qué servirá una Convención de delegados integrada por más de 10 mil militantes que supuestamente elegirá al candidato priista a la Presidencia, coloquialmente llamado “el tapado”, que ahora con José Antonio Meade será el “descubierto”?

 

LOS AMIGOS DE RICARDITO

En el PAN, donde están secuestrados por su líder nacional, Ricardo Anaya, también restringieron a su militancia la designación del candidato presidencial. Esta imposición ocasionó la salida del partido de Margarita Zavala y otros relevantes panistas.

El padrón del blanquiazul, luego de ser depurado, ha sido manipulado, cerrado a nuevos registros. Ahora solo confía en ese registro el grupo de “Amigos de Ricardo”.

Conviene recordar que antes, los políticos no tenían vínculos con los grandes empresarios ni con los dueños del dinero, ahora la situación se ha revertido. Los posibles candidatos presidenciales que tiene el PAN son parte de los hombres que mangonean al pueblo y son dueños de grandes fortunas, como es el caso de Anaya y su familia.

También se ha vulnerado el viejo precepto que dio a México estabilidad política durante muchísimos años que decía: “Los militares a sus cuarteles, los curas a sus iglesias y los políticos al gobierno.”

El día de hoy hay tal embrollo entre poder político, poder económico, poder religioso y poder militar que difícilmente la ciudadanía instruida de México entiende bien lo que ocurre en el país.

Quienes sí saben cuál es el rumbo de la nación son los hombres de mar de Veracruz que conocen a la perfección que a río revuelto, ganancia de pescadores.

En estas circunstancias, lo que hoy es blanco, mañana podría ser negro. Y lo que hoy es un Meade que ya lo proclaman no solo candidato, sino Presidente, podría quedar en el basurero de la historia.

Los perredistas están de capa caída. Nacieron liderados por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz hace 28 años con la fuerza que da a los hombres luchar contra las tiranías.

 

EL GRAN TIBURÓN COME O COMPRA A SUS ENEMIGOS

En esos momentos, el PRI no dejaba surgir a nadie que no perteneciera a ese partido y que no fuera tapadera de fraudes y corruptelas muy grandes, pero no tanto como las que ocurren en la actualidad.

Fuera de Andrés Manuel López Obrador, que es un líder muy a su estilo y que encaja muy bien en los inconformes, el resto de los aspirantes no tiene ni personalidad, ni currículum, ni idea de lo cómo debe gobernarse al país.

Lamentablemente en México se han invertido los términos que rigen en el mundo para elegir gobernantes. Primero se le exige conocimiento y programa y, después, liderazgo. Aquí los aspirantes no requieren ni lo uno ni lo otro, simplemente tienen influencia y dinero, venido de corruptelas en el gobierno o alianzas con narcotraficantes.

La líder del PRD, Alejandra Barrales, vendió al partido después de tener un inicio en la política honesto y valiente, se fue deteriorando por el poder y el dinero, al grado de ofrecer al Sol Azteca para ponerse prácticamente a las órdenes de Ricardo Anaya y el PAN, porque el Movimiento Ciudadano es propiedad de un hábil personaje acomodaticio como Dante Delgado, es solo un membrete.

El sábado pasado, la dirigencia del PRD aprobó el Consejo Electivo como método para seleccionar a sus candidatos a la Presidencia, a senadores y diputados, esto en caso de que no se concrete la utopía del Frente Ciudadano por México que incluye al PAN y al Movimiento

Ciudadano.

Como siempre ocurre en la política mexicana, el gran tiburón de esa alianza tan artificial como mezclar agua y aceite será desde luego Ricardo Anaya, un hombre sin alma, más peligroso que un sujeto blandiendo un cuchillo de 30 centímetros a las 3 de la mañana en

Tepito.

En 1999, los panistas impulsaron a un candidato que tenía el aprecio ciudadano, cercano al pueblo, que hablaba y se comportaba como él. Pero ahora, Anaya no piensa, ni actúa como la mayoría de los mexicanos. Es selectivo, rico de nacimiento y despiadado.

Ese es el socio que se echó encima Alejandra Barrales, una mujer nacida del pueblo y que no tiene ninguna de las características de Anaya y su círculo de

incondicionales.

Por si esta simulación de democracia no fuera suficiente, el encargado de despacho (que no es procurador) de la PGR decidió defenestrar al fiscal de delitos electorales, Santiago Nieto, un cargo que designa el Senado y solo es removible por el propio Senado y no por un subprocurador que apenas se acaba de estrenar.

Inicia la contienda electoral con más simulaciones, más descrédito pero, sobre todo, fingiendo democracia.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.

 

 

manuelmejidot@gmail.com