A mayor digitalización, más riesgos de seguridad
Jaime Berditchevsky, director general para México en Kaspersky
Al comienzo del confinamiento, nunca nos imaginamos que dos años después seguiríamos inmersos en una dinámica social que, si bien nos alejó de actividades realizadas de forma presencial, también fue motor de grandes avances tecnológicos. La transición que se había dado de forma paulatina y gradual se tuvo que hacer rápidamente para cubrir las necesidades de las personas en distintas áreas.
Así es como se han multiplicado exponencialmente el número de aplicaciones para estudiar, trabajar de forma remota, realizar compras, conocer personas, y prácticamente para lo que se nos pueda ocurrir. Aunque esto es una enorme ventaja, también es una situación que ha puesto a los usuarios en la mira de la ciberdelincuencia, ya que el aumento de uso de apps está relacionado con un crecimiento en el número de dispositivos utilizados en todo el mundo y, lamentablemente, también con el alza en la distribución de archivos maliciosos.
Para muestra los resultados que arroja el informe Estadísticas del año, del Boletín de Seguridad de Kaspersky, que revela que en 2021 hubo un incremento de 5.7% en la detección de archivos maliciosos por día con respecto a 2020, lo que equivale a 20,000 más diariamente. Es decir, el año pasado se detectaron 380,000 nuevos archivos maliciosos diarios.
El informe también mostró el incremento de otras amenazas peligrosas, por ejemplo, más de la mitad (54%) de las amenazas detectadas en 2021 corresponde a troyanos genéricos, que tuvieron un aumento de 2.24% durante el mismo periodo de tiempo. Por otra parte, amenazas como los gusanos han experimentado también un aumento importante de detecciones (117.5%). Su peligrosidad radica en que los primeros se utilizan para instalar malware más sofisticado en el dispositivo de la víctima; en cuanto a los segundos, son programas que pueden autorreplicarse y propagarse independientemente una vez que se encuentran dentro del sistema.
Este incremento nos obliga a responder con medidas para proteger nuestros dispositivos y nuestra vida digital. Sabemos que los cibercriminales se adaptan rápidamente y que son capaces de modificar sus métodos con el fin de engañar a los usuarios. Un ejemplo claro es la oportunidad que vieron en el uso de códigos QR. Estos códigos se volvieron comunes a raíz de la pandemia en menús de restaurantes, para ofrecer publicidad, para ingresar a sitios públicos, e incluso se emplean en temas relacionados con la vacunación. Los cibercriminales aprovecharon el momento para distribuir códigos maliciosos y para redireccionar a los usuarios a sitios de phishing donde robaron credenciales de acceso de diferentes servicios.
Con el rápido proceso de digitalización se hace más evidente la necesidad de contar con una estrategia de ciberseguridad que nos ayude a sortear ataques y las posibilidades de estafas en línea. Sabemos que la realidad digital en la que vivimos no cambiará pronto, por el contrario, cada vez estaremos más conectados.
Por ello, es fundamental que las empresas y las personas conozcan las nuevas tendencias de ataques y que estén al tanto de pautas básicas de seguridad digital como descargar e instalar aplicaciones solo de fuentes oficiales; no hacer clic en enlaces enviados por fuentes desconocidas o sospechosas; utilizar contraseñas sólidas y únicas; habilitar la autenticación de dos factores; instalar siempre las actualizaciones de software y sistemas operativos, así como nunca aceptar solicitudes para desactivar sistemas o programas de seguridad. Ante los retos que la vida digital nos impone, debemos estar cada vez más capacitados para proteger nuestra información
