/ jueves 8 de abril de 2021

Arte y academia

Recordemos a los Estridentistas. Ya que el haber disparado con su esfuerzo, la verdadera Cultura de nuestro país, constituyó un logro histórico único; como se demostró en el hecho de incentivar el correcto sentido hacia una escritura con valores éticos integrales, donde la novela, crónica, periodismo, poesía, o teatro, etcétera, no sufrieran golpes de censura a la libertad creativa. Lucha, a la que se sumaron, imparablemente, el resto de los artistas al esculpir, pintar, danzar, realizar arquitectura, música, cinematografía, diseño, coreografía, y demás actividades; donde, la belleza, continúa brotando desde entonces con todo amor. ¿Y cuál podría señalarse como una de las etapas más efectivas en la aplicación de una conducta tan propositiva?...

Repitámoslo: en la del Estridentismo. ¿Y por qué? Porque un día los artistas especializados y demás creativos de la época, explicaron, que no podían edificar su tarea, si las censuras oficiales, continuaban trabajando horas extras, para rechazar sus propuestas sensibles o ideológicas. Ahora bien, correcto. ¿Pero, ¿qué es el llamado “Estridentismo” y qué tipo de conceptos aportó con claridad esta teoría?. Para empezar, El Estridentismo es nuestro. Ya que se trató de un movimiento mexicano de Vanguardia; y que se caracterizó por ser multidisciplinario, debido a que se inició en diciembre de 1921, tras la aplicación legal del llamado: Movimiento del manifiesto Actual Número 1; por el Poeta Manuel Maples Arce..

Sumándose a la Vanguardia artistas de excelencia, como Arqueles Vela, Germán List Arzubide, Germán Cueto, Germán Revueltas, Ramón Alva de la Canal, Luis Quintanilla del Valle, Leopoldo Méndez, entre otros, quienes constituyeron el citado grupo estridentista, al que acudieron también con el tiempo, figuras de la talla de Jean Charlot, Tina Modotti, Armando Zegri, Humberto Rivas, Xavier Icaza y Diego Rivera; compareciendo igualmente con ellos poetas, ensayistas, dramaturgos, pintores, dibujantes, fotógrafos, grabadores y músicos.

Pronunciándose todos ellos con reuniones, amplios discursos y sobre todo, con una importante y muy amplia definición creativa, en la que el emblema de la Libertad resultaba fundamental en todas las expresiones ideológicas; especialmente para establecer todas las fuerzas educativas en un país revolucionario, que de ninguna manera podía ser encadenado o amordazado en sus valores progresistas. Ya que las decisiones intelectuales y de avance social e internacional, tenían que ser confirmadas dentro de una nación, qué, como la nuestra, estaba construyendo su futuro, justamente, sobre esas importantes bases libertarias.

De esta manera, mediante la muy amplia fuerza ideológica que se demostró contundentemente, no sólo en las artes, sino en todos los valores intelectuales desarrollados con propósitos claramente creativos; se abrieron otros igualmente importantes como la libertad de pensamiento o de conciencia, para manifestarse en aspectos relacionados con las libertades de culto o de enseñanzas educativas, tendientes a abrir centros especiales de conocimientos. Y qué decir de otras, como las integradas a prensa, vigilancia o creatividad en las que nadie debe sentirse coartado, criticado o atrapado por el hecho de aportar ideas contrarias, o, por el temor a ser sancionado o reprendido severamente.

De esta manera, nacieron los rompimientos estéticos o ideológicos, dentro de la pintura y escultura; haciéndose presente la fuerza expresiva y plural dentro de todas las temáticas políticas culturales o sociales. Evidenciándose una cinematografía y un teatro más claros y analíticos; sumados a una literatura sin mordazas expresivas. No olvidándonos, de un Periodismo qué, sin renunciar a sus interminables luchas oficiosas, no ha dejado de lograr, gracias a su perseverancia, constantes efectos de apoyos a la paz, al orden y a la justicia verdaderas y universales; aún, cuando sus guerras han resultado desde siempre y para siempre, interminables. Me despido con un beso.

Recordemos a los Estridentistas. Ya que el haber disparado con su esfuerzo, la verdadera Cultura de nuestro país, constituyó un logro histórico único; como se demostró en el hecho de incentivar el correcto sentido hacia una escritura con valores éticos integrales, donde la novela, crónica, periodismo, poesía, o teatro, etcétera, no sufrieran golpes de censura a la libertad creativa. Lucha, a la que se sumaron, imparablemente, el resto de los artistas al esculpir, pintar, danzar, realizar arquitectura, música, cinematografía, diseño, coreografía, y demás actividades; donde, la belleza, continúa brotando desde entonces con todo amor. ¿Y cuál podría señalarse como una de las etapas más efectivas en la aplicación de una conducta tan propositiva?...

Repitámoslo: en la del Estridentismo. ¿Y por qué? Porque un día los artistas especializados y demás creativos de la época, explicaron, que no podían edificar su tarea, si las censuras oficiales, continuaban trabajando horas extras, para rechazar sus propuestas sensibles o ideológicas. Ahora bien, correcto. ¿Pero, ¿qué es el llamado “Estridentismo” y qué tipo de conceptos aportó con claridad esta teoría?. Para empezar, El Estridentismo es nuestro. Ya que se trató de un movimiento mexicano de Vanguardia; y que se caracterizó por ser multidisciplinario, debido a que se inició en diciembre de 1921, tras la aplicación legal del llamado: Movimiento del manifiesto Actual Número 1; por el Poeta Manuel Maples Arce..

Sumándose a la Vanguardia artistas de excelencia, como Arqueles Vela, Germán List Arzubide, Germán Cueto, Germán Revueltas, Ramón Alva de la Canal, Luis Quintanilla del Valle, Leopoldo Méndez, entre otros, quienes constituyeron el citado grupo estridentista, al que acudieron también con el tiempo, figuras de la talla de Jean Charlot, Tina Modotti, Armando Zegri, Humberto Rivas, Xavier Icaza y Diego Rivera; compareciendo igualmente con ellos poetas, ensayistas, dramaturgos, pintores, dibujantes, fotógrafos, grabadores y músicos.

Pronunciándose todos ellos con reuniones, amplios discursos y sobre todo, con una importante y muy amplia definición creativa, en la que el emblema de la Libertad resultaba fundamental en todas las expresiones ideológicas; especialmente para establecer todas las fuerzas educativas en un país revolucionario, que de ninguna manera podía ser encadenado o amordazado en sus valores progresistas. Ya que las decisiones intelectuales y de avance social e internacional, tenían que ser confirmadas dentro de una nación, qué, como la nuestra, estaba construyendo su futuro, justamente, sobre esas importantes bases libertarias.

De esta manera, mediante la muy amplia fuerza ideológica que se demostró contundentemente, no sólo en las artes, sino en todos los valores intelectuales desarrollados con propósitos claramente creativos; se abrieron otros igualmente importantes como la libertad de pensamiento o de conciencia, para manifestarse en aspectos relacionados con las libertades de culto o de enseñanzas educativas, tendientes a abrir centros especiales de conocimientos. Y qué decir de otras, como las integradas a prensa, vigilancia o creatividad en las que nadie debe sentirse coartado, criticado o atrapado por el hecho de aportar ideas contrarias, o, por el temor a ser sancionado o reprendido severamente.

De esta manera, nacieron los rompimientos estéticos o ideológicos, dentro de la pintura y escultura; haciéndose presente la fuerza expresiva y plural dentro de todas las temáticas políticas culturales o sociales. Evidenciándose una cinematografía y un teatro más claros y analíticos; sumados a una literatura sin mordazas expresivas. No olvidándonos, de un Periodismo qué, sin renunciar a sus interminables luchas oficiosas, no ha dejado de lograr, gracias a su perseverancia, constantes efectos de apoyos a la paz, al orden y a la justicia verdaderas y universales; aún, cuando sus guerras han resultado desde siempre y para siempre, interminables. Me despido con un beso.