Por: MTRA. YOANNA SHUBICH GREEN
El pasado 18 de junio, el presidente Donald Trump inició oficialmente su campaña para la reelección presidencial que se celebrará el próximo 3 noviembre de 2020. La cita fue en Orlado, Florida, cuyo estado será clave para ganar las votaciones.
Trump tiene a su favor una economía boyante con crecimientos históricos; las tasas de desempleo e inflación más bajas, un incremento del índice Down Jones, así como la apreciación del costo de las viviendas. Sin embargo, ha tenido que lidiar con investigaciones de corrupción y la amenaza de un juicio de impeachment (destitución) debido a las acusaciones de la posible injerencia de Rusia en el proceso electoral estadounidense de 2016. También existe el foco rojo sobre la desaceleración que tendrá la economía estadounidense, así como el aumento del déficit fiscal provocado principalmente porque el gasto público ha sido mayor que la recaudación tributaria, por la reforma fiscal hecha por el presidente para disminuir la tasa de impuestos, lo que ha beneficiado no sólo a la clase alta, sino también a la clase media, grupo al cual se ha dirigido Trump.
El lema de su campaña ahora es “mantengamos América grande” (Keep American Great), y nuevamente sus principales argumentos fueron controlar la inmigración, deportaciones masivas de indocumentados, la construcción del muro y jactarse los índices económicos positivos en diversas áreas. Todos estos temas lo conectan con su base electoral y le ayudan a mantener el apoyo de sus simpatizantes.
Cabe recordar que en las elecciones pasadas, el Partido Republicano logró una mayor movilización que los demócratas, lo que le otorgó la victoria Trump. Asimismo, existe mayor fidelidad partidaria republicana a pesar de que el candidato simpatiza con su base de apoyo. Para sus seguidores, Trump ha cumplido con muchas de sus promesas de campaña: poner jueces conservadores en la Suprema Corte, bajar impuestos, mano dura contra los inmigrantes, crear empleos, entre otras.
De acuerdo con una encuesta divulgada por Fox News, medio afín al presidente estadounidense, los candidatos demócratas Joe Biden (49%), Bernie Sanders (49%) y Elizabeth Warren (43%) irían a la cabeza frente a Trump (38%, 40% y 41% respectivamente). Sin embargo, el proceso apenas comenzó para los demócratas, quienes cuentan con 24 aspirantes a la presidencia, lo que ha provocado una fragmentación interna que tendrá una prolongada pelea de nominación.
Faltan todavía quince largos meses para las elecciones estadounidenses, nada está escrito y seguramente, si la popularidad del mandatario baja o la economía presenta un menor dinamismo, México y China serán los rehenes de la campaña de Trump, ya sea en materia de seguridad nacional por la amenaza que enfrentan los inmigrantes, o el tema de los aranceles, debido a que le representan réditos electorales.
En 2016, México fue un tema recurrente en la contienda estadounidense, por lo que los tomadores de decisiones mexicanos deberán prever que se repita este escenario, y para lograr mejores márgenes de independencia, se deberá fortalecer nuestra economía, reforzar los lazos políticos, económicos, diplomáticos y culturales con otros países y regiones del mundo.
*Coordinadora académica de la Facultad de Estudios Globales en la Universidad Anáhuac México
