/ lunes 22 de abril de 2019

Alzar la voz por los Derechos Humanos

Por: Mtro. Luis Raúl González Pérez

Toda conducta de autoridad que se aparta de la ley e incide en la vigencia de un derecho humano es un abuso de poder, lo cual ha sido denunciado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) desde su creación en junio de 1990, siendo en estos casi 29 años, una vía para que las víctimas reivindiquen sus derechos y se reparen las vulneraciones que han sufrido. Las recomendaciones y pronunciamientos de la CNDH dan testimonio de las investigaciones y actuaciones realizadas en casos que, por su gravedad y trascendencia, impactaron los ámbitos públicos y sociales en México, y en los cuales, frente al silencio, omisión, indiferencia, e inclusive complicidad de algunas autoridades, la CNDH evidenció los abusos cometidos y exigió que la ley se aplicara a los responsables de violar derechos humanos, con independencia de grupos de poder, ideologías o filiaciones políticas.

En los últimos años, casos graves de violaciones a derechos humanos como los de Tlatlaya, Tanhuato, Apatzingan, Tierra Blanca, Papantla, Nochixtlán, Allende, Palmarito, e Iguala, entre otros, fueron objeto de recomendaciones por parte de la CNDH, que involucraron a instancias tales como la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la Procuraduría y Fiscalía General de la República, la Comisión Nacional de Seguridad, e inclusive a la propia Presidencia de la República. Para la CNDH ninguna autoridad puede pisotear la ley ni los derechos fundamentales que la misma reconoce, siendo en razón de ello que ha señalado en sus pronunciamientos la persistencia en México de prácticas como la tortura, las detenciones y retenciones ilegales, las ejecuciones arbitrarias, y las desapariciones forzadas, cuestión que asimismo se ha planteado ante instancias internacionales como el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

La corrupción también ha sido objeto de pronunciamientos por parte de la CNDH, la cual ha emitido informes especiales y estudios al respecto, documentando y señalando el vínculo que esta práctica guarda con las violaciones a los derechos humanos. En este sentido, resulta relevante la recomendación emitida por el caso del “Paso Exprés”, en el que se evidenciaron posibles actos de corrupción por parte de autoridades en la contratación y realización de obra pública, que derivaron en la muerte de 4 personas. En el ámbito público, la corrupción es un abuso o ejercicio indebido del poder, que vulnera derechos fundamentales e implica, necesariamente, la actuación de autoridades al margen o por encima de la ley, para obtener de un beneficio económico o de cualquier otra índole. Donde la ley se respeta es más difícil que la corrupción se presente y más fácil que los casos en que exista, se investiguen y sancionen.

Defender los derechos humanos no es denostar o pretender debilitar instituciones o autoridades, por el contrario, lo que se busca es fortalecerlas al pugnar por que las leyes se respeten, se apliquen, y lograr que los derechos sean vigentes y se preserven. México es un país plural y diverso, el sustrato en el que nuestras diferencias pueden encontrar un piso común lo integran la ley, las instituciones y los derechos humanos. Más que profundizar en divisiones ideológicas, nuestro país requiere unidad y trabajo conjunto por la legalidad, por el fortalecimiento de las instituciones democráticas y republicanas, y por el respeto de la dignidad humana. Los graves problemas que enfrentamos de violencia, inseguridad, pobreza, exclusión y desigualdad, sólo se podrán superar mediante el diálogo y la construcción de acuerdos en el marco de la ley, en unión, tolerancia y respeto a la pluralidad y al disenso.

Con independencia de personas, la CNDH es, ha sido, y debe seguir siendo, una institución viva, al servicio de México, que alce la voz por defender los derechos y trabaje, junto a las demás instancias del Estado, porque nuestro país haga realidad la meta que buscaba Emiliano Zapata “Libertad, Justicia y Ley”, trinomio indisoluble y cada día más necesario.

*Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

Por: Mtro. Luis Raúl González Pérez

Toda conducta de autoridad que se aparta de la ley e incide en la vigencia de un derecho humano es un abuso de poder, lo cual ha sido denunciado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) desde su creación en junio de 1990, siendo en estos casi 29 años, una vía para que las víctimas reivindiquen sus derechos y se reparen las vulneraciones que han sufrido. Las recomendaciones y pronunciamientos de la CNDH dan testimonio de las investigaciones y actuaciones realizadas en casos que, por su gravedad y trascendencia, impactaron los ámbitos públicos y sociales en México, y en los cuales, frente al silencio, omisión, indiferencia, e inclusive complicidad de algunas autoridades, la CNDH evidenció los abusos cometidos y exigió que la ley se aplicara a los responsables de violar derechos humanos, con independencia de grupos de poder, ideologías o filiaciones políticas.

En los últimos años, casos graves de violaciones a derechos humanos como los de Tlatlaya, Tanhuato, Apatzingan, Tierra Blanca, Papantla, Nochixtlán, Allende, Palmarito, e Iguala, entre otros, fueron objeto de recomendaciones por parte de la CNDH, que involucraron a instancias tales como la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la Procuraduría y Fiscalía General de la República, la Comisión Nacional de Seguridad, e inclusive a la propia Presidencia de la República. Para la CNDH ninguna autoridad puede pisotear la ley ni los derechos fundamentales que la misma reconoce, siendo en razón de ello que ha señalado en sus pronunciamientos la persistencia en México de prácticas como la tortura, las detenciones y retenciones ilegales, las ejecuciones arbitrarias, y las desapariciones forzadas, cuestión que asimismo se ha planteado ante instancias internacionales como el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

La corrupción también ha sido objeto de pronunciamientos por parte de la CNDH, la cual ha emitido informes especiales y estudios al respecto, documentando y señalando el vínculo que esta práctica guarda con las violaciones a los derechos humanos. En este sentido, resulta relevante la recomendación emitida por el caso del “Paso Exprés”, en el que se evidenciaron posibles actos de corrupción por parte de autoridades en la contratación y realización de obra pública, que derivaron en la muerte de 4 personas. En el ámbito público, la corrupción es un abuso o ejercicio indebido del poder, que vulnera derechos fundamentales e implica, necesariamente, la actuación de autoridades al margen o por encima de la ley, para obtener de un beneficio económico o de cualquier otra índole. Donde la ley se respeta es más difícil que la corrupción se presente y más fácil que los casos en que exista, se investiguen y sancionen.

Defender los derechos humanos no es denostar o pretender debilitar instituciones o autoridades, por el contrario, lo que se busca es fortalecerlas al pugnar por que las leyes se respeten, se apliquen, y lograr que los derechos sean vigentes y se preserven. México es un país plural y diverso, el sustrato en el que nuestras diferencias pueden encontrar un piso común lo integran la ley, las instituciones y los derechos humanos. Más que profundizar en divisiones ideológicas, nuestro país requiere unidad y trabajo conjunto por la legalidad, por el fortalecimiento de las instituciones democráticas y republicanas, y por el respeto de la dignidad humana. Los graves problemas que enfrentamos de violencia, inseguridad, pobreza, exclusión y desigualdad, sólo se podrán superar mediante el diálogo y la construcción de acuerdos en el marco de la ley, en unión, tolerancia y respeto a la pluralidad y al disenso.

Con independencia de personas, la CNDH es, ha sido, y debe seguir siendo, una institución viva, al servicio de México, que alce la voz por defender los derechos y trabaje, junto a las demás instancias del Estado, porque nuestro país haga realidad la meta que buscaba Emiliano Zapata “Libertad, Justicia y Ley”, trinomio indisoluble y cada día más necesario.

*Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).