/ jueves 1 de agosto de 2019

Ante la ola de despidos: ¿Qué pasa con el reclutamiento?

Es de todos sabido que el proceso de la llamada “cuarta transformación”, se ha caracterizado por la reestructuración y reorganización de la administración pública federal que, ha conllevado una ola de despidos en todo el sector con el estandarte de enjuagar a las instituciones de personal no calificado o privilegiado con un trabajo sin, necesariamente, desenvolver las actividades por las cuales se hizo acreedor de un sueldo o salario.

Ha sido impresionante la cantidad de profesionales despedidos de las instituciones gubernamentales, sin la posibilidad de ser evaluados en las funciones que venían desempeñando, muchos de ellos en áreas técnicas que requieren años de especialidad y profesionalización.

Al respecto, la gran pregunta es ¿hacia dónde se está dirigiendo todo este sector desempleado? De verdad ¿no está calificado? Por su parte, la iniciativa privada ¿se encuentra en condiciones para reclutar a técnicos y profesionistas que han salido o únicamente tienen alguna formación o experiencia en el ámbito gubernamental?

Esto es de valiosa mención, por el auge que hoy en día tiene el proceso de reclutamiento y selección de personal para la iniciativa privada. Este proceso se ha convertido de vital importancia para las compañías debido a que tiene distintas implicaciones que van desde el comportamiento ético y de valores, productividad, costos, cultura, rotación, reputación de la empresa, por nombrar algunos.

Es a través de un proceso de reclutamiento y selección como se ingresa a quien o quienes pueden mejorar la compañía o marcar alguna diferencia en virtud de sus capacidades, aptitudes y experiencia, razón por la que debe tener una metodología acorde con la cultura de la empresa y debe actualizarse al igual que los procesos clave de la organización.

Uno de los pasos en donde se debe poner mayor atención, es en las fuentes de reclutamiento, ya que han cambiado radicalmente. Dichas fuentes se refieren al lugar en donde los reclutadores o profesionales de Recursos Humanos, encuentran a los candidatos idóneos.

Hace no más de una década, las fuentes tradicionales que se usaban eran el periódico, bolsas de trabajo en internet, página web de la empresa, universidades y asociaciones, entre otras, sin embargo, la transformación digital, ha obligado a cambiar la forma en que se encuentran e interactúan con los candidatos correctos.

Actualmente la publicidad de vacantes, además de las fuentes tradicionales, tenemos a las redes sociales, como Facebook, Instagram, LinkedIn o Indeed, por mencionar algunas, que son utilizadas como herramientas para este fin; por medio de las cuales se puede segmentar por geografía, pagar por clics y /o hacer una campaña de marketing para atraer más candidatos a las ofertas laborales vigentes.

Aunado a lo anterior, surge un concepto llamado “marca empleadora”, que es la reputación de la empresa como un buen lugar para trabajar. Así es, ahora los mismos colaboradores recomiendan o no trabajar en “X” o “Y” empresa, en las mismas redes sociales, tal y como lo haría un cliente, a esto se le llama Reclutamiento 4.0.

Es decir, cada vez es mayor la amplitud para conocer las condiciones de la iniciativa privada en la selección y reclutamiento de su personal y contrastarlo con las calificaciones que puede lograr como empleador. Situación que también ha generado estrategias de blindaje para este en la manera de evolucionar, de modernizarse y de realizar la renovación de personal que no se encuentre demostrando capacidad y compromiso con las acciones que despliega, volviéndose más exigente.

Tristemente, en el caso de la administración púbica las renuncias fueron exigidas sin el derecho de una evaluación de resultados, empujando a personal valioso, hombres y mujeres, a buscar alternativas laborales en la iniciativa privada con nuevas reglas y contextos, en el mejor de los casos, y en otros a incorporarse en el ámbito laboral informal que en nada abona en el desarrollo social y económico de nuestro país.

Hoy debemos estar atentos del Reclutamiento 4.0 y de las distintas herramientas que se generen en el ámbito laboral, en donde la innovación y la competitividad son factores clave para la iniciativa privada en la contratación y retención del mejor talento.

Estoy cierta que muchos profesionales que han salido de la administración pública tendrán un reconocimiento a sus capacidades en posibles espacios que el sector privado está visualizando o articulando.

Es de todos sabido que el proceso de la llamada “cuarta transformación”, se ha caracterizado por la reestructuración y reorganización de la administración pública federal que, ha conllevado una ola de despidos en todo el sector con el estandarte de enjuagar a las instituciones de personal no calificado o privilegiado con un trabajo sin, necesariamente, desenvolver las actividades por las cuales se hizo acreedor de un sueldo o salario.

Ha sido impresionante la cantidad de profesionales despedidos de las instituciones gubernamentales, sin la posibilidad de ser evaluados en las funciones que venían desempeñando, muchos de ellos en áreas técnicas que requieren años de especialidad y profesionalización.

Al respecto, la gran pregunta es ¿hacia dónde se está dirigiendo todo este sector desempleado? De verdad ¿no está calificado? Por su parte, la iniciativa privada ¿se encuentra en condiciones para reclutar a técnicos y profesionistas que han salido o únicamente tienen alguna formación o experiencia en el ámbito gubernamental?

Esto es de valiosa mención, por el auge que hoy en día tiene el proceso de reclutamiento y selección de personal para la iniciativa privada. Este proceso se ha convertido de vital importancia para las compañías debido a que tiene distintas implicaciones que van desde el comportamiento ético y de valores, productividad, costos, cultura, rotación, reputación de la empresa, por nombrar algunos.

Es a través de un proceso de reclutamiento y selección como se ingresa a quien o quienes pueden mejorar la compañía o marcar alguna diferencia en virtud de sus capacidades, aptitudes y experiencia, razón por la que debe tener una metodología acorde con la cultura de la empresa y debe actualizarse al igual que los procesos clave de la organización.

Uno de los pasos en donde se debe poner mayor atención, es en las fuentes de reclutamiento, ya que han cambiado radicalmente. Dichas fuentes se refieren al lugar en donde los reclutadores o profesionales de Recursos Humanos, encuentran a los candidatos idóneos.

Hace no más de una década, las fuentes tradicionales que se usaban eran el periódico, bolsas de trabajo en internet, página web de la empresa, universidades y asociaciones, entre otras, sin embargo, la transformación digital, ha obligado a cambiar la forma en que se encuentran e interactúan con los candidatos correctos.

Actualmente la publicidad de vacantes, además de las fuentes tradicionales, tenemos a las redes sociales, como Facebook, Instagram, LinkedIn o Indeed, por mencionar algunas, que son utilizadas como herramientas para este fin; por medio de las cuales se puede segmentar por geografía, pagar por clics y /o hacer una campaña de marketing para atraer más candidatos a las ofertas laborales vigentes.

Aunado a lo anterior, surge un concepto llamado “marca empleadora”, que es la reputación de la empresa como un buen lugar para trabajar. Así es, ahora los mismos colaboradores recomiendan o no trabajar en “X” o “Y” empresa, en las mismas redes sociales, tal y como lo haría un cliente, a esto se le llama Reclutamiento 4.0.

Es decir, cada vez es mayor la amplitud para conocer las condiciones de la iniciativa privada en la selección y reclutamiento de su personal y contrastarlo con las calificaciones que puede lograr como empleador. Situación que también ha generado estrategias de blindaje para este en la manera de evolucionar, de modernizarse y de realizar la renovación de personal que no se encuentre demostrando capacidad y compromiso con las acciones que despliega, volviéndose más exigente.

Tristemente, en el caso de la administración púbica las renuncias fueron exigidas sin el derecho de una evaluación de resultados, empujando a personal valioso, hombres y mujeres, a buscar alternativas laborales en la iniciativa privada con nuevas reglas y contextos, en el mejor de los casos, y en otros a incorporarse en el ámbito laboral informal que en nada abona en el desarrollo social y económico de nuestro país.

Hoy debemos estar atentos del Reclutamiento 4.0 y de las distintas herramientas que se generen en el ámbito laboral, en donde la innovación y la competitividad son factores clave para la iniciativa privada en la contratación y retención del mejor talento.

Estoy cierta que muchos profesionales que han salido de la administración pública tendrán un reconocimiento a sus capacidades en posibles espacios que el sector privado está visualizando o articulando.