/ viernes 12 de enero de 2018

Anticorrupción y los frenos estatales

Víctor Leonel Juan Martínez*

Los elefantes albinos o blancos, constituyen una especie muy rara. De ahí que, en la antigua Siam, hoy Tailandia, son animales sagrados que otorgan gran prestigio a quienes los poseen, pero cuya manutención es muy alta. Es por ello que los reyes tenían la costumbre de regalar elefantes blancos a los cortesanos que les disgustaban; su objetivo era arruinarlos, pues el alto costo de su mantenimiento, gran tamaño y la afluencia de visitantes, hacían que se convirtieran en problemas para sus dueños. De ahí la expresión de elefantes blancos que se da a obras públicas o instituciones que pueden tener grandes expectativas, pero al final poca o nula eficacia.

Todo indica que la intención de la clase política en México es convertir al Sistema Nacional Anticorrupción, que tiene un marco jurídico de avanzada e instancias autónomas para combatir la corrupción, en un ente inoperable. De norte a sur, de este a oeste, en todas las entidades de la república, amanecemos con las noticias de nuevos hechos de corrupción. Lejos de implementar salidas para prevenirla y denunciarla y sancionarla, se obstaculiza la transparencia, se elude la rendición de cuentas, se evade la norma.

Con todo ello, ante la presión de la sociedad civil, en 2016 se realizó la reforma a la Constitución federal que establece el Sistema Nacional Anticorrupción. A la fecha, se han realizado reformas en 25 estados para establecer sus propios sistemas. Sin embargo, el marco jurídico de avanzada ha enfrentado en el recorrido de su implementación fuertes presiones, obstáculos y simulaciones para descarrilarla.

Si el Consejo de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción ha denunciado las presiones, falta de recursos e instrumentos para realizar sus tareas, en el ámbito de las entidades federativas la situación es más grave. En muchos casos, la legislación tiene ausencias, lagunas y omisiones para hacerlo viable. En otras, las formas de implementación han sido secuestradas por los intermediarios políticos.

En diciembre de 2017, en Oaxaca, justo en la temporada vacacional, se publicó la convocatoria para integrar el Comité de Participación Ciudadana. Antes, se había designado un Comité de Selección, con personajes de bajo perfil. El proceso está plagado de irregularidades y la opacidad ha sido la norma de actuación. Es paradigmático que las entrevistas a los aspirantes se hicieran sin público y en la sala de juntas de la fracción parlamentaria del PRI.

La historia se repite a lo largo del país: convocatorias y procesos opacos y amañados; candidatos a modo, vinculados a partidos o a los poderes públicos. Lo contrario a lo que requiere el SNA: probidad ética, profesionalismo, autonomía, experiencia, conocimiento y desvinculación de partidos y gobernantes. Es el dinosaurio multicolor que se resiste a cumplir con su papel de gobernante y tiene una visión patrimonialista de la función pública. Es tiempo de un mayor empuje ciudadano para vencer, otra vez, las resistencias.

*Representante Estatal de Nosotrxs en Oaxaca

@NosotrxsMX

Víctor Leonel Juan Martínez*

Los elefantes albinos o blancos, constituyen una especie muy rara. De ahí que, en la antigua Siam, hoy Tailandia, son animales sagrados que otorgan gran prestigio a quienes los poseen, pero cuya manutención es muy alta. Es por ello que los reyes tenían la costumbre de regalar elefantes blancos a los cortesanos que les disgustaban; su objetivo era arruinarlos, pues el alto costo de su mantenimiento, gran tamaño y la afluencia de visitantes, hacían que se convirtieran en problemas para sus dueños. De ahí la expresión de elefantes blancos que se da a obras públicas o instituciones que pueden tener grandes expectativas, pero al final poca o nula eficacia.

Todo indica que la intención de la clase política en México es convertir al Sistema Nacional Anticorrupción, que tiene un marco jurídico de avanzada e instancias autónomas para combatir la corrupción, en un ente inoperable. De norte a sur, de este a oeste, en todas las entidades de la república, amanecemos con las noticias de nuevos hechos de corrupción. Lejos de implementar salidas para prevenirla y denunciarla y sancionarla, se obstaculiza la transparencia, se elude la rendición de cuentas, se evade la norma.

Con todo ello, ante la presión de la sociedad civil, en 2016 se realizó la reforma a la Constitución federal que establece el Sistema Nacional Anticorrupción. A la fecha, se han realizado reformas en 25 estados para establecer sus propios sistemas. Sin embargo, el marco jurídico de avanzada ha enfrentado en el recorrido de su implementación fuertes presiones, obstáculos y simulaciones para descarrilarla.

Si el Consejo de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción ha denunciado las presiones, falta de recursos e instrumentos para realizar sus tareas, en el ámbito de las entidades federativas la situación es más grave. En muchos casos, la legislación tiene ausencias, lagunas y omisiones para hacerlo viable. En otras, las formas de implementación han sido secuestradas por los intermediarios políticos.

En diciembre de 2017, en Oaxaca, justo en la temporada vacacional, se publicó la convocatoria para integrar el Comité de Participación Ciudadana. Antes, se había designado un Comité de Selección, con personajes de bajo perfil. El proceso está plagado de irregularidades y la opacidad ha sido la norma de actuación. Es paradigmático que las entrevistas a los aspirantes se hicieran sin público y en la sala de juntas de la fracción parlamentaria del PRI.

La historia se repite a lo largo del país: convocatorias y procesos opacos y amañados; candidatos a modo, vinculados a partidos o a los poderes públicos. Lo contrario a lo que requiere el SNA: probidad ética, profesionalismo, autonomía, experiencia, conocimiento y desvinculación de partidos y gobernantes. Es el dinosaurio multicolor que se resiste a cumplir con su papel de gobernante y tiene una visión patrimonialista de la función pública. Es tiempo de un mayor empuje ciudadano para vencer, otra vez, las resistencias.

*Representante Estatal de Nosotrxs en Oaxaca

@NosotrxsMX