Las señales de que los capitales se retiran no son buenas noticias para una economía nacional. De acuerdo con el Banco de México en 2021 se registró la mayor salida de capital extranjero en el mercado de deuda gubernamental, superando el 2020. Y para 2022, los especialistas prevén que se seguirá con la tendencia, ante las políticas de la Reserva Federal de Estados Unidos, para atraer recursos.
Esta situación impacta a los sectores de la economía, incluidas las telecomunicaciones, aunque con otros matices, la falta de interés o estrategia de invertir en el país se debe a otras cuestiones y hasta condicionamientos.
En 2013, América Móvil que es el agente económico preponderante (AEP), tenía el 54.5% de la inversión total del sector telecomunicaciones en México, para diciembre de 2020 detentaba sólo el 27.5% del total nacional, es decir que se fue a la mitad su inversión, aunque eso sí, es el operador que más ingresos detenta con casi el 60% de los ingresos totales del sector a diciembre de 2020.
Sin embrago, otros grupos como Televisa, Total Play, Megacable y hasta Altán Redes de acuerdo con su capacidad han mantenido un nivel de inversión. La pandemia no puede ser pretexto para el AEP, ya que desde 2016 bajó inversión.
Pero ¿quién puede mantener el porcentaje de sus ingresos del total de una industria, pero reducir a la mitad sus inversiones? Sólo un agente económico que tiene grandes márgenes de ganancia con un claro poder de mercado y, aún así desean que se les autorice la prestación de nuevos servicios (televisión) cuando es clara la prohibición que tienen, cuando sería mejor establecerle como preponderante llevar redes de telecomunicaciones a comunidades alejadas para apoyar la educación y la salud.
Pero por lo visto, sólo le interesa al AEP las obras públicas insignia 4T donde hay ganancias.
Interferencias
Tampoco es una buena señal que algunos analistas anden manifestando que los precios del servicio de telefonía móvil podrían subir ante la presión inflacionaria del inicio del 2022 y una mayor demanda de servicios por el contexto de la pandemia, si bien los precios de los servicios móviles de telecomunicaciones bajaron a partir de 2013 dicha tendencia se estabilizó desde 2016, lo que implica que desde hace cinco años no hay competencia por precios en telefonía móvil.
Si las tarifas de telefonía móvil llegasen a subir no sería sólo a causa de la inflación, sino que se deberá también a la falta de competencia en el sector, como ya está ocurriendo en las tarifas de acceso fijo a internet.
¿Qué cuentas dará el gobierno de la 4T a los ciudadanos, si al cierre del periodo presidencial los precios del acceso fijo a internet y de telefonía móvil suben a causa de la inflación y malas políticas públicas, al margen de la actuación del AEP?, o acaso saldrán con otros datos.