La proliferación de equipos, programas y aplicaciones electrónicas en actividades económicas o productivas, de gobierno digital y prestación de servicios junto con el uso del ciberespacio como medio de mando y control, ha permitido la automatización total o parcial de los procesos productivos, de la generación y distribución de energía, del gobierno/comercio electrónico, de los servicios públicos, de los transportes, de la banca, del sector financiero, del sector alimentario y de los sistemas de salud. Si bien esto representa un uso eficiente de la tecnología para mejorar la productividad, la calidad y la efectividad en los ámbitos del quehacer humano, también trae consigo gran cantidad de vulnerabilidades inherentes a la cibernética e inteligencia artificial. Particularmente, las infraestructuras críticas son áreas propensas a recibir ciberataques, como resultado del alcance e impacto que estos tendrían en la moral y voluntad de lucha de un potencial oponente, así como en su poderío nacional.
Los componentes (virtuales o materiales) de la infraestructura crítica se pueden definir como procesos, sistemas, instalaciones, tecnologías, redes, activos y servicios vitales para el buen funcionamiento de una sociedad y economía en su búsqueda del desarrollo económico. El número de sectores clasificados como infraestructura crítica está condicionado por la visión, estrategia e intereses de protección, seguridad y desarrollo de cada uno de los Estados. Sin embargo, todos incluyen infraestructura que es vital para el éxito económico, y supervivencia del Estado. Lo antes citado permite preguntarse ¿dónde radica la importancia de la infraestructura crítica?
A lo que se responde diciendo que la importancia de la infraestructura crítica radica principalmente en el papel protagónico que juega dentro del proceso productivo, de la economía, de la seguridad del Estado y de la prosperidad nacional. Es precisamente la importancia que reviste para la seguridad de los Estados lo que obliga a los gobiernos a estudiar y comprender la interrelación que existe entre las infraestructuras críticas, la prosperidad de la nación y la economía nacional. Esa necesidad de profundizar en la comprensión de la importancia de las infraestructuras críticas y su papel en el desarrollo de un Estado ha dado pie a alianzas de cooperación como la que existe entre Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido y EU.
En el mismo tenor, una infraestructura crítica bien diseñada no sólo es esencial para la prosperidad, sino un prerrequisito para la futura expansión de la economía y del crecimiento económico. Es decir, planear hoy de manera inteligente y estratégica la construcción de la infraestructura estratégica rendirá frutos en el mediano y largo plazo, ya que la infraestructura habilita la productividad nacional, incrementa la calidad de vida y motiva el progreso económico.
En breve, la infraestructura crítica es el componente medular de la sociedad moderna y un elemento esencial de la prosperidad nacional; por lo tanto, debe ser objeto de las más férreas medidas de seguridad para mitigar los riesgos o amenazas que se ciernen sobre ella en un mundo hiperconectado. Una infraestructura crítica resiliente y segura es vital para el desarrollo y prosperidad económicos, ¡hagámosla realidad!
ADOLFO ARREOLA GARCÍA OPINIÓN ANÁHUAC GLOBAL
* Profesor de la Facultad de Estudios Globales. Universidad Anáhuac México
