/ viernes 6 de marzo de 2020

Antena | Competencia telecom: de reversa mami…

La realidad ha demostrado que la ineficacia en las medidas de competencia, los acelerados cambios tecnológicos, las dinámicas de las fusiones corporativas y el tamaño de las inversiones que tienen que hacer los operadores de telecomunicaciones propician que si existe un mercado sumamente concentrado por un sólo operador, éste se mantenga sin cambios significativos o incluso exista el riesgo de reconcentración, aun con la imposición de medidas de competencia.

Esto es precisamente lo que ha pasado en el mercado de telecomunicaciones de México.

A pesar de las medidas asimétricas impuestas a Telmex- Telnor, América Móvil/Telcel por el Instituto Federal de Telecomunicaciones, al considerarlo agente económico preponderante (AEP), para 2019 mantiene casi 60 por ciento de los ingresos del sector, de acuerdo con un análisis de la consultora The Competitive Intelligence Unit (The CIU).

La reconcentración significa que recobra y acrecienta su poder de mercado, lo que, por supuesto, implica riesgos para la competencia como precios altos, restricciones, reducción de ofertas, poco aumento de cobertura y mala calidad de los servicios.

El órgano regulador debería advertir que este no es un fenómeno nuevo, existe evidencia en la literatura especializada en telecomunicaciones y competencia económica sobre los riesgos de reconcentración de un mercado después de que se adoptan medidas asimétricas o cambios significativos en la regulación, llegando a la conclusión de que se trata de un fenómeno cíclico, por lo que de manera constante la autoridad regulatoria o legislativa debe estar verificando la eficacia de las medidas a favor de la competencia.

El estudio de The CIU nos permite apreciar de mejor manera la reconcentración del mercado mexicano. Podríamos enunciar que en 2019 en el rubro de ingresos por telefonía móvil, el AEP tuvo un crecimiento de 7.4 por ciento, mientras que sus competidores alcanzaron un crecimiento de 1.6 por ciento y de menos 1.9 por ciento; el ingreso promedio por usuario (ARPU) del cuatro Trimestre de 2016 al cuarto trimestre de 2019, el Agente Económico Preponderante tuvo un crecimiento de 132 pesos a 154 pesos por usuario, mientras que para sus competidores disminuyó, destaca el caso de AT&T, que fue de 263 a 160 pesos.

En el caso particular del servicio móvil de telecomunicaciones, el AEP ya recobró y superó el nivel de ingresos que tenía en 2013, que era del 71.2 por ciento.

En contraste, para el cierre de 2019 el Agente Económico preponderante controlaba 72.3 por ciento de los ingresos y la tendencia sigue al alza, ya que lleva ocho trimestres consecutivos en esa tendencia.

Aunado a lo anterior, la reconcentración de poder de mercado por el Agente Económico Preponderante, la baja expectativa de crecimiento económico, la reducción de inversiones, las señales de desinversión de los competidores y el impacto que tendrá la infección de coronavirus hacen prever que, en 2020, es decir poco más de seis años después de la reforma de telecomunicaciones, estemos en las mismas circunstancias de 2013 por lo que hace a la competencia en el sector telecomunicaciones, es decir, vamos de reversa.

La realidad ha demostrado que la ineficacia en las medidas de competencia, los acelerados cambios tecnológicos, las dinámicas de las fusiones corporativas y el tamaño de las inversiones que tienen que hacer los operadores de telecomunicaciones propician que si existe un mercado sumamente concentrado por un sólo operador, éste se mantenga sin cambios significativos o incluso exista el riesgo de reconcentración, aun con la imposición de medidas de competencia.

Esto es precisamente lo que ha pasado en el mercado de telecomunicaciones de México.

A pesar de las medidas asimétricas impuestas a Telmex- Telnor, América Móvil/Telcel por el Instituto Federal de Telecomunicaciones, al considerarlo agente económico preponderante (AEP), para 2019 mantiene casi 60 por ciento de los ingresos del sector, de acuerdo con un análisis de la consultora The Competitive Intelligence Unit (The CIU).

La reconcentración significa que recobra y acrecienta su poder de mercado, lo que, por supuesto, implica riesgos para la competencia como precios altos, restricciones, reducción de ofertas, poco aumento de cobertura y mala calidad de los servicios.

El órgano regulador debería advertir que este no es un fenómeno nuevo, existe evidencia en la literatura especializada en telecomunicaciones y competencia económica sobre los riesgos de reconcentración de un mercado después de que se adoptan medidas asimétricas o cambios significativos en la regulación, llegando a la conclusión de que se trata de un fenómeno cíclico, por lo que de manera constante la autoridad regulatoria o legislativa debe estar verificando la eficacia de las medidas a favor de la competencia.

El estudio de The CIU nos permite apreciar de mejor manera la reconcentración del mercado mexicano. Podríamos enunciar que en 2019 en el rubro de ingresos por telefonía móvil, el AEP tuvo un crecimiento de 7.4 por ciento, mientras que sus competidores alcanzaron un crecimiento de 1.6 por ciento y de menos 1.9 por ciento; el ingreso promedio por usuario (ARPU) del cuatro Trimestre de 2016 al cuarto trimestre de 2019, el Agente Económico Preponderante tuvo un crecimiento de 132 pesos a 154 pesos por usuario, mientras que para sus competidores disminuyó, destaca el caso de AT&T, que fue de 263 a 160 pesos.

En el caso particular del servicio móvil de telecomunicaciones, el AEP ya recobró y superó el nivel de ingresos que tenía en 2013, que era del 71.2 por ciento.

En contraste, para el cierre de 2019 el Agente Económico preponderante controlaba 72.3 por ciento de los ingresos y la tendencia sigue al alza, ya que lleva ocho trimestres consecutivos en esa tendencia.

Aunado a lo anterior, la reconcentración de poder de mercado por el Agente Económico Preponderante, la baja expectativa de crecimiento económico, la reducción de inversiones, las señales de desinversión de los competidores y el impacto que tendrá la infección de coronavirus hacen prever que, en 2020, es decir poco más de seis años después de la reforma de telecomunicaciones, estemos en las mismas circunstancias de 2013 por lo que hace a la competencia en el sector telecomunicaciones, es decir, vamos de reversa.