/ martes 26 de marzo de 2019

Anáhuac Global | El informe de Bachelet

Por: Paulina Axotla Flores. Asistente académica de la Facultad de Estudios Globales.

El pasado 21 de marzo, la Alta Comisionada de Derecho Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, estableció que a la deteriorada situación del respeto de los Derechos Humanos de la región hizo que se viera desestabilizada y por tanto en un ciclo vicioso del que solo los ciudadanos venezolanos son las víctimas. Los abusos van desde el exceso del uso de la fuerza, torturas y homicidios. Esta declaración se da en las Naciones Unidas en donde los países se han quedado expectantes ante la desesperación de miles de personas que no saben si el día de mañana tendrán un techo donde vivir o los medicamentos para sobrevivir o serán violentados por su gobierno.

Estamos hablando de una declaración que en principio parece obvia e innecesaria, pero la cuestión que nos pone a pensar es si con esta los países tendrán suficiente sustento para actuar. Los jugadores dentro del tablero que representa Venezuela, estan esperando la razón perfecta para poder intervenir o la justificación necesaria para no actuar. Sin embargo, este reconocimiento institucional nos desafía con una realidad que, de seguir escalando, quienes lo lamentarán serán los venezolanos. Pareciera que, en aras de seguir los protocolos, los Estados Latinoamericanos están tratando de tapar el sol con un dedo, mientras que algunos se benefician del descontrol. ¿Pero a qué costo?

Entre el apagón de hace unos días, la presencia de Guiadó en la ONU, la reunión de AMLO con Kushner en donde no se tocó el tema de Venezuela, la búsqueda de alianzas de Maduro con Rusia, China y Turquía, vemos la configuración de la tormenta perfecta. Una tormenta en donde la democracia queda en duda, la obtención de paz y seguridad están en segundo plano y todos los jugadores esperan su turno para tomar el pedazo que Venezuela que desean. Para algunos es el petróleo, para otros es la conformidad de saber que no se mancharon las manos.

¿Qué sigue? Realmente vemos a un mundo parado por esta situación. La ayuda humanitaria no llega o es quemada, se realizan conciertos en pro de la paz, que en vez de tener un impacto significativo parecen ser un reflector más en el espectáculo y Venezuela sigue igual. Sin embargo, vemos que la Alta Comisionada hace un llamado claro pero que parece poco oportuno y un poco manipulado por la oposición, pero no da más evidencia para el debate y la acción.

37 personas murieron a manos del gobierno, otros miles no pueden atenderse en el sistema de salud porque no hay recursos para medicamentos, otros mueren de hambre porque la comida es detenida en las fronteras, mientras tanto vemos la lucha por el poder de Guiadó y Maduroque se desenvuelve entre declaraciones televisivas y berrinches internacionales.

Michelle Bachelet denunció la situación a nivel internacional, pero su voz trae en el fondo el grito desesperado de ayuda de los venezolanos. Esta declaración, hecha en un marco internacional en donde sus miembros pueden cuestionar lo establecido, es un fenómeno que da legitimidad a lo que miles han demandado.Esperemos que la institucionalización internacional de la situación del país traiga consigo un nuevo panorama más proactivo y un punto de partida para la obtención de paz y consolidación de un Estado que viva realmente la democracia.

Por: Paulina Axotla Flores. Asistente académica de la Facultad de Estudios Globales.

El pasado 21 de marzo, la Alta Comisionada de Derecho Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, estableció que a la deteriorada situación del respeto de los Derechos Humanos de la región hizo que se viera desestabilizada y por tanto en un ciclo vicioso del que solo los ciudadanos venezolanos son las víctimas. Los abusos van desde el exceso del uso de la fuerza, torturas y homicidios. Esta declaración se da en las Naciones Unidas en donde los países se han quedado expectantes ante la desesperación de miles de personas que no saben si el día de mañana tendrán un techo donde vivir o los medicamentos para sobrevivir o serán violentados por su gobierno.

Estamos hablando de una declaración que en principio parece obvia e innecesaria, pero la cuestión que nos pone a pensar es si con esta los países tendrán suficiente sustento para actuar. Los jugadores dentro del tablero que representa Venezuela, estan esperando la razón perfecta para poder intervenir o la justificación necesaria para no actuar. Sin embargo, este reconocimiento institucional nos desafía con una realidad que, de seguir escalando, quienes lo lamentarán serán los venezolanos. Pareciera que, en aras de seguir los protocolos, los Estados Latinoamericanos están tratando de tapar el sol con un dedo, mientras que algunos se benefician del descontrol. ¿Pero a qué costo?

Entre el apagón de hace unos días, la presencia de Guiadó en la ONU, la reunión de AMLO con Kushner en donde no se tocó el tema de Venezuela, la búsqueda de alianzas de Maduro con Rusia, China y Turquía, vemos la configuración de la tormenta perfecta. Una tormenta en donde la democracia queda en duda, la obtención de paz y seguridad están en segundo plano y todos los jugadores esperan su turno para tomar el pedazo que Venezuela que desean. Para algunos es el petróleo, para otros es la conformidad de saber que no se mancharon las manos.

¿Qué sigue? Realmente vemos a un mundo parado por esta situación. La ayuda humanitaria no llega o es quemada, se realizan conciertos en pro de la paz, que en vez de tener un impacto significativo parecen ser un reflector más en el espectáculo y Venezuela sigue igual. Sin embargo, vemos que la Alta Comisionada hace un llamado claro pero que parece poco oportuno y un poco manipulado por la oposición, pero no da más evidencia para el debate y la acción.

37 personas murieron a manos del gobierno, otros miles no pueden atenderse en el sistema de salud porque no hay recursos para medicamentos, otros mueren de hambre porque la comida es detenida en las fronteras, mientras tanto vemos la lucha por el poder de Guiadó y Maduroque se desenvuelve entre declaraciones televisivas y berrinches internacionales.

Michelle Bachelet denunció la situación a nivel internacional, pero su voz trae en el fondo el grito desesperado de ayuda de los venezolanos. Esta declaración, hecha en un marco internacional en donde sus miembros pueden cuestionar lo establecido, es un fenómeno que da legitimidad a lo que miles han demandado.Esperemos que la institucionalización internacional de la situación del país traiga consigo un nuevo panorama más proactivo y un punto de partida para la obtención de paz y consolidación de un Estado que viva realmente la democracia.