/ sábado 28 de abril de 2018

Alto Poder | Segundo debate; nada nuevo


* Quieren volver a México en el viejo Omán del siglo XXI

* Los pseudo demócratas convertidos en autócratas

* El segundo debate no traerá nada nuevo a los electores


En el primer debate entre los candidatos presidenciales quedó claro que todos iban unidos en contra de Andrés Manuel López Obrador, quien a su vez se dedicó más a defenderse que a presentar propuestas.

En ese debate, Ricardo Anaya se mostró como un cínico contumaz y desvergonzado. José Antonio Meade, todavía con la apariencia de sacristán de la que no puede desprenderse. Margarita Zavala, esa imagen en retrospectiva de lo que hizo su esposo, el saqueador Felipe Calderón. Jaime Rodríguez, “El Bronco”, se mostró como un safio, porque sólo a un súper ignorante o loco se le ocurre pedir, en pleno siglo XXI, cortar la mano a los ladrones.

En 1974, hice un recorrido por los países árabes, productores de petróleo en el Golfo Pérsico. En el sultanato de Omán entrevisté al sultán Qabus bin Said al Said, hijo de Said bin Taimur, que con ayuda de los ingleses fue expulsado de su territorio por aferrarse a gobernar “como en el siglo XIX”.

Durante la época de bin Taimur, que terminó en 1970, como Constitución en Omán se aplicaba la Sharia, Código ético del Corán, apegados a la Ley del Talión y todavía se practicaban linchamientos y decapitaciones en la plaza pública de Mascate, capital del sultanato.

A esa época de barbarie, quiere remitir el Bronco a México y que, de aplicarse, dejaría mancos al 99 por ciento de los gobernantes nacionales.

Otra de las gracejadas torpes del Bronco fue la de crear preparatorias y pedir al Ejército maestros.

Para el próximo debate, que será el 20 de mayo en Tijuana, Baja California, es de esperarse que los cinco participantes mantengan sus perfiles e ideas.

López Obrador con su frase de “amor y paz”. Anaya con su rosario de mentiras. Meade debatiéndose en la desesperación del tercer lugar. Los otros dos son biombos de don Martín Quiroga.


LA FRONTERA, TEMA DEL SEGUNDO DEBATE

Posiblemente el tema más delicado a tratar en el segundo debate, sea el de la seguridad fronteriza, combate al crimen trasnacional y los derechos de los migrantes.

México, desde siempre, ha sido un permanente exportador de mano de obra morena hacia los territorios rubios del norte. Entre esa migración tumultuaria, viaja gente buena y pillines. Todos son necesarios para que se mueva la economía y el comercio de los Estados Unidos y hasta ahora, por lo visto, ningún gobierno ha podido resolver, aunque sea medianamente, el maltrato que hay para los connacionales.

En la Unión Americana aún no se ha podido desterrar la vieja sentencia de un norte piadoso y respetuoso y de un sur ignorante y violento.

El asunto de los migrantes no es poca cosa, porque hay 33 millones de mexicanos esparcidos en el basto territorio estadounidense, especialmente en los estados del sur donde la xenofobia está a la orden del día, de manera muy especial en Nuevo México, donde gobierna Susana Martínez, de clara ascendencia hispana pero racista.

En su caso, debe recordarse que para los toros del Jaral, los caballos de allá mismo. O que para que apriete la cuña, debe ser del mismo palo.

El otro tema, sobre cómo detener la delincuencia trasnacional, México está perdido porque sus autoridades han sido incapaces de controlar la violencia nacional. Pero de la misma manera que de aquí el país sirve de paso a la cocaína sudamericana para llegar a Estados Unidos, ese país a cambio llena a sus vecinos del sur con armas fabricadas dentro de su territorio, con lo que se beneficia económicamente no solo a un alto sector poderoso sino a los políticos estadounidenses.

Para todos estos problemas deben tener alguna propuesta los candidatos. Seguramente que el Bronco propondrá que se fusile a los narcotraficantes, como hizo en su momento el Sha de Irán en su país, con magníficos resultados porque terminó con algunas fusilatas y toda la heroína de Turquía.


EL NUEVO PATRIOTISMO MEXICANO

Muy importante resultará saber cómo van a tratar al impredecible, ignorante y fascista de Donald Trump que a los mexicanos no nos baja de narcos, sucios y ladrones.

Samuel Schmidt, investigador independiente y escritor, sobre la situación actual de México que se verá reflejada en los debates, dijo que:

“Cae el partido que duró en el poder 70 años para que el autoritarismo adquiera nuevos bríos y los pseudo demócratas se transformen en autoritarios, y todo para que vuelva al poder el mismo partido corrupto con más corrupción y autoritarismo. Un político que no podía ocultar su desprecio (racismo) por los dominados, los llamaba mugrosos.

“Hemos aprendido que la democracia electoral puede propiciar carreras cortas, y debido a la pobreza (intelectual) de las élites, ha favorecido que los políticos lleguen muy rápido a puestos muy elevados, brincan políticamente sin experiencia, preparación, sensibilidad y mística de gobierno, son políticos que buscan la auto gratificación y son auto engrandecidos, así en este nuevo léxico del poder, adquiere una nueva connotación el patrimonialismo y la corrupción.”

Una de las frases célebres del expresidente José López Portillo fue aquella donde sentenció que México que no se volviera un país de cínicos pero no pudo predicar con el ejemplo.

Para muestra, un botón. Un día en 2014, un diputado ante el pleno de la Cámara Baja dijo: “Queremos pedir que regrese Salinas de Gortari porque él cobraba el 10 por ciento y ahora cobran el 30 por ciento.”

Por supuesto que hablaba de los famosos “moches” que los candidatos prometen erradicar del país.

Fuera de la declaración del diputado, no sucedió nada porque el país honra la nueva máxima de que en México nunca pasa nada, ni cuando pasa.

Este mundo de simulación y mentiras cubre el sistema político mexicano y hace que muchas de las elecciones sean una farsa.

Si se compran o no votos, es irrelevante porque la gente está convencida de que sí se hace y que los resultados electorales se negocian fuera de las urnas, con lo cual la voluntad popular es solamente un factor más de la simulación y el discurso simbólico.

Obviamente que no habrá nada nuevo en los próximos debates y se seguirán recibiendo con carcajadas, las estúpidas promesas de campaña del Bronco.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.


manuelmejidot@gmail.com


* Quieren volver a México en el viejo Omán del siglo XXI

* Los pseudo demócratas convertidos en autócratas

* El segundo debate no traerá nada nuevo a los electores


En el primer debate entre los candidatos presidenciales quedó claro que todos iban unidos en contra de Andrés Manuel López Obrador, quien a su vez se dedicó más a defenderse que a presentar propuestas.

En ese debate, Ricardo Anaya se mostró como un cínico contumaz y desvergonzado. José Antonio Meade, todavía con la apariencia de sacristán de la que no puede desprenderse. Margarita Zavala, esa imagen en retrospectiva de lo que hizo su esposo, el saqueador Felipe Calderón. Jaime Rodríguez, “El Bronco”, se mostró como un safio, porque sólo a un súper ignorante o loco se le ocurre pedir, en pleno siglo XXI, cortar la mano a los ladrones.

En 1974, hice un recorrido por los países árabes, productores de petróleo en el Golfo Pérsico. En el sultanato de Omán entrevisté al sultán Qabus bin Said al Said, hijo de Said bin Taimur, que con ayuda de los ingleses fue expulsado de su territorio por aferrarse a gobernar “como en el siglo XIX”.

Durante la época de bin Taimur, que terminó en 1970, como Constitución en Omán se aplicaba la Sharia, Código ético del Corán, apegados a la Ley del Talión y todavía se practicaban linchamientos y decapitaciones en la plaza pública de Mascate, capital del sultanato.

A esa época de barbarie, quiere remitir el Bronco a México y que, de aplicarse, dejaría mancos al 99 por ciento de los gobernantes nacionales.

Otra de las gracejadas torpes del Bronco fue la de crear preparatorias y pedir al Ejército maestros.

Para el próximo debate, que será el 20 de mayo en Tijuana, Baja California, es de esperarse que los cinco participantes mantengan sus perfiles e ideas.

López Obrador con su frase de “amor y paz”. Anaya con su rosario de mentiras. Meade debatiéndose en la desesperación del tercer lugar. Los otros dos son biombos de don Martín Quiroga.


LA FRONTERA, TEMA DEL SEGUNDO DEBATE

Posiblemente el tema más delicado a tratar en el segundo debate, sea el de la seguridad fronteriza, combate al crimen trasnacional y los derechos de los migrantes.

México, desde siempre, ha sido un permanente exportador de mano de obra morena hacia los territorios rubios del norte. Entre esa migración tumultuaria, viaja gente buena y pillines. Todos son necesarios para que se mueva la economía y el comercio de los Estados Unidos y hasta ahora, por lo visto, ningún gobierno ha podido resolver, aunque sea medianamente, el maltrato que hay para los connacionales.

En la Unión Americana aún no se ha podido desterrar la vieja sentencia de un norte piadoso y respetuoso y de un sur ignorante y violento.

El asunto de los migrantes no es poca cosa, porque hay 33 millones de mexicanos esparcidos en el basto territorio estadounidense, especialmente en los estados del sur donde la xenofobia está a la orden del día, de manera muy especial en Nuevo México, donde gobierna Susana Martínez, de clara ascendencia hispana pero racista.

En su caso, debe recordarse que para los toros del Jaral, los caballos de allá mismo. O que para que apriete la cuña, debe ser del mismo palo.

El otro tema, sobre cómo detener la delincuencia trasnacional, México está perdido porque sus autoridades han sido incapaces de controlar la violencia nacional. Pero de la misma manera que de aquí el país sirve de paso a la cocaína sudamericana para llegar a Estados Unidos, ese país a cambio llena a sus vecinos del sur con armas fabricadas dentro de su territorio, con lo que se beneficia económicamente no solo a un alto sector poderoso sino a los políticos estadounidenses.

Para todos estos problemas deben tener alguna propuesta los candidatos. Seguramente que el Bronco propondrá que se fusile a los narcotraficantes, como hizo en su momento el Sha de Irán en su país, con magníficos resultados porque terminó con algunas fusilatas y toda la heroína de Turquía.


EL NUEVO PATRIOTISMO MEXICANO

Muy importante resultará saber cómo van a tratar al impredecible, ignorante y fascista de Donald Trump que a los mexicanos no nos baja de narcos, sucios y ladrones.

Samuel Schmidt, investigador independiente y escritor, sobre la situación actual de México que se verá reflejada en los debates, dijo que:

“Cae el partido que duró en el poder 70 años para que el autoritarismo adquiera nuevos bríos y los pseudo demócratas se transformen en autoritarios, y todo para que vuelva al poder el mismo partido corrupto con más corrupción y autoritarismo. Un político que no podía ocultar su desprecio (racismo) por los dominados, los llamaba mugrosos.

“Hemos aprendido que la democracia electoral puede propiciar carreras cortas, y debido a la pobreza (intelectual) de las élites, ha favorecido que los políticos lleguen muy rápido a puestos muy elevados, brincan políticamente sin experiencia, preparación, sensibilidad y mística de gobierno, son políticos que buscan la auto gratificación y son auto engrandecidos, así en este nuevo léxico del poder, adquiere una nueva connotación el patrimonialismo y la corrupción.”

Una de las frases célebres del expresidente José López Portillo fue aquella donde sentenció que México que no se volviera un país de cínicos pero no pudo predicar con el ejemplo.

Para muestra, un botón. Un día en 2014, un diputado ante el pleno de la Cámara Baja dijo: “Queremos pedir que regrese Salinas de Gortari porque él cobraba el 10 por ciento y ahora cobran el 30 por ciento.”

Por supuesto que hablaba de los famosos “moches” que los candidatos prometen erradicar del país.

Fuera de la declaración del diputado, no sucedió nada porque el país honra la nueva máxima de que en México nunca pasa nada, ni cuando pasa.

Este mundo de simulación y mentiras cubre el sistema político mexicano y hace que muchas de las elecciones sean una farsa.

Si se compran o no votos, es irrelevante porque la gente está convencida de que sí se hace y que los resultados electorales se negocian fuera de las urnas, con lo cual la voluntad popular es solamente un factor más de la simulación y el discurso simbólico.

Obviamente que no habrá nada nuevo en los próximos debates y se seguirán recibiendo con carcajadas, las estúpidas promesas de campaña del Bronco.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.


manuelmejidot@gmail.com