/ viernes 8 de mayo de 2020

Antena | Burocracia, mata la inversión

En julio de 2019 se anunciaba que la empresa Live Nation Entertainment, Inc. (Live Nation) adquiriría el 40% de la participación accionaria que tiene Grupo Televisa en OCESA Entretenimiento, S.A. de C.V., (OCESA), además Live Nation iba a adquirir un 11% adicional de acciones, por lo que controlaría el 51% de OCESA; sin embargo, ha anunciado que se “echa para atrás”.

Ha trascendido que el monto de la operación rondaría los 5,206 millones de pesos, alrededor de 270.5 millones de dólares (mdd) al tipo promedio de cambio en 2019, de ahí la relevancia del incumplimiento y falta de palabra por parte de la extranjera Live Nation, que sorprende a los vendedores (OCESA y Televisa), al sector de espectáculos, así como a un decaído erario público que no recibirá los impuestos correspondientes por la venta.

Para contextualizar el tamaño de la negación de Live Nation, la inversión extranjera directa en el rubro de “Servicios artísticos, culturales y deportivos, y otros servicios relacionados” que engloba a este tipo de compañías y promotores de espectáculos en 2019 fue de 32.4 mdd, mientras que la inversión acumulada en este rubro de 1999 a 2019 ascendió a 294.4 mdd, de acuerdo a cifras oficiales.

En razón del monto de la operación se requería aprobación de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), pero la común tardanza burocrática generó condiciones y el espacio de tiempo para que Live Nation, busque romper el trato.

Si la Cofece fuera más diligente y con más sensibilidad para regular e impulsar la actividad económica, no habría dado margen a que la empresa extranjera pudiese alegar los efectos del inesperado Covid-19, que, sin duda, no sólo ha afectado a la industria del entretenimiento.

El caso no es menor, se debe respetar el debido cumplimiento de los contratos, por lo que los co-Presidentes de Televisa están abiertos a escuchar a la contraparte, lo cierto es que no existen razones válidas para dejar de cumplir, lo que podría llevar a litigios. Ahora, ya tenemos que también la burocracia es factor de desinversión.

Interferencias

De benditas a sospechosas, se han convertido las redes sociales para el Ejecutivo Federal y su gobierno, de la alabanza a la exigencia de que rindan cuentas y declaren casi, casi bajo protesta de decir verdad quien les paga para que hablen mal de su administración; vaya, primero los periódicos, a la radio y televisión, y ahora a Twitter y Facebook, ¿quién sigue? Vaya manera de degaste o distractor absurdo, si quieren saber si lo pagan partidos o políticos, el INE es el fiscalizador, por si no lo sabían.

Este momento, que vive el gobierno, nos recuerda la obra “Los nervios del gobierno” (Karl Deutsch), al decir “los gobiernos pueden tener mucho músculo (mucho personal), pero no contar con órganos de inteligencia alguno, con lo cual toda su energía se desperdicia o, simplemente, no sirve para algo”. Y en efecto, los estrategas gubernamentales ignoran que para el actuar de un gobierno el uso de la información es crucial; ahí está el detalle, mucha rudeza poca inteligencia.

En julio de 2019 se anunciaba que la empresa Live Nation Entertainment, Inc. (Live Nation) adquiriría el 40% de la participación accionaria que tiene Grupo Televisa en OCESA Entretenimiento, S.A. de C.V., (OCESA), además Live Nation iba a adquirir un 11% adicional de acciones, por lo que controlaría el 51% de OCESA; sin embargo, ha anunciado que se “echa para atrás”.

Ha trascendido que el monto de la operación rondaría los 5,206 millones de pesos, alrededor de 270.5 millones de dólares (mdd) al tipo promedio de cambio en 2019, de ahí la relevancia del incumplimiento y falta de palabra por parte de la extranjera Live Nation, que sorprende a los vendedores (OCESA y Televisa), al sector de espectáculos, así como a un decaído erario público que no recibirá los impuestos correspondientes por la venta.

Para contextualizar el tamaño de la negación de Live Nation, la inversión extranjera directa en el rubro de “Servicios artísticos, culturales y deportivos, y otros servicios relacionados” que engloba a este tipo de compañías y promotores de espectáculos en 2019 fue de 32.4 mdd, mientras que la inversión acumulada en este rubro de 1999 a 2019 ascendió a 294.4 mdd, de acuerdo a cifras oficiales.

En razón del monto de la operación se requería aprobación de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), pero la común tardanza burocrática generó condiciones y el espacio de tiempo para que Live Nation, busque romper el trato.

Si la Cofece fuera más diligente y con más sensibilidad para regular e impulsar la actividad económica, no habría dado margen a que la empresa extranjera pudiese alegar los efectos del inesperado Covid-19, que, sin duda, no sólo ha afectado a la industria del entretenimiento.

El caso no es menor, se debe respetar el debido cumplimiento de los contratos, por lo que los co-Presidentes de Televisa están abiertos a escuchar a la contraparte, lo cierto es que no existen razones válidas para dejar de cumplir, lo que podría llevar a litigios. Ahora, ya tenemos que también la burocracia es factor de desinversión.

Interferencias

De benditas a sospechosas, se han convertido las redes sociales para el Ejecutivo Federal y su gobierno, de la alabanza a la exigencia de que rindan cuentas y declaren casi, casi bajo protesta de decir verdad quien les paga para que hablen mal de su administración; vaya, primero los periódicos, a la radio y televisión, y ahora a Twitter y Facebook, ¿quién sigue? Vaya manera de degaste o distractor absurdo, si quieren saber si lo pagan partidos o políticos, el INE es el fiscalizador, por si no lo sabían.

Este momento, que vive el gobierno, nos recuerda la obra “Los nervios del gobierno” (Karl Deutsch), al decir “los gobiernos pueden tener mucho músculo (mucho personal), pero no contar con órganos de inteligencia alguno, con lo cual toda su energía se desperdicia o, simplemente, no sirve para algo”. Y en efecto, los estrategas gubernamentales ignoran que para el actuar de un gobierno el uso de la información es crucial; ahí está el detalle, mucha rudeza poca inteligencia.