/ martes 20 de agosto de 2019

Anáhuac Global | Cambio político e incertidumbre

La situación actual de la economía mexicana no es resultado exclusivo de factores locales. Basta con mirar lo que sucede en países como Alemania, Corea del Sur, Brasil, Italia, Reino Unido, Argentina, Turquía, Sudáfrica o Estados Unidos para reconocer que la tendencia global es una de cambio político e incertidumbre, que afectan la economía.

En México el caso nos es muy conocido: un nuevo gobierno ha entrado en funciones, ha impulsado cambios en la política económica del país (la redistribución y retención del gasto de gobierno, la reformulación de la política energética, la cancelación de proyectos de infraestructura y el anuncio de nuevos proyectos de dudosa rentabilidad) que por momentos han sido disruptivos y han generado incertidumbre entre quienes deben invertir para mantener la maquinaria económica en movimiento.

Pero una dinámica similar es visible en el resto del mundo. En Alemania, el avance del partido político Die Grünen (‘Los Verdes’, movimiento en favor de la conservación ambiental y la sustentabilidad social y económica) ha obligado a la adopción de políticas cada vez más rigurosas sobre emisiones de gases para la industria automotriz alemana. La producción ha caído sustancialmente en los últimos seis meses, a medida que las automotrices buscan ajustarse a las nuevas regulaciones; la industria se encuentra ya en plena recesión. Por supuesto, la causa de la crisis del sector automotriz no es sólo atribuible a nuevas regulaciones impulsadas desde el sistema político, sino que también responde a roces internacionales entre China y EU (guerra comercial; polarización política a escala global) y a la desaceleración de China; uno de los principales mercados de la industria alemana.

El caso del Reino Unido también es muy sonado, con un aparato político paralizado después de la decisión de salir de la Unión Europea en 2016. La incertidumbre y la polarización política han llevado a una contracción de la economía británica en los primeros meses de este año, amenazando con llevar al país a una recesión incluso antes de la materialización del Brexit. O Argentina, cuyas elecciones este fin de semana resultaron en la victoria de Alberto Fernández; un candidato a la presidencia que coquetea con detener el pago de la deuda argentina y una nueva crisis.

La situación actual en México sostiene similitudes con otros casos a nivel global que muestran un patrón claro: existe una tendencia de cambio político disruptivo a nivel global que está provocando estragos en las economías del mundo. ¿A qué se debe el cambio político? Al desencanto de la sociedad con su clase política tras la crisis de 2008 y sus secuelas; a la búsqueda de una solución alternativa (incluso extrema) a los problemas sociales de la actualidad. Polarización política, incertidumbre.

*Miembro del claustro de profesores de la Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac

La situación actual de la economía mexicana no es resultado exclusivo de factores locales. Basta con mirar lo que sucede en países como Alemania, Corea del Sur, Brasil, Italia, Reino Unido, Argentina, Turquía, Sudáfrica o Estados Unidos para reconocer que la tendencia global es una de cambio político e incertidumbre, que afectan la economía.

En México el caso nos es muy conocido: un nuevo gobierno ha entrado en funciones, ha impulsado cambios en la política económica del país (la redistribución y retención del gasto de gobierno, la reformulación de la política energética, la cancelación de proyectos de infraestructura y el anuncio de nuevos proyectos de dudosa rentabilidad) que por momentos han sido disruptivos y han generado incertidumbre entre quienes deben invertir para mantener la maquinaria económica en movimiento.

Pero una dinámica similar es visible en el resto del mundo. En Alemania, el avance del partido político Die Grünen (‘Los Verdes’, movimiento en favor de la conservación ambiental y la sustentabilidad social y económica) ha obligado a la adopción de políticas cada vez más rigurosas sobre emisiones de gases para la industria automotriz alemana. La producción ha caído sustancialmente en los últimos seis meses, a medida que las automotrices buscan ajustarse a las nuevas regulaciones; la industria se encuentra ya en plena recesión. Por supuesto, la causa de la crisis del sector automotriz no es sólo atribuible a nuevas regulaciones impulsadas desde el sistema político, sino que también responde a roces internacionales entre China y EU (guerra comercial; polarización política a escala global) y a la desaceleración de China; uno de los principales mercados de la industria alemana.

El caso del Reino Unido también es muy sonado, con un aparato político paralizado después de la decisión de salir de la Unión Europea en 2016. La incertidumbre y la polarización política han llevado a una contracción de la economía británica en los primeros meses de este año, amenazando con llevar al país a una recesión incluso antes de la materialización del Brexit. O Argentina, cuyas elecciones este fin de semana resultaron en la victoria de Alberto Fernández; un candidato a la presidencia que coquetea con detener el pago de la deuda argentina y una nueva crisis.

La situación actual en México sostiene similitudes con otros casos a nivel global que muestran un patrón claro: existe una tendencia de cambio político disruptivo a nivel global que está provocando estragos en las economías del mundo. ¿A qué se debe el cambio político? Al desencanto de la sociedad con su clase política tras la crisis de 2008 y sus secuelas; a la búsqueda de una solución alternativa (incluso extrema) a los problemas sociales de la actualidad. Polarización política, incertidumbre.

*Miembro del claustro de profesores de la Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac