/ viernes 17 de enero de 2020

Antena | IFT: ¿Comisionada y Presidenta?

Está en proceso la elección de una nueva comisionada del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), antes del 24 de enero próximo sabremos cuántas mujeres se registraron al proceso, así como cuántas cumplieron con los requisitos para tener derecho a presentar el examen el 1 de febrero siguiente.

Es posible que la participación en este concurso de elección esté desangelada, por diversas razones: la depreciación y desgaste que están teniendo los órganos autónomos en estos tiempos, la prohibición de trabajar en el sector por 10 años luego de concluir el cargo conforme a la Ley Federal de Austeridad Republicana, la persistente suspicacia de que haya dados cargados en este tipo de concursos y el hecho de que la convocatoria se haya dirigido sólo a mujeres.

En este último aspecto, hay que considerar que la participación de mujeres en estos concursos ha sido reducida, por ejemplo, en 2018 para el IFT se registraron 11 mujeres por 49 varones, en 2017 fueron 19 mujeres frente a 85 hombres, en 2016 participaron 35 mujeres y 154 caballeros, es decir, en estos tres años, el promedio oscila entre 20 y 23 por ciento de participación femenina.

Lo anterior, aunado a que con el paso del tiempo cada vez es menor la afluencia de personas interesadas en contender por este tipo de cargo, en el primer concurso de 2013 se registraron para comisionados del IFT 401 personas, en 2015 el registro fue de 290, en 2016 fueron 189, en 2017 ocurrieron 104 y en 2018 sólo 60 personas.

Es posible que el proceso sea endogámico y que la nueva comisionada provenga del propio instituto, ello en razón de que así ha sido en los últimos procesos de selección donde a juicio de algunos analistas influyó el todavía Presidente del IFT, aunque es previsible que la 4T pudiera sacarse de la manga alguna carta.

Hay que valorar que resulta difícil –mas no imposible- que otro Poder pueda impulsar un perfil en razón de los requisitos, evaluación y examen que deben presentar las aspirantes, en refuerzo destaca que el propio IFT publicó un Directorio de Mujeres Expertas en el Sector de las Telecomunicaciones y la Radiodifusión en el que sólo se encuentran servidoras públicas del regulador, entre las que se podrían encontrar algunas participantes del actual proceso. Igual y puede haber sorpresas, donde haya perfiles externos al IFT (academia, Organizaciones No Gubernamentales), o bien que ante los cambios en el procedimiento de elección y ante la expectativa de un nuevo gobierno la participación aumente, no resta mucho tiempo para saber.

Aunado al nuevo nombramiento, está el relevo de la Presidencia del Instituto Federal de Telecomunicaciones, se especula que, ante la creciente presencia del género femenino en presidir órganos de gobierno, la entrante tendría amplias posibilidades.

Esta decisión es clave en el futuro del regulador, ya que tendría en sus manos el manejo de toda la estructura. Este es un punto de quiebre para la 4T, que debe demostrar respeto a las autonomías, a la carrera profesional de servidores públicos y que no sólo quiere el control político o ir cooptando entes, como lo ha hecho con algunos partidos.

Está en proceso la elección de una nueva comisionada del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), antes del 24 de enero próximo sabremos cuántas mujeres se registraron al proceso, así como cuántas cumplieron con los requisitos para tener derecho a presentar el examen el 1 de febrero siguiente.

Es posible que la participación en este concurso de elección esté desangelada, por diversas razones: la depreciación y desgaste que están teniendo los órganos autónomos en estos tiempos, la prohibición de trabajar en el sector por 10 años luego de concluir el cargo conforme a la Ley Federal de Austeridad Republicana, la persistente suspicacia de que haya dados cargados en este tipo de concursos y el hecho de que la convocatoria se haya dirigido sólo a mujeres.

En este último aspecto, hay que considerar que la participación de mujeres en estos concursos ha sido reducida, por ejemplo, en 2018 para el IFT se registraron 11 mujeres por 49 varones, en 2017 fueron 19 mujeres frente a 85 hombres, en 2016 participaron 35 mujeres y 154 caballeros, es decir, en estos tres años, el promedio oscila entre 20 y 23 por ciento de participación femenina.

Lo anterior, aunado a que con el paso del tiempo cada vez es menor la afluencia de personas interesadas en contender por este tipo de cargo, en el primer concurso de 2013 se registraron para comisionados del IFT 401 personas, en 2015 el registro fue de 290, en 2016 fueron 189, en 2017 ocurrieron 104 y en 2018 sólo 60 personas.

Es posible que el proceso sea endogámico y que la nueva comisionada provenga del propio instituto, ello en razón de que así ha sido en los últimos procesos de selección donde a juicio de algunos analistas influyó el todavía Presidente del IFT, aunque es previsible que la 4T pudiera sacarse de la manga alguna carta.

Hay que valorar que resulta difícil –mas no imposible- que otro Poder pueda impulsar un perfil en razón de los requisitos, evaluación y examen que deben presentar las aspirantes, en refuerzo destaca que el propio IFT publicó un Directorio de Mujeres Expertas en el Sector de las Telecomunicaciones y la Radiodifusión en el que sólo se encuentran servidoras públicas del regulador, entre las que se podrían encontrar algunas participantes del actual proceso. Igual y puede haber sorpresas, donde haya perfiles externos al IFT (academia, Organizaciones No Gubernamentales), o bien que ante los cambios en el procedimiento de elección y ante la expectativa de un nuevo gobierno la participación aumente, no resta mucho tiempo para saber.

Aunado al nuevo nombramiento, está el relevo de la Presidencia del Instituto Federal de Telecomunicaciones, se especula que, ante la creciente presencia del género femenino en presidir órganos de gobierno, la entrante tendría amplias posibilidades.

Esta decisión es clave en el futuro del regulador, ya que tendría en sus manos el manejo de toda la estructura. Este es un punto de quiebre para la 4T, que debe demostrar respeto a las autonomías, a la carrera profesional de servidores públicos y que no sólo quiere el control político o ir cooptando entes, como lo ha hecho con algunos partidos.