/ sábado 10 de abril de 2021

Alto poder | Aun con tragedia, políticos no detienen sus campañas

La nación continúa acumulando muertes, a veces violentas otras por enfermedad, porque mientras grupos delincuenciales y delincuentes ocasionales asesinan, secuestran, violan o desaparecen sin el menor pudor, hay quienes pierden la vida tendidos en la cama de su casa o algún hospital, a la espera de ser atendido.

Los comicios del próximo 6 de junio, serán los más importantes en la historia de la incipiente nueva democracia mexicana, porque según el Instituto Nacional Electoral se elegirán 500 diputados federales, 19 mil 900 cargos estatales y 15 gobernadores.

Además de todos los candidatos, militantes, simpatizantes y trabajadores que participan en la industria electorera, el INE tiene registrados que podrán participar unos 94 millones de mexicanos, inscritos en el padrón, lo cual es poco probable porque, desde siempre ha quedado demostrado, las contiendas intermedias generan poco interés popular y no convocan ni al 50 por ciento.

Este escenario podría ser de lo más llamativo, periodísticamente hablando. Empero, está resultando muy preocupante por dos aspectos importantes, que deben ser atendidos. Primero, en los próximos días se espera una tercera ola de contagios de coronavirus y, segundo, la violencia en todo el país está imparable.

Justo ayer 9 de abril, Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, informó que durante este proceso electoral, que inició en septiembre pasado, 117 aspirantes (71 hombres y 46 mujeres) han sido amenazadas o agredidas.

Además, en coordinación con las policías y fiscalías estatales, se han brindado medidas de protección a 41 candidatos, de los cuales 22 tienen protección de elementos de la policía locales; 16 de la Guardia Nacional y tres con otras autoridades distintas.

EL SEGUNDO PROCESO ELECTORAL MÁS VIOLENTO

Otro dato relevante, es que las agresiones se concentran principalmente en el Estado de México, Veracruz, Nuevo León, Oaxaca, San Luis Potosí y Quintana Roo.

Por otra parte, la empresa consultora Etellekt, estimó que entre septiembre de 2020 al 6 de abril, han ocurrido 65 asesinatos políticos (20 eran candidatos), lo que convierte a este proceso en el segundo más violento, sólo superado por el realizado en 2018.

Entre todas estas cifras, llamó la atención que según la secretaria Rosa Icela, el 82 por ciento de las agresiones hayan ocurrido contra los candidatos a presidencias municipales.

Volvió el México del olor a pólvora, ese que se pensaba superado desde la Revolución ocurrida a principios del siglo pasado.

Además de la violencia política, los asesinatos están imparables en todo el territorio nacional. Según el reporte de seguridad federal, que se presenta mensualmente, marzo ha sido el más violento en lo que va de 2021, con un total de 2 mil 444 homicidios dolosos.

Tan sólo en enero ocurrieron dos mil 379 homicidios dolosos; en febrero se reportaron dos mil 206, convirtiéndose en el mes con menos homicidios durante la administración de López Obrador. Llama la atención que durante marzo sucedieron 78 homicidios al día. ¿Verdad que es un asunto alarmante?

En la actual administración de la Cuarta Transformación, según la empresa T-Research, se han acumulado un total de 70 mil 911 homicidios dolosos. Ese es el cambio prometido, el de los “besos no balazos”.

A lo largo de esta semana, fuimos testigos de casos tan vergonzosos como la desaparición de cinco integrantes de la familia Villaseñor, quienes viajaban de la Ciudad de México a Jalisco; o la detención de Gregorio “Goyo” Gómez, candidato a la alcaldía de Tihuatlán, Veracruz, a quien sacaron de su negocio pero después se informó que había sido detenido a 32 kilómetros de su negocio, seis horas más tarde.

TAMBIÉN SE ASESINA NO RESPETANDO MEDIDAS SANITARIAS

En medio de estos acontecimientos violentos, se ha prestado poca atención a las medidas sanitarias para contener la propagación del SARS COV 2, causante del coronavirus.

Desde el domingo pasado, hemos visto imágenes de grandes concentraciones de personas en mítines, caravanas, protestas y demás actos donde no se respeta, en ningún momento, la sana distancia y mucho menos portan el cubrebocas, que algunos candidatos ponen el mal ejemplo utilizándolo de corbatín.

Esta situación no ha sido atendida por ninguna autoridad sanitaria, que debería cancelar esos eventos por incumplir con las medidas mínimas necesarias para frenar la pandemia.

Por ejemplo, la noche del martes Félix Salgado, quien exige le devuelvan la candidatura de Morena al gobierno de Guerrero que le quitaron por no reportar gastos de campaña, arribó al campamento instalado afuera del INE, siempre se le vio con la mascarilla que se retiraba en cuanto comenzaba hablar. Así es la ignorancia de la clase gobernante.

Además, lanzó a la calle a sus simpatizantes en un momento en que se teme el rebrote del coronavirus, que detuvo la economía no sólo del país sino del mundo y que, hasta el momento, no ha podido recuperarse. También se vio a Salgado Macedonio encabezar sendas manifestaciones en el Tribunal Electoral, donde ocurrió exactamente lo mismo, sin sana distancia ni cubrebocas.

A un año de que el coronavirus llegó a México, ha cobrado la vida de 206 mil 146 muertos, hasta el jueves pasado, y no se trata sólo de frías cifras como lo señala el subsecretario Hugo López Gatell, sino de personas que pudieron salvarse de haberse implementado un plan de prevención adecuado o recibido la atención médica oportuna, ya sea porque se atendió a tiempo o porque encontró espacio en algún hospital en el momento indicado.

El Estado debe garantizar la vida de los ciudadanos, empero en México los gobernantes aún no entienden cuáles son sus obligaciones.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.


manuelmejidot@gmail.com

La nación continúa acumulando muertes, a veces violentas otras por enfermedad, porque mientras grupos delincuenciales y delincuentes ocasionales asesinan, secuestran, violan o desaparecen sin el menor pudor, hay quienes pierden la vida tendidos en la cama de su casa o algún hospital, a la espera de ser atendido.

Los comicios del próximo 6 de junio, serán los más importantes en la historia de la incipiente nueva democracia mexicana, porque según el Instituto Nacional Electoral se elegirán 500 diputados federales, 19 mil 900 cargos estatales y 15 gobernadores.

Además de todos los candidatos, militantes, simpatizantes y trabajadores que participan en la industria electorera, el INE tiene registrados que podrán participar unos 94 millones de mexicanos, inscritos en el padrón, lo cual es poco probable porque, desde siempre ha quedado demostrado, las contiendas intermedias generan poco interés popular y no convocan ni al 50 por ciento.

Este escenario podría ser de lo más llamativo, periodísticamente hablando. Empero, está resultando muy preocupante por dos aspectos importantes, que deben ser atendidos. Primero, en los próximos días se espera una tercera ola de contagios de coronavirus y, segundo, la violencia en todo el país está imparable.

Justo ayer 9 de abril, Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, informó que durante este proceso electoral, que inició en septiembre pasado, 117 aspirantes (71 hombres y 46 mujeres) han sido amenazadas o agredidas.

Además, en coordinación con las policías y fiscalías estatales, se han brindado medidas de protección a 41 candidatos, de los cuales 22 tienen protección de elementos de la policía locales; 16 de la Guardia Nacional y tres con otras autoridades distintas.

EL SEGUNDO PROCESO ELECTORAL MÁS VIOLENTO

Otro dato relevante, es que las agresiones se concentran principalmente en el Estado de México, Veracruz, Nuevo León, Oaxaca, San Luis Potosí y Quintana Roo.

Por otra parte, la empresa consultora Etellekt, estimó que entre septiembre de 2020 al 6 de abril, han ocurrido 65 asesinatos políticos (20 eran candidatos), lo que convierte a este proceso en el segundo más violento, sólo superado por el realizado en 2018.

Entre todas estas cifras, llamó la atención que según la secretaria Rosa Icela, el 82 por ciento de las agresiones hayan ocurrido contra los candidatos a presidencias municipales.

Volvió el México del olor a pólvora, ese que se pensaba superado desde la Revolución ocurrida a principios del siglo pasado.

Además de la violencia política, los asesinatos están imparables en todo el territorio nacional. Según el reporte de seguridad federal, que se presenta mensualmente, marzo ha sido el más violento en lo que va de 2021, con un total de 2 mil 444 homicidios dolosos.

Tan sólo en enero ocurrieron dos mil 379 homicidios dolosos; en febrero se reportaron dos mil 206, convirtiéndose en el mes con menos homicidios durante la administración de López Obrador. Llama la atención que durante marzo sucedieron 78 homicidios al día. ¿Verdad que es un asunto alarmante?

En la actual administración de la Cuarta Transformación, según la empresa T-Research, se han acumulado un total de 70 mil 911 homicidios dolosos. Ese es el cambio prometido, el de los “besos no balazos”.

A lo largo de esta semana, fuimos testigos de casos tan vergonzosos como la desaparición de cinco integrantes de la familia Villaseñor, quienes viajaban de la Ciudad de México a Jalisco; o la detención de Gregorio “Goyo” Gómez, candidato a la alcaldía de Tihuatlán, Veracruz, a quien sacaron de su negocio pero después se informó que había sido detenido a 32 kilómetros de su negocio, seis horas más tarde.

TAMBIÉN SE ASESINA NO RESPETANDO MEDIDAS SANITARIAS

En medio de estos acontecimientos violentos, se ha prestado poca atención a las medidas sanitarias para contener la propagación del SARS COV 2, causante del coronavirus.

Desde el domingo pasado, hemos visto imágenes de grandes concentraciones de personas en mítines, caravanas, protestas y demás actos donde no se respeta, en ningún momento, la sana distancia y mucho menos portan el cubrebocas, que algunos candidatos ponen el mal ejemplo utilizándolo de corbatín.

Esta situación no ha sido atendida por ninguna autoridad sanitaria, que debería cancelar esos eventos por incumplir con las medidas mínimas necesarias para frenar la pandemia.

Por ejemplo, la noche del martes Félix Salgado, quien exige le devuelvan la candidatura de Morena al gobierno de Guerrero que le quitaron por no reportar gastos de campaña, arribó al campamento instalado afuera del INE, siempre se le vio con la mascarilla que se retiraba en cuanto comenzaba hablar. Así es la ignorancia de la clase gobernante.

Además, lanzó a la calle a sus simpatizantes en un momento en que se teme el rebrote del coronavirus, que detuvo la economía no sólo del país sino del mundo y que, hasta el momento, no ha podido recuperarse. También se vio a Salgado Macedonio encabezar sendas manifestaciones en el Tribunal Electoral, donde ocurrió exactamente lo mismo, sin sana distancia ni cubrebocas.

A un año de que el coronavirus llegó a México, ha cobrado la vida de 206 mil 146 muertos, hasta el jueves pasado, y no se trata sólo de frías cifras como lo señala el subsecretario Hugo López Gatell, sino de personas que pudieron salvarse de haberse implementado un plan de prevención adecuado o recibido la atención médica oportuna, ya sea porque se atendió a tiempo o porque encontró espacio en algún hospital en el momento indicado.

El Estado debe garantizar la vida de los ciudadanos, empero en México los gobernantes aún no entienden cuáles son sus obligaciones.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.


manuelmejidot@gmail.com