/ sábado 21 de diciembre de 2019

Alto poder

* El nombre de Joaquín Guzmán siempre ha rondado a García Luna

* Exfuncionarios de la PF, cesados e investigado por vínculos con “El Chapo”

* Es momento de la verdad para AMLO y todo su gabinete

La detención de Genaro García Luna, el segundo exsecretario de Estado aprehendido durante la actual administración (la primera fue Rosario Robles), comienza a revelar el alto grado de corrupción que resquebrajo al viejo sistema y tiene sumido en la miseria al pueblo.

Por más que se quiera señalar una venganza política en el caso de Genaro, la justicia estadounidense lo detuvo porque mintió en su declaración que presentó al aspirar la residencia en ese país. Ocultó millones de dólares en cuentas bancarias, así como varias propiedades en las zonas más lujosas de ese país.


A pesar de que la captura ocurrió en la Unión American, donde García Luna reside desde el 2012, cuando dejó el cargo al terminar el gobierno del espurio Felipe Calderón, es tarea del gobierno mexicano contribuir con pruebas para demostrar los posibles vínculos entre el exfuncionario y Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Apenas el miércoles pasado, al concluir el Consejo Nacional de Seguridad Pública, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, confirmó que también eran investigados otros cinco excolaboradores de García Luna.

El primer nombre que salió a relucir fue el de Luis Cárdenas Palomino, quien en 1993, en tiempos de Carlos Salinas, se le encomendó el recién creado grupo operativo del Centro Nacional de Control de Drogas de la Procuraduría General de la República. Después, con Ernesto Zedillo, pasó al frente del Grupo de Secuestros y con Vicente Fox se convirtió en el primer director general de Investigación de la AFI.

En 2005, Cárdenas Palomino y su jefe, García Luna, fueron señalados de organizar todo el montaje de la francesa Florence Cassez y su pareja, Israel Vallarta, para ganar espacio en horario estelar matutino de las televisoras y justificar su errática guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado.

El escándalo Cassez-Vallar no fue el único en el que estuvo involucrado Cárdenas Palomino. En 2012 anunció su retiro de la vida pública, luego de que Edgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”, lo señalara como integrante de un grupo de funcionarios federales que recibían dinero del crimen organizado.

LA CAMARILLA DE GARCÍA LUNA DESDE EL CISEN


Otro de los personajes que salió a relucir fue Facundo Rosas Rosas, quien formó parte del CISEN, también en el sexenio salinista, hasta que en 1999 fue nombrado director general de terrorismo de la Policía Federal Preventiva y durante el sexenio foxista formó parte de la AFI.

Con el calderonismo, Rosas ascendió al interior de la Policía Federal y los distintos nombres que tuvo la corporación, hasta que en 2012 se vio involucrado en el violento desalojo de la Autopista del Sol, en Chilpancingo, que dejó como saldo dos estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa muertos y un trabajador.

Facundo no tuvo vergüenza y continuó trabajando como secretario de Seguridad de Puebla, durante la administración de Rafael Moreno Valle, hasta que tomó la mala decisión de ordenar el desalojo de la autopista Puebla-Atlixco con gas lacrimógeno, acción que dejó 12 heridos, entre ellos un joven de 13 años quien perdió la vida días después.

En 2017, Rosas Rosas fue detenido por atropellar a una mujer de 84 años de edad en Xochimilco, llegó un acuerdo con la familia de la víctima y pudo salir libre.

El nombre del “Chapo” vinculado con García Luna y su primer círculo de colaboradores no es un asunto nuevo.

Javier Garza Palacios, otro de los personajes que investiga la Unidad encabezada por Nieto, pero que durante el gobierno de Calderón fue traído a México de Colombia, donde había sido asignado como agregado de la Secretaría de Seguridad Pública, para declarar sobre sus relaciones con Guzmán Loera. El exfuncionario pudo librar la cárcel, empero esta ocasión es poco probable que ocurra porque la justicia estadounidense no lo permitirá, primero le quitará todo el dinero del pueblo mexicano que se robó y luego, lo encarcelará.

HASTA LA SEGOB HABRÍA PARTICIPADO EN LA CORRUPCIÓN


El cuarto presuntamente involucrado con el exsecretario preso, es Armando Espinosa de Benito, aunque sólo cuenta con la preparatoria terminada, “El Güero”, como le llaman sus allegados, en 2001 fue designado director del área de Crimen Organizado de la AFI y con Calderón ascendió hasta comandante de investigaciones de la misma corporación policiaca, ya desaparecida.

Las mujeres no quedan exentas en este entramado de corrupción y complicidades.

Maribel Cervantes Guerrero, actual secretaria de Seguridad Pública en el Estado de México, presuntamente estaría siendo investigada por la Unidad de Inteligencia Financiera, dependiente de Hacienda. Ella conoció y trabajó junto a García Luna cuando ambos colaboraban con el CISEN.

Cervantes Guerrero fue jefa de la División de Inteligencia Policial de la Secretaría de Seguridad Pública y en 2012 se le nombró comisionada general de la Policía Federal.

Estos serían los cinco personajes cercanos sobre los que estaría Santiago Nieto, aunque él sólo mencionó a García Palomino, el resto fue citado por personas cercanas a ese organismo.

Otro nombre que circula es el de Ramón Eduardo Pequeño García, exjefe de la División de Inteligencia de la Policía Federal, quien fue cesado por la fuga del “Chapo” del penal del Altiplano, Almoloya, en 2015.

Empero, no son los únicos, porque Santiago Nieto reveló que encontraron una triangulación de recursos públicos por dos mil millones de pesos que fueron depositados a una empresa que después los “pagó” a empresas donde García Luna y algunos familiares eran socios.

Según las investigaciones, ese dinero del pueblo habría sido entregado a Genaro (considerado el hombre más poderoso de la administración calderonista) por los exsecretarios de Gobernación Fernando Gómez Mont, Francisco Blake Mora (fallecido) o Alejandro Poiré, quienes ocuparon el cargo entre 2008 y 2012.

Es obligación de la administración lopezobradorista escarbar hasta llegar a la raíz de la corrupción y la impunidad, que han frenado el desarrollo del país. Es momento de justicia, no de venganza ni de que todo quede en un simple escándalo mediático para legitimar a un gobierno que podría caer en una crisis sino responden a las expectativas populares.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.

manuelmejidot@gmail.com

* El nombre de Joaquín Guzmán siempre ha rondado a García Luna

* Exfuncionarios de la PF, cesados e investigado por vínculos con “El Chapo”

* Es momento de la verdad para AMLO y todo su gabinete

La detención de Genaro García Luna, el segundo exsecretario de Estado aprehendido durante la actual administración (la primera fue Rosario Robles), comienza a revelar el alto grado de corrupción que resquebrajo al viejo sistema y tiene sumido en la miseria al pueblo.

Por más que se quiera señalar una venganza política en el caso de Genaro, la justicia estadounidense lo detuvo porque mintió en su declaración que presentó al aspirar la residencia en ese país. Ocultó millones de dólares en cuentas bancarias, así como varias propiedades en las zonas más lujosas de ese país.


A pesar de que la captura ocurrió en la Unión American, donde García Luna reside desde el 2012, cuando dejó el cargo al terminar el gobierno del espurio Felipe Calderón, es tarea del gobierno mexicano contribuir con pruebas para demostrar los posibles vínculos entre el exfuncionario y Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Apenas el miércoles pasado, al concluir el Consejo Nacional de Seguridad Pública, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, confirmó que también eran investigados otros cinco excolaboradores de García Luna.

El primer nombre que salió a relucir fue el de Luis Cárdenas Palomino, quien en 1993, en tiempos de Carlos Salinas, se le encomendó el recién creado grupo operativo del Centro Nacional de Control de Drogas de la Procuraduría General de la República. Después, con Ernesto Zedillo, pasó al frente del Grupo de Secuestros y con Vicente Fox se convirtió en el primer director general de Investigación de la AFI.

En 2005, Cárdenas Palomino y su jefe, García Luna, fueron señalados de organizar todo el montaje de la francesa Florence Cassez y su pareja, Israel Vallarta, para ganar espacio en horario estelar matutino de las televisoras y justificar su errática guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado.

El escándalo Cassez-Vallar no fue el único en el que estuvo involucrado Cárdenas Palomino. En 2012 anunció su retiro de la vida pública, luego de que Edgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”, lo señalara como integrante de un grupo de funcionarios federales que recibían dinero del crimen organizado.

LA CAMARILLA DE GARCÍA LUNA DESDE EL CISEN


Otro de los personajes que salió a relucir fue Facundo Rosas Rosas, quien formó parte del CISEN, también en el sexenio salinista, hasta que en 1999 fue nombrado director general de terrorismo de la Policía Federal Preventiva y durante el sexenio foxista formó parte de la AFI.

Con el calderonismo, Rosas ascendió al interior de la Policía Federal y los distintos nombres que tuvo la corporación, hasta que en 2012 se vio involucrado en el violento desalojo de la Autopista del Sol, en Chilpancingo, que dejó como saldo dos estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa muertos y un trabajador.

Facundo no tuvo vergüenza y continuó trabajando como secretario de Seguridad de Puebla, durante la administración de Rafael Moreno Valle, hasta que tomó la mala decisión de ordenar el desalojo de la autopista Puebla-Atlixco con gas lacrimógeno, acción que dejó 12 heridos, entre ellos un joven de 13 años quien perdió la vida días después.

En 2017, Rosas Rosas fue detenido por atropellar a una mujer de 84 años de edad en Xochimilco, llegó un acuerdo con la familia de la víctima y pudo salir libre.

El nombre del “Chapo” vinculado con García Luna y su primer círculo de colaboradores no es un asunto nuevo.

Javier Garza Palacios, otro de los personajes que investiga la Unidad encabezada por Nieto, pero que durante el gobierno de Calderón fue traído a México de Colombia, donde había sido asignado como agregado de la Secretaría de Seguridad Pública, para declarar sobre sus relaciones con Guzmán Loera. El exfuncionario pudo librar la cárcel, empero esta ocasión es poco probable que ocurra porque la justicia estadounidense no lo permitirá, primero le quitará todo el dinero del pueblo mexicano que se robó y luego, lo encarcelará.

HASTA LA SEGOB HABRÍA PARTICIPADO EN LA CORRUPCIÓN


El cuarto presuntamente involucrado con el exsecretario preso, es Armando Espinosa de Benito, aunque sólo cuenta con la preparatoria terminada, “El Güero”, como le llaman sus allegados, en 2001 fue designado director del área de Crimen Organizado de la AFI y con Calderón ascendió hasta comandante de investigaciones de la misma corporación policiaca, ya desaparecida.

Las mujeres no quedan exentas en este entramado de corrupción y complicidades.

Maribel Cervantes Guerrero, actual secretaria de Seguridad Pública en el Estado de México, presuntamente estaría siendo investigada por la Unidad de Inteligencia Financiera, dependiente de Hacienda. Ella conoció y trabajó junto a García Luna cuando ambos colaboraban con el CISEN.

Cervantes Guerrero fue jefa de la División de Inteligencia Policial de la Secretaría de Seguridad Pública y en 2012 se le nombró comisionada general de la Policía Federal.

Estos serían los cinco personajes cercanos sobre los que estaría Santiago Nieto, aunque él sólo mencionó a García Palomino, el resto fue citado por personas cercanas a ese organismo.

Otro nombre que circula es el de Ramón Eduardo Pequeño García, exjefe de la División de Inteligencia de la Policía Federal, quien fue cesado por la fuga del “Chapo” del penal del Altiplano, Almoloya, en 2015.

Empero, no son los únicos, porque Santiago Nieto reveló que encontraron una triangulación de recursos públicos por dos mil millones de pesos que fueron depositados a una empresa que después los “pagó” a empresas donde García Luna y algunos familiares eran socios.

Según las investigaciones, ese dinero del pueblo habría sido entregado a Genaro (considerado el hombre más poderoso de la administración calderonista) por los exsecretarios de Gobernación Fernando Gómez Mont, Francisco Blake Mora (fallecido) o Alejandro Poiré, quienes ocuparon el cargo entre 2008 y 2012.

Es obligación de la administración lopezobradorista escarbar hasta llegar a la raíz de la corrupción y la impunidad, que han frenado el desarrollo del país. Es momento de justicia, no de venganza ni de que todo quede en un simple escándalo mediático para legitimar a un gobierno que podría caer en una crisis sino responden a las expectativas populares.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.

manuelmejidot@gmail.com