/ viernes 17 de abril de 2020

Antena | TV abierta, el diagnóstico

El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) difundió los resultados del “Estudio de diagnóstico del Servicio de Televisión Radiodifundida en México” que muestra esencialmente la evolución reciente y el estado actual de las condiciones económicas en la provisión del servicio de televisión abierta en nuestro país.


Al revisar el estudio podemos concluir que hay mayor competencia, oferta y solidez en la televisión abierta, incluso es la plataforma base para la televisión de paga, ya que el 36% de la audiencia total de la televisión de paga fue generada por canales de televisión abierta conforme a datos de septiembre de 2019 y atrae la mayor proporción del gasto en publicidad: 38.5% del gasto total.


De 2014 a la fecha, se pueden advertir que en la televisión abierta hubo un decidido cambio tecnológico a través del apagón analógico que dio paso a la televisión digital y la posibilidad de multiprogramación, así como una mayor oferta de contenidos debido a la entrada de nuevos participantes en el ámbito nacional y regional, a través de las licitaciones de nuevos canales de televisión.


Igualmente hay avances en términos de competencia económica, en septiembre de 2019, la participación del agente preponderante en radiodifusión fue de 57.79%,que equivale a 9 puntos porcentuales menos que en enero de 2014, que era de 66.79%; incluso con base en el estudio de marras se podría señalar que, ya no hay preponderancia en radiodifusión, ya que si se mide en términos de canales de transmisión ponderada (por población, a nivel localidad), pasó de 56% en 2014 a 46%, recordemos que para ser preponderante se debe detentar el 50% del mercado.


Lo anterior es contrastante con lo que ocurre en telecomunicaciones (telefonía móvil e internet) donde la participación del preponderante se ha reconcentrado y tiene tendencia al alza.


Todo lo anterior significa que en México tenemos un mercado de televisión abierta sólido y en competencia, que las audiencias tienen múltiples opciones en sus pantallas y vale recordar que se trata de un servicio gratuito de información y entretenimiento, muestra de ello es que la televisión abierta ha sido una herramienta esencial para afrontar la situación que estamos viviendo ante el Covid-19, coyuntura en la que se requieren medios de comunicación con penetración y credibilidad necesarias, por lo que seguramente tanto la televisión como la radio serán esenciales para la reconstrucción del país, una vez que pasemos la contingencia sanitaria.




Interferencias


Es de llamar la atención los intentos -sin éxito- de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) por aspirar a seguir teniendo participación en la regulación de las telecomunicaciones y radiodifusión, cuando dichas áreas, constitucionalmente le fueron atribuidas al IFT, lo manifiesto así por el “Acuerdo por el que se precisan las actividades esenciales competencia de la SCT, en el marco… Covid-19”, del 8 de abril, además no sólo se trata de una injerencia legal sino también de facto, ya que funcionarios de dicha dependencia han buscado acercamientos con operadores de telecomunicaciones y radiodifusores, los que han preferido -por lógica jurídica- ir al IFT. Los viejos tiempos del control gubernamental, andan sueltos.

El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) difundió los resultados del “Estudio de diagnóstico del Servicio de Televisión Radiodifundida en México” que muestra esencialmente la evolución reciente y el estado actual de las condiciones económicas en la provisión del servicio de televisión abierta en nuestro país.


Al revisar el estudio podemos concluir que hay mayor competencia, oferta y solidez en la televisión abierta, incluso es la plataforma base para la televisión de paga, ya que el 36% de la audiencia total de la televisión de paga fue generada por canales de televisión abierta conforme a datos de septiembre de 2019 y atrae la mayor proporción del gasto en publicidad: 38.5% del gasto total.


De 2014 a la fecha, se pueden advertir que en la televisión abierta hubo un decidido cambio tecnológico a través del apagón analógico que dio paso a la televisión digital y la posibilidad de multiprogramación, así como una mayor oferta de contenidos debido a la entrada de nuevos participantes en el ámbito nacional y regional, a través de las licitaciones de nuevos canales de televisión.


Igualmente hay avances en términos de competencia económica, en septiembre de 2019, la participación del agente preponderante en radiodifusión fue de 57.79%,que equivale a 9 puntos porcentuales menos que en enero de 2014, que era de 66.79%; incluso con base en el estudio de marras se podría señalar que, ya no hay preponderancia en radiodifusión, ya que si se mide en términos de canales de transmisión ponderada (por población, a nivel localidad), pasó de 56% en 2014 a 46%, recordemos que para ser preponderante se debe detentar el 50% del mercado.


Lo anterior es contrastante con lo que ocurre en telecomunicaciones (telefonía móvil e internet) donde la participación del preponderante se ha reconcentrado y tiene tendencia al alza.


Todo lo anterior significa que en México tenemos un mercado de televisión abierta sólido y en competencia, que las audiencias tienen múltiples opciones en sus pantallas y vale recordar que se trata de un servicio gratuito de información y entretenimiento, muestra de ello es que la televisión abierta ha sido una herramienta esencial para afrontar la situación que estamos viviendo ante el Covid-19, coyuntura en la que se requieren medios de comunicación con penetración y credibilidad necesarias, por lo que seguramente tanto la televisión como la radio serán esenciales para la reconstrucción del país, una vez que pasemos la contingencia sanitaria.




Interferencias


Es de llamar la atención los intentos -sin éxito- de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) por aspirar a seguir teniendo participación en la regulación de las telecomunicaciones y radiodifusión, cuando dichas áreas, constitucionalmente le fueron atribuidas al IFT, lo manifiesto así por el “Acuerdo por el que se precisan las actividades esenciales competencia de la SCT, en el marco… Covid-19”, del 8 de abril, además no sólo se trata de una injerencia legal sino también de facto, ya que funcionarios de dicha dependencia han buscado acercamientos con operadores de telecomunicaciones y radiodifusores, los que han preferido -por lógica jurídica- ir al IFT. Los viejos tiempos del control gubernamental, andan sueltos.