/ martes 15 de enero de 2019

Anáhuac Global | Khashoggi, ¿el salvador de Trump?

Por: Yussef Núñez y Gerardo Trujano

El ascenso a la presidencia de Donald Trump ha moldeado la realidad internacional actual y sus efectos en el mercado petrolero han marcado los últimos meses de 2018. La política exterior de la administración Trump ha sido poco ortodoxa, especialmente en las decisiones sobre Medio Oriente: el anuncio de presidente en mayo de2018 de que Estados Unidos abandonaría el acuerdo nuclear con Irán ha tenido resultados económicos cercanos al desastre.

Los constantes ataques en contra de Irán han culminado en la amenaza final: detener las exportaciones petroleras a los persas por parte de EU, y aliados. Las sanciones implementadas en contra de Irán, entradas en vigor a principios de noviembre de 2018, han arrastrado un declive en la oferta petrolera desde mediados de año.

La baja en la oferta tendrá el mayor impacto en economías emergentes, tales como la turca o la argentina. No obstante, ni siquiera EU podrá resistir el efecto dominó. Mientras que las sanciones petroleras en contra de Irán permanezcan constantes, al igual que la política hacia Venezuela, el mantener la oferta global será una tarea desafiante.

A través de su cuenta personal de Twitter, el presidente ha declarado su molestia en cuanto al alza de los precios en el sector petrolero, manifestándose en contra de las repercusiones que hay en la economía estadounidense.

Sin embargo, Trump consiguió un chaleco salvavidas: el asesinato del reportero Jamal Khashoggi. La brutalidad con la que se terminó la vida del reportero es deplorable, pero el manejo como herramienta política de su asesinato se inclina hacia las prácticas maquiavélicas.

El alza en los precios dentro del mercado petrolero y la presión que representaban las elecciones de medio término fueron los determinantes que impulsaron el proceso de toma de decisiones del presidente Trump.

A pesar de que el gobierno estadounidense ha manifestado que se llevarán a cabo represalias e investigaciones en contra de las atrocidades cometidas en el consulado saudita en Estambul, Trump ha demostrado su clara posición a favor de los mandatarios de Arabia Saudita. Trump negó que exista evidencia que pudiera vincular el asesinato con el príncipe saudita y reiteró la longeva alianza política. Los términos para omitir el incidente Khashoggi fueron claros: Arabia Saudita tenía que bajar los precios e incrementar la oferta de crudo.

Los sauditas aceptaron los términos e incrementaron la producción para balancear la pérdida del crudo iraní, mientras que el gobierno estadounidense fue restando importancia al asunto. No obstante, Trump aprovechará el antecedente para manipular la producción saudita para balancear la escasez persa. Una vez más, Trump se sale con la suya.

*Estudiante de Relaciones Internacionales ** Coordinador académico de la Facultad de Estudios Globales

Por: Yussef Núñez y Gerardo Trujano

El ascenso a la presidencia de Donald Trump ha moldeado la realidad internacional actual y sus efectos en el mercado petrolero han marcado los últimos meses de 2018. La política exterior de la administración Trump ha sido poco ortodoxa, especialmente en las decisiones sobre Medio Oriente: el anuncio de presidente en mayo de2018 de que Estados Unidos abandonaría el acuerdo nuclear con Irán ha tenido resultados económicos cercanos al desastre.

Los constantes ataques en contra de Irán han culminado en la amenaza final: detener las exportaciones petroleras a los persas por parte de EU, y aliados. Las sanciones implementadas en contra de Irán, entradas en vigor a principios de noviembre de 2018, han arrastrado un declive en la oferta petrolera desde mediados de año.

La baja en la oferta tendrá el mayor impacto en economías emergentes, tales como la turca o la argentina. No obstante, ni siquiera EU podrá resistir el efecto dominó. Mientras que las sanciones petroleras en contra de Irán permanezcan constantes, al igual que la política hacia Venezuela, el mantener la oferta global será una tarea desafiante.

A través de su cuenta personal de Twitter, el presidente ha declarado su molestia en cuanto al alza de los precios en el sector petrolero, manifestándose en contra de las repercusiones que hay en la economía estadounidense.

Sin embargo, Trump consiguió un chaleco salvavidas: el asesinato del reportero Jamal Khashoggi. La brutalidad con la que se terminó la vida del reportero es deplorable, pero el manejo como herramienta política de su asesinato se inclina hacia las prácticas maquiavélicas.

El alza en los precios dentro del mercado petrolero y la presión que representaban las elecciones de medio término fueron los determinantes que impulsaron el proceso de toma de decisiones del presidente Trump.

A pesar de que el gobierno estadounidense ha manifestado que se llevarán a cabo represalias e investigaciones en contra de las atrocidades cometidas en el consulado saudita en Estambul, Trump ha demostrado su clara posición a favor de los mandatarios de Arabia Saudita. Trump negó que exista evidencia que pudiera vincular el asesinato con el príncipe saudita y reiteró la longeva alianza política. Los términos para omitir el incidente Khashoggi fueron claros: Arabia Saudita tenía que bajar los precios e incrementar la oferta de crudo.

Los sauditas aceptaron los términos e incrementaron la producción para balancear la pérdida del crudo iraní, mientras que el gobierno estadounidense fue restando importancia al asunto. No obstante, Trump aprovechará el antecedente para manipular la producción saudita para balancear la escasez persa. Una vez más, Trump se sale con la suya.

*Estudiante de Relaciones Internacionales ** Coordinador académico de la Facultad de Estudios Globales