/ martes 13 de agosto de 2019

Anáhuac Global | La manada digital

Por: Laura Coronado Contreras

La reciente portada de la revista Time enmarca la palabra “suficiente” con las ciudades estadounidenses que han sufrido por la violencia armada. Su reportaje central indica que “nos están comiendo desde dentro”. Ésta es una¡ más de las voces que se alzan tras la tragedia de El Paso. Indudablemente, la radicalización de los nacionalismos significa una amenaza mucho más latente que los atentados del 19-S para el mundo.

¿Qué ha sucedido en la última década para que el terrorismo siga vigente? Isaac Asimov decía que “nos acostumbramos a la violencia, y esto no es bueno para nuestra sociedad. Una población insensible es una población peligrosa”. ¿Estamos “normalizando” los discursos extremistas?

La propia naturaleza del Internet es la de constituirse como un foro para la discusión, el (des) encuentro de ideas, los intercambios de opiniones y -de suyo- para que la libertad de expresión y lo que podríamos llamar “el derecho a disentir” encuentren un espacio excepcional. Por desgracia, también es un canal ideal para promover la violencia, los discursos de odio y difundir conductas delictivas.

En la búsqueda por crear un entorno más amigable y ser menos regulados por los Estados, plataformas como Twitter y Facebook han creado políticas sobre contenidos que pudieran ser censurados. Irónicamente, ello derivó en la creación de un sitio que sirviera como “refugio” para quienes necesitaran de una libertad absoluta. Es así que 8chan se convirtió en la principal vía de comunicación para pedófilos, distribuidores de contenidos pornográficos, promotores de discursos de supremacía y para que los autores de los tiroteos en Nueva Zelanda, California y El Paso publicaran sus manifiestos.

El presidente Trump señaló que “la enfermedad mental y el odio son las que aprietan el gatillo" pero una página como 8chan elimina la teoría de “un lobo solitario” y de que los ataques son aislados. Lamentablemente, su existencia nos habla más de una manada. El comportamiento dentro de la misma no podría ejemplificarse mejor. En 8chan no sólo se compartían comentarios racistas, burlas a las minorías o memes denigrantes sino información sobre en dónde y cómo atacar e, inclusive, tenían su propio lenguaje: hablaban de “subir el puntaje” para hacer alusión a matar a más personas.

Es preocupante que las autoridades de distintas partes del mundo no prohibieran a esta plataforma y, lo es aún más, que desperdiciaran que en un mismo sitio pudieran perseguirse un sinnúmero de delitos y evitarse masacres como las recientes. Quizás debieron recordar a Maquiavelo quien recomendaba “ser zorro para conocer las trampas y león para hacer huir a los lobos”.

El servidor Cloudfare ha bloqueado a 8chan pero nada es un obstáculo para que cientos de lobos no vuelvan a buscarse en la estepa y logren reunirse en otras páginas. Los gobiernos y la sociedad debemos evitar que jóvenes como Patrick Crusius reciban estos contenidos. Como mencionaba Herman Hesse en su famosa novela, “cuando un hombre está muy triste porque se da cuenta de cómo es todo, entonces se parece un poco a un animal”.

*Investigadora Adscrita al Centro Anáhuac deInvestigación en Relaciones Internacionales (CAIRI).

Autora del libro “La Libertad de Expresiónen elCiberespacio” por Tirant Lo Blanch.

Miembro delSistema Nacional de Investigadores del CONACYT.

Twitter: @soylaucoronado.

Por: Laura Coronado Contreras

La reciente portada de la revista Time enmarca la palabra “suficiente” con las ciudades estadounidenses que han sufrido por la violencia armada. Su reportaje central indica que “nos están comiendo desde dentro”. Ésta es una¡ más de las voces que se alzan tras la tragedia de El Paso. Indudablemente, la radicalización de los nacionalismos significa una amenaza mucho más latente que los atentados del 19-S para el mundo.

¿Qué ha sucedido en la última década para que el terrorismo siga vigente? Isaac Asimov decía que “nos acostumbramos a la violencia, y esto no es bueno para nuestra sociedad. Una población insensible es una población peligrosa”. ¿Estamos “normalizando” los discursos extremistas?

La propia naturaleza del Internet es la de constituirse como un foro para la discusión, el (des) encuentro de ideas, los intercambios de opiniones y -de suyo- para que la libertad de expresión y lo que podríamos llamar “el derecho a disentir” encuentren un espacio excepcional. Por desgracia, también es un canal ideal para promover la violencia, los discursos de odio y difundir conductas delictivas.

En la búsqueda por crear un entorno más amigable y ser menos regulados por los Estados, plataformas como Twitter y Facebook han creado políticas sobre contenidos que pudieran ser censurados. Irónicamente, ello derivó en la creación de un sitio que sirviera como “refugio” para quienes necesitaran de una libertad absoluta. Es así que 8chan se convirtió en la principal vía de comunicación para pedófilos, distribuidores de contenidos pornográficos, promotores de discursos de supremacía y para que los autores de los tiroteos en Nueva Zelanda, California y El Paso publicaran sus manifiestos.

El presidente Trump señaló que “la enfermedad mental y el odio son las que aprietan el gatillo" pero una página como 8chan elimina la teoría de “un lobo solitario” y de que los ataques son aislados. Lamentablemente, su existencia nos habla más de una manada. El comportamiento dentro de la misma no podría ejemplificarse mejor. En 8chan no sólo se compartían comentarios racistas, burlas a las minorías o memes denigrantes sino información sobre en dónde y cómo atacar e, inclusive, tenían su propio lenguaje: hablaban de “subir el puntaje” para hacer alusión a matar a más personas.

Es preocupante que las autoridades de distintas partes del mundo no prohibieran a esta plataforma y, lo es aún más, que desperdiciaran que en un mismo sitio pudieran perseguirse un sinnúmero de delitos y evitarse masacres como las recientes. Quizás debieron recordar a Maquiavelo quien recomendaba “ser zorro para conocer las trampas y león para hacer huir a los lobos”.

El servidor Cloudfare ha bloqueado a 8chan pero nada es un obstáculo para que cientos de lobos no vuelvan a buscarse en la estepa y logren reunirse en otras páginas. Los gobiernos y la sociedad debemos evitar que jóvenes como Patrick Crusius reciban estos contenidos. Como mencionaba Herman Hesse en su famosa novela, “cuando un hombre está muy triste porque se da cuenta de cómo es todo, entonces se parece un poco a un animal”.

*Investigadora Adscrita al Centro Anáhuac deInvestigación en Relaciones Internacionales (CAIRI).

Autora del libro “La Libertad de Expresiónen elCiberespacio” por Tirant Lo Blanch.

Miembro delSistema Nacional de Investigadores del CONACYT.

Twitter: @soylaucoronado.