/ martes 19 de diciembre de 2017

AMLO y su ambición de poder

Como ya ha apuntado con sensibilidad el periodista Néstor Ojeda, a AMLO se le puede acusar con sólidos fundamentos de padecer diversas deficiencias: demagogo, prepotente, mentiroso, tránsfuga traidor de partidos, bravucón, simulador, autoritario, nepotista, corrupto, populista y más, pero de lo que no se le podría acusar es de falta de olfato y sensibilidad, de colmillo e intuición para orientarse y capitalizar a su favor las tendencias políticas en curso y los sentimientos de indignación e inconformidad.

Es por ello que, en efecto, no se puede interpretar a la ligera o como una grave torpeza sus declaraciones en torno a la amnistía de los narcotraficantes e integrantes de la delincuencia organizada. De ninguna forma se trata de un desorientado desliz de estulticia. Es más bien una deliberada estrategia con el propósito de reclutar actores políticos, ampliando al máximo posible sus gremios de partidarios y de proveedores financieros.

En su desbocada búsqueda de apoyos políticos, impulsado por su prurito de cooptar el máximo número de seguidores que le garanticen su siempre volátil victoria electoral, no lo frena escrúpulo alguno,y así ofrece apoyo a criminales del narcotráfico y a funcionarios delincuentes. Sus promesas de campaña lanzadas este 2 de diciembre en Quechultenango, Gro, tierra de narcotraficantes, están en plena compatibilidad con otras promesas de perdón de los delitos para conquistar nuevos adeptos.

En el marco de esta estrategia se vuelven perfectamente comprensibles los ofrecimientos de “amnistía anticipada” que lanzó en el DF en Ago.11/2016 en el ciclo de conferencias Era Familiar Princess 2016, inmediatamente después de sostener que “En México los gobernantes forman parte de la principal pandilla de saqueadores y maleantes que opera en el país”, no pudo resistir la tentación electoral de ganarse prosélitos, sin importar sus antecedentes delincuenciales y, como buen mesías, magnánimo, decidió perdonarles sus pecados:

“Ahora, de nueva cuenta, les decimos a los integrantes del grupo en el poder que, a pesar del gran daño que le han causado al pueblo y a la nación, no les guardamos ningún rencor y les aseguramos que, ante su posible derrota en 2018, no habrá represalias o persecución para nadie. Declaramos esta amnistía anticipada porque lo que se necesita es justicia, no venganza”. Poco después en Cancún precisó que el presidente EPN y sus colaboradores estaban incluidos en su generosa amnistía.

En el referido contexto de ninguna manera puede extrañar que entre sus gremios consentidos, a los que a menudo lanza elogios, figuran la vandálica Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación CNTE y el chantajista Sindicato Mexicano de Electricistas SME de la extinta LyFC. Dado que está convencido de detentar el poder mesiánico de perdonar pecados, no muestra el menor escrúpulo en acoger a todos y a todo lo que pueda contribuir alcanzar su patológica obsesión de poder y así todo delincuente o malhechor que sirva y se pliegue a sus propósitos, contará con el beneplácito de su salvador y con la plena redención de sus faltas por más graves que sean.

De ninguna manera se trata de una hipérbole el sostener que México está en serio riesgo de caer en patológicas manos, de las cuales sería muy difícil ya el desprenderse. Nuestros deplorables e ineptos gobiernos han mostrado total incapacidad ante la corrupción, la inseguridad y la impunidad, pero AMLO podría aun agravarlas.

amartinezv@derecho.unam.mx

@AlejoMVendrell

Como ya ha apuntado con sensibilidad el periodista Néstor Ojeda, a AMLO se le puede acusar con sólidos fundamentos de padecer diversas deficiencias: demagogo, prepotente, mentiroso, tránsfuga traidor de partidos, bravucón, simulador, autoritario, nepotista, corrupto, populista y más, pero de lo que no se le podría acusar es de falta de olfato y sensibilidad, de colmillo e intuición para orientarse y capitalizar a su favor las tendencias políticas en curso y los sentimientos de indignación e inconformidad.

Es por ello que, en efecto, no se puede interpretar a la ligera o como una grave torpeza sus declaraciones en torno a la amnistía de los narcotraficantes e integrantes de la delincuencia organizada. De ninguna forma se trata de un desorientado desliz de estulticia. Es más bien una deliberada estrategia con el propósito de reclutar actores políticos, ampliando al máximo posible sus gremios de partidarios y de proveedores financieros.

En su desbocada búsqueda de apoyos políticos, impulsado por su prurito de cooptar el máximo número de seguidores que le garanticen su siempre volátil victoria electoral, no lo frena escrúpulo alguno,y así ofrece apoyo a criminales del narcotráfico y a funcionarios delincuentes. Sus promesas de campaña lanzadas este 2 de diciembre en Quechultenango, Gro, tierra de narcotraficantes, están en plena compatibilidad con otras promesas de perdón de los delitos para conquistar nuevos adeptos.

En el marco de esta estrategia se vuelven perfectamente comprensibles los ofrecimientos de “amnistía anticipada” que lanzó en el DF en Ago.11/2016 en el ciclo de conferencias Era Familiar Princess 2016, inmediatamente después de sostener que “En México los gobernantes forman parte de la principal pandilla de saqueadores y maleantes que opera en el país”, no pudo resistir la tentación electoral de ganarse prosélitos, sin importar sus antecedentes delincuenciales y, como buen mesías, magnánimo, decidió perdonarles sus pecados:

“Ahora, de nueva cuenta, les decimos a los integrantes del grupo en el poder que, a pesar del gran daño que le han causado al pueblo y a la nación, no les guardamos ningún rencor y les aseguramos que, ante su posible derrota en 2018, no habrá represalias o persecución para nadie. Declaramos esta amnistía anticipada porque lo que se necesita es justicia, no venganza”. Poco después en Cancún precisó que el presidente EPN y sus colaboradores estaban incluidos en su generosa amnistía.

En el referido contexto de ninguna manera puede extrañar que entre sus gremios consentidos, a los que a menudo lanza elogios, figuran la vandálica Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación CNTE y el chantajista Sindicato Mexicano de Electricistas SME de la extinta LyFC. Dado que está convencido de detentar el poder mesiánico de perdonar pecados, no muestra el menor escrúpulo en acoger a todos y a todo lo que pueda contribuir alcanzar su patológica obsesión de poder y así todo delincuente o malhechor que sirva y se pliegue a sus propósitos, contará con el beneplácito de su salvador y con la plena redención de sus faltas por más graves que sean.

De ninguna manera se trata de una hipérbole el sostener que México está en serio riesgo de caer en patológicas manos, de las cuales sería muy difícil ya el desprenderse. Nuestros deplorables e ineptos gobiernos han mostrado total incapacidad ante la corrupción, la inseguridad y la impunidad, pero AMLO podría aun agravarlas.

amartinezv@derecho.unam.mx

@AlejoMVendrell