/ sábado 21 de abril de 2018

Alto poder | Inició la guerra sucia entre candidatos

Está en su apogeo la danza de los millones que los candidatos presidenciales han gastado alegremente en sus campañas electorales. Hasta esta semana, los cinco aspirantes han derrochado 133 millones 557 mil 257 pesos.

Destaca, lamentablemente, el hecho de que la mayor parte de las empresas contratadas, a precio de oro, sean extranjeras con sucursales en México.

Andrés Manuel López Obrador ha presentado ante el INE gastos por 889 mil 202 pesos en los primeros 15 días de campaña. Pero no se ha especificado claramente en qué fueron usados.

En cambio Ricardo Anaya, del PAN, pagó a PublicityAdglow México 34.8 millones de pesos y a Ojiva Consultores otros 11.6 millones para emplearlos en propaganda especializada en redes sociales.

José Antonio Meade, del PRI, destinó 38 millones de pesos en publicidad por internet, para cubrir gastos de su campaña hasta una semana antes de las elecciones. La empresa que se llevó el jugoso contrato fue Aldea Digital.

La candidata independiente, Margarita Zavala, contrató en un millón 60 mil pesos a la empresa Novigems International, especializada en organizar mítines y reuniones. La esposa del expresidente espurio tiene menos dinero para publicidad que los tres grandes contendientes porque renunció a 7.1 millones de pesos de dinero público.

En cambio, por apoyos privados Margarita ha recibido 42.9 millones de pesos.

Jaime Rodríguez Calderón, alias “El Bronco”, hace unos días reconocido como candidato independiente por el INE, gastó en su precampaña una cantidad indeterminada que posiblemente procedían del gobierno de Nuevo León.


ESTRATEGIA GUERRA DE GUERRILLAS

Las estrategias de campaña han cambiado radicalmente. Las redes sociales sustituyeron a los medios de comunicación tradicionales, prensa, radio y televisión. De nada valdrán los 23 millones de spots que televidentes y radioescuchas se tienen que recetar estos días, porque un solo tuit está en posibilidad cambiar el rumbo de la campaña y, posiblemente, hasta el resultado de la elección.

El primer campanazo en los medios digitales lo dio Barak Obama en su campaña por la Presidencia de los Estados Unidos en 2009. Su éxito resultó tan grande, que en todo el mundo lo replicaron.

Donald Trump es el primer presidente “tuitero” y todas sus ocurrencias, la mayor parte malas y sangronas, las ha puesto a navegar en su cuenta de Twitter.

En México, Vicente Fox fue el primero en utilizar una campaña agresiva, de ataque directo, conocida ahora como “estrategia de guerra de guerrillas”. Sus botas y las frases “echar al PRI de Los Pinos” y “hoy” fueron los ejes que cautivaron al electorado.

Fox supo decir lo que los mexicanos querían escuchar. El hartazgo ciudadano en contra del priismo.

En 2006, cuando las redes sociales aún no se consolidaban, los empresarios utilizaron la televisión para difundir un video donde advertían que Hugo Chávez, entonces el temido presidente de Venezuela, enviaba armas a Andrés Manuel para iniciar una revolución.

Por supuesto, esta desinformación fue absolutamente falas y ahora se intenta difundir que el mexicano tiene miedo de lo que ocurra en el país, de llegar López Obrador a la Presidencia de la República. Ni en 2006 ni ahora, representa un peligro para México y por lo mismo se encuentra arriba de las encuestas de intención del voto por más de 10 puntos.

La campaña embustera contra Andrés Manuel López Obrador la inició el candidato priista que en sus spots dice claramente “no quieres vivir con miedo” para después advertir “no quieres perder lo que tienes”. Grandes falsedades que tratan de emular la gran mentira de 2006.

Esta semana los grandes empresarios, los dueños del dinero, decidieron romper cualquier acercamiento con el candidato de Morena por su necedad en cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.


EL BRONCO QUE AMANSARON

En 2015, “El Bronco” consiguió notoriedad al ganar la elección de Nuevo León luego de una campaña austera pero provocadora en redes sociales, donde la gente se sumó enviándole denuncias sobre actos de corrupción en el estado.

La tarea de gobernar con honradez, inteligencia y trabajo se ha quedado a la zaga.

Óscar Landare Pimentel, director general de Brainstorm MKT, se preguntó: “¿A quién no le gusta el marketing político?” y él mismo se respondió: “Es una de las especialidades más intrigantes, emocionantes y retadoras dentro de la industria del marketing.”

Landare consideró que durante décadas el “marketing político se dedicó a tapar malas prácticas mediante campañas de comunicación muy bonitas pero que en el fondo traían mucha falsedad. Fox fue uno de los candidatos pioneros en marketing político innovador que tuvo un gran impacto mediático, muchas de sus imprudencias y/o excentricidades fueron tomadas a favor logrando posicionar su marca…”.

El neopublicista Landare considera que para entender lo que es el marketing político se requieren para su análisis los cuatro puntos siguientes:


  • A fuerza ni los zapatos. Se trabaja sobre lo que se tiene, no sobre lo carece el candidato.
  • Dos cabezas piensan mejor que una. Siempre se debe estar dispuesto a escuchar un consejo o recomendación.
  • El presupuesto no es una limitante. Lograr cosas extraordinarias con poco dinero, tiene mayor mérito.
  • Utilizar el “aikido” marketero. Es un arte japonesa que busca neutralizar al oponente mediante su propia fuerza sin que éste salga lastimado.


Entre el pasado, el presente y el futuro de México se desarrolla un verdadero enjambre y luchas sin cuartel entre los que se apoyan de las redes sociales para engañar, difamar o para presentar proyectos generalmente amañados.

Los medios de comunicación tradicionales deben de tener mucho cuidado en el manejo que se le dé a la difusión de las mentiras y verdades a medias que se esparzan en el país por medio de redes sociales o de mensajes pagadas.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.


manuelmejidot@gmail.com

Está en su apogeo la danza de los millones que los candidatos presidenciales han gastado alegremente en sus campañas electorales. Hasta esta semana, los cinco aspirantes han derrochado 133 millones 557 mil 257 pesos.

Destaca, lamentablemente, el hecho de que la mayor parte de las empresas contratadas, a precio de oro, sean extranjeras con sucursales en México.

Andrés Manuel López Obrador ha presentado ante el INE gastos por 889 mil 202 pesos en los primeros 15 días de campaña. Pero no se ha especificado claramente en qué fueron usados.

En cambio Ricardo Anaya, del PAN, pagó a PublicityAdglow México 34.8 millones de pesos y a Ojiva Consultores otros 11.6 millones para emplearlos en propaganda especializada en redes sociales.

José Antonio Meade, del PRI, destinó 38 millones de pesos en publicidad por internet, para cubrir gastos de su campaña hasta una semana antes de las elecciones. La empresa que se llevó el jugoso contrato fue Aldea Digital.

La candidata independiente, Margarita Zavala, contrató en un millón 60 mil pesos a la empresa Novigems International, especializada en organizar mítines y reuniones. La esposa del expresidente espurio tiene menos dinero para publicidad que los tres grandes contendientes porque renunció a 7.1 millones de pesos de dinero público.

En cambio, por apoyos privados Margarita ha recibido 42.9 millones de pesos.

Jaime Rodríguez Calderón, alias “El Bronco”, hace unos días reconocido como candidato independiente por el INE, gastó en su precampaña una cantidad indeterminada que posiblemente procedían del gobierno de Nuevo León.


ESTRATEGIA GUERRA DE GUERRILLAS

Las estrategias de campaña han cambiado radicalmente. Las redes sociales sustituyeron a los medios de comunicación tradicionales, prensa, radio y televisión. De nada valdrán los 23 millones de spots que televidentes y radioescuchas se tienen que recetar estos días, porque un solo tuit está en posibilidad cambiar el rumbo de la campaña y, posiblemente, hasta el resultado de la elección.

El primer campanazo en los medios digitales lo dio Barak Obama en su campaña por la Presidencia de los Estados Unidos en 2009. Su éxito resultó tan grande, que en todo el mundo lo replicaron.

Donald Trump es el primer presidente “tuitero” y todas sus ocurrencias, la mayor parte malas y sangronas, las ha puesto a navegar en su cuenta de Twitter.

En México, Vicente Fox fue el primero en utilizar una campaña agresiva, de ataque directo, conocida ahora como “estrategia de guerra de guerrillas”. Sus botas y las frases “echar al PRI de Los Pinos” y “hoy” fueron los ejes que cautivaron al electorado.

Fox supo decir lo que los mexicanos querían escuchar. El hartazgo ciudadano en contra del priismo.

En 2006, cuando las redes sociales aún no se consolidaban, los empresarios utilizaron la televisión para difundir un video donde advertían que Hugo Chávez, entonces el temido presidente de Venezuela, enviaba armas a Andrés Manuel para iniciar una revolución.

Por supuesto, esta desinformación fue absolutamente falas y ahora se intenta difundir que el mexicano tiene miedo de lo que ocurra en el país, de llegar López Obrador a la Presidencia de la República. Ni en 2006 ni ahora, representa un peligro para México y por lo mismo se encuentra arriba de las encuestas de intención del voto por más de 10 puntos.

La campaña embustera contra Andrés Manuel López Obrador la inició el candidato priista que en sus spots dice claramente “no quieres vivir con miedo” para después advertir “no quieres perder lo que tienes”. Grandes falsedades que tratan de emular la gran mentira de 2006.

Esta semana los grandes empresarios, los dueños del dinero, decidieron romper cualquier acercamiento con el candidato de Morena por su necedad en cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.


EL BRONCO QUE AMANSARON

En 2015, “El Bronco” consiguió notoriedad al ganar la elección de Nuevo León luego de una campaña austera pero provocadora en redes sociales, donde la gente se sumó enviándole denuncias sobre actos de corrupción en el estado.

La tarea de gobernar con honradez, inteligencia y trabajo se ha quedado a la zaga.

Óscar Landare Pimentel, director general de Brainstorm MKT, se preguntó: “¿A quién no le gusta el marketing político?” y él mismo se respondió: “Es una de las especialidades más intrigantes, emocionantes y retadoras dentro de la industria del marketing.”

Landare consideró que durante décadas el “marketing político se dedicó a tapar malas prácticas mediante campañas de comunicación muy bonitas pero que en el fondo traían mucha falsedad. Fox fue uno de los candidatos pioneros en marketing político innovador que tuvo un gran impacto mediático, muchas de sus imprudencias y/o excentricidades fueron tomadas a favor logrando posicionar su marca…”.

El neopublicista Landare considera que para entender lo que es el marketing político se requieren para su análisis los cuatro puntos siguientes:


  • A fuerza ni los zapatos. Se trabaja sobre lo que se tiene, no sobre lo carece el candidato.
  • Dos cabezas piensan mejor que una. Siempre se debe estar dispuesto a escuchar un consejo o recomendación.
  • El presupuesto no es una limitante. Lograr cosas extraordinarias con poco dinero, tiene mayor mérito.
  • Utilizar el “aikido” marketero. Es un arte japonesa que busca neutralizar al oponente mediante su propia fuerza sin que éste salga lastimado.


Entre el pasado, el presente y el futuro de México se desarrolla un verdadero enjambre y luchas sin cuartel entre los que se apoyan de las redes sociales para engañar, difamar o para presentar proyectos generalmente amañados.

Los medios de comunicación tradicionales deben de tener mucho cuidado en el manejo que se le dé a la difusión de las mentiras y verdades a medias que se esparzan en el país por medio de redes sociales o de mensajes pagadas.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.


manuelmejidot@gmail.com