/ sábado 30 de marzo de 2019

Alto poder

* ¿A quién se debe pedir perdón? ¿Quién puede otorgarlo?

* El primer mundo se ha disculpa por agravios en otros países

* Es necesaria una disculpa por la condición de pobreza

El presidente Andrés Manuel López Obrador sigue echándole leña a la hoguera y enfrentando, después de 500 años, a los conquistadores con los conquistados.

Encendieron la mecha dos misivas que el Jefe del Estado Mexicano le envió a Felipe VI Rey de España y al Papa Francisco exigiéndoles que se disculparan con los pueblos originarios de las tierras americanas, que hasta hoy se siguen llamando Iberoamérica.

Como de cartas se trata, se olvidó de enviarle también al presidente de Brasil, a la Reina de Inglaterra y al Primer Ministro de Canadá, más que los colonizadores españoles, dañaron brutalmente a los aborígenes los ingleses que bajo su máxima de “el mejor indio, es el indio muerto”, casi acabaron con todas las etnias del norte de América.

Veladamente ya ha habido acciones en contra del contenido (que nadie conoce en su totalidad, salvo Felipe y Francisco) de las famosas cartas. ¿Qué necesidad hubo de sacudir el árbol genealógico de los mexicanos que no somos ni hijos de Cuauhtémoc ni vástagos de Cortés?

El Rey de España, desde luego, no aceptó ofrecer disculpas a nadie. Al través de sus voceros, la respuesta de Felipe VI fue una negación rotunda en la máxima española de que “culpas son del tiempo y no de España”.

El Papa reusó venir a México en 2021 con motivo de los 500 años de evangelización, argumentando que ya había visitado el país y hay otros que requieren de su presencia. Fue en 2015 cuando Francisco, durante un mensaje en Colombia, se disculpó por los abusos cometidos durante La Conquista.

Hasta cierto punto fallaron los asesores político-religiosos de López Obrador, porque olvidaron que el mayor número de católicos no está en Estados Unidos ni en Brasil o Argentina. Se encuentran en México.

El motivo de la disculpa pública que pide AMLO a Felipe y Francisco es por el repudio de los conquistadores a los nativos de las tierras de América.

ESPAÑA Y EL VATICANO NO SERÍAN LOS PRIMEROS EN DISCULPARSE


Quienes defienden el indigenismo a capa y espada, olvidan que México es un país mestizo en un 93.5 por ciento, porque los primeros europeos nacidos en este continente, son los únicos criollos.

Tampoco a nadie debe extrañar la petición sorpresiva de López Obrador (ideada y planeada por su esposa Beatriz Gutiérrez Müller), porque así se lo pidieron los pueblos originarios el 1 de diciembre, cuando recibió el bastón de mando.

De darse esas disculpas, no serían las primeras en el mundo, porque en octubre de 2015 ya lo hicieron los propios españoles a los judíos sefaradíes, por haberlos expulsado en 1492 del territorio ibérico. Inclusive, se aprobó una ley en las cortes de España para que ese grupo étnico accediera a la nacionalidad española, luego de haber vivido en esa nación por mil 500 años.

La causa de la expulsión fue que los judíos debían convertirse a la religión católica para permanecer en suelo ibérico.

Como reportero estuve con los felagas, los luchadores por la libertad de Argelia, en 1958. Me tocó presenciar cómo aviones Mirage con la bandera francesa bombardeaban los campamentos en las montañas de Aures de nativos argelinos.

Francia, el país donde las cabezas coronadas terminaron en un cesto, luego de pasar por la guillotina, se disculpó, al través de su presidente Emmanuel Macron, por las torturas y desapariciones.

Gran Bretaña se saltó los genocidios cometidos durante la colonización de los tres estados de la Unión Americana y algunos canadienses. La primera ministra británica, Theresa May sólo se disculpó con líderes y diplomáticos de 12 países caribeños en abril de 2018.

Pero fue una disculpa mentirosa y que no se la creyeron más que los ingleses, porque se debió al duro trato propinado por funcionarios de migración a personas de esos países que emigraron a Gran Bretaña cuando eran niños, después de la Segunda Guerra Mundial.

EL GOBIERNO MEXICANO HA PUESTO EL EJEMPLO


Los holandeses, quienes se presumen limpios y democráticos, aceptaron que maltrataron a las víctimas de las matanzas en Srebrenica, una ciudad al este de Bosnia. En esa matanza, que habían encubierto bien los neerlandeses, fueron asesinados ocho mil musulmanes bosnios.

Jeanine Hennis, ministro de guerra del gobierno de Ámsterdam, ofreció disculpas porque no pudo sostener la hipótesis de que los soldados de su país actuaron conforme a las leyes de la guerra.

El perdón más importante y más esperado durante el siglo XX, ocurrió en el año 2000, cuando el presidente alemán Johannes Rau, a nombre de su gobierno y el pueblo, pidió perdón ante el Parlamento israelí, por el holocausto, como se le conoce al genocidio judío por parte del Tercer Reich.

Pidió perdón porque a todos los judíos en Alemania y sus territorios ocupados, tenían que llevar pegada sobre el corazón una estrella amarilla, que los identificaba como judíos.

Rau pidió perdón por la Kristallnacht (la Noche de los cristales rotos) y por haber llenado Alemania con letreros infamantes como el de Juden Raus (Fuera judíos).

En México, el actual gobierno ha ofrecido disculpas a los parientes de los cinco jóvenes desaparecidos y asesinados por policías en Tierra Blanca, Veracruz. También a los padres de los dos estudiantes del Tec de Monterrey a quienes militares asesinaron con el falso argumento de que eran delincuentes y ha liberado a 22 presos políticos.

Todo lo ha hecho bajo el principio del perdón como inicio de la reconstrucción del país, de la reconciliación del Estado con los ciudadanos.

Lo más grave es las condición tan deplorable en que viven los indígenas en México, que son más de 11 millones, siendo la maya la más numerosa con 1.5 millones, se encuentran en situación de pobreza y sobreviven en la ceguera de no saber leer ni escribir.

A ellos es a quienes se les debe pedir perdón porque bien lo merecen. Nadie los ha matado y explotado más que los gobiernos mestizos.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.

manuelmejidot@gmail.com

* ¿A quién se debe pedir perdón? ¿Quién puede otorgarlo?

* El primer mundo se ha disculpa por agravios en otros países

* Es necesaria una disculpa por la condición de pobreza

El presidente Andrés Manuel López Obrador sigue echándole leña a la hoguera y enfrentando, después de 500 años, a los conquistadores con los conquistados.

Encendieron la mecha dos misivas que el Jefe del Estado Mexicano le envió a Felipe VI Rey de España y al Papa Francisco exigiéndoles que se disculparan con los pueblos originarios de las tierras americanas, que hasta hoy se siguen llamando Iberoamérica.

Como de cartas se trata, se olvidó de enviarle también al presidente de Brasil, a la Reina de Inglaterra y al Primer Ministro de Canadá, más que los colonizadores españoles, dañaron brutalmente a los aborígenes los ingleses que bajo su máxima de “el mejor indio, es el indio muerto”, casi acabaron con todas las etnias del norte de América.

Veladamente ya ha habido acciones en contra del contenido (que nadie conoce en su totalidad, salvo Felipe y Francisco) de las famosas cartas. ¿Qué necesidad hubo de sacudir el árbol genealógico de los mexicanos que no somos ni hijos de Cuauhtémoc ni vástagos de Cortés?

El Rey de España, desde luego, no aceptó ofrecer disculpas a nadie. Al través de sus voceros, la respuesta de Felipe VI fue una negación rotunda en la máxima española de que “culpas son del tiempo y no de España”.

El Papa reusó venir a México en 2021 con motivo de los 500 años de evangelización, argumentando que ya había visitado el país y hay otros que requieren de su presencia. Fue en 2015 cuando Francisco, durante un mensaje en Colombia, se disculpó por los abusos cometidos durante La Conquista.

Hasta cierto punto fallaron los asesores político-religiosos de López Obrador, porque olvidaron que el mayor número de católicos no está en Estados Unidos ni en Brasil o Argentina. Se encuentran en México.

El motivo de la disculpa pública que pide AMLO a Felipe y Francisco es por el repudio de los conquistadores a los nativos de las tierras de América.

ESPAÑA Y EL VATICANO NO SERÍAN LOS PRIMEROS EN DISCULPARSE


Quienes defienden el indigenismo a capa y espada, olvidan que México es un país mestizo en un 93.5 por ciento, porque los primeros europeos nacidos en este continente, son los únicos criollos.

Tampoco a nadie debe extrañar la petición sorpresiva de López Obrador (ideada y planeada por su esposa Beatriz Gutiérrez Müller), porque así se lo pidieron los pueblos originarios el 1 de diciembre, cuando recibió el bastón de mando.

De darse esas disculpas, no serían las primeras en el mundo, porque en octubre de 2015 ya lo hicieron los propios españoles a los judíos sefaradíes, por haberlos expulsado en 1492 del territorio ibérico. Inclusive, se aprobó una ley en las cortes de España para que ese grupo étnico accediera a la nacionalidad española, luego de haber vivido en esa nación por mil 500 años.

La causa de la expulsión fue que los judíos debían convertirse a la religión católica para permanecer en suelo ibérico.

Como reportero estuve con los felagas, los luchadores por la libertad de Argelia, en 1958. Me tocó presenciar cómo aviones Mirage con la bandera francesa bombardeaban los campamentos en las montañas de Aures de nativos argelinos.

Francia, el país donde las cabezas coronadas terminaron en un cesto, luego de pasar por la guillotina, se disculpó, al través de su presidente Emmanuel Macron, por las torturas y desapariciones.

Gran Bretaña se saltó los genocidios cometidos durante la colonización de los tres estados de la Unión Americana y algunos canadienses. La primera ministra británica, Theresa May sólo se disculpó con líderes y diplomáticos de 12 países caribeños en abril de 2018.

Pero fue una disculpa mentirosa y que no se la creyeron más que los ingleses, porque se debió al duro trato propinado por funcionarios de migración a personas de esos países que emigraron a Gran Bretaña cuando eran niños, después de la Segunda Guerra Mundial.

EL GOBIERNO MEXICANO HA PUESTO EL EJEMPLO


Los holandeses, quienes se presumen limpios y democráticos, aceptaron que maltrataron a las víctimas de las matanzas en Srebrenica, una ciudad al este de Bosnia. En esa matanza, que habían encubierto bien los neerlandeses, fueron asesinados ocho mil musulmanes bosnios.

Jeanine Hennis, ministro de guerra del gobierno de Ámsterdam, ofreció disculpas porque no pudo sostener la hipótesis de que los soldados de su país actuaron conforme a las leyes de la guerra.

El perdón más importante y más esperado durante el siglo XX, ocurrió en el año 2000, cuando el presidente alemán Johannes Rau, a nombre de su gobierno y el pueblo, pidió perdón ante el Parlamento israelí, por el holocausto, como se le conoce al genocidio judío por parte del Tercer Reich.

Pidió perdón porque a todos los judíos en Alemania y sus territorios ocupados, tenían que llevar pegada sobre el corazón una estrella amarilla, que los identificaba como judíos.

Rau pidió perdón por la Kristallnacht (la Noche de los cristales rotos) y por haber llenado Alemania con letreros infamantes como el de Juden Raus (Fuera judíos).

En México, el actual gobierno ha ofrecido disculpas a los parientes de los cinco jóvenes desaparecidos y asesinados por policías en Tierra Blanca, Veracruz. También a los padres de los dos estudiantes del Tec de Monterrey a quienes militares asesinaron con el falso argumento de que eran delincuentes y ha liberado a 22 presos políticos.

Todo lo ha hecho bajo el principio del perdón como inicio de la reconstrucción del país, de la reconciliación del Estado con los ciudadanos.

Lo más grave es las condición tan deplorable en que viven los indígenas en México, que son más de 11 millones, siendo la maya la más numerosa con 1.5 millones, se encuentran en situación de pobreza y sobreviven en la ceguera de no saber leer ni escribir.

A ellos es a quienes se les debe pedir perdón porque bien lo merecen. Nadie los ha matado y explotado más que los gobiernos mestizos.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.

manuelmejidot@gmail.com