/ miércoles 16 de enero de 2019

Arte y Academia | Dos virtuosos de la música nos hicieron olvidar el caos

Por: Ana María Longi

El pianista Mauricio Nader y el violonchelista Ignacio Mariscal, reunieron una vez más sus talentos interpretativos, para entregarnos todo un regalo sin límites.

Y lo creemos realmente así, porque, si lo vemos con un poco de humor, no sólo nos consintieron con sus aportaciones de Mendelssohn, Rajmaninov, Ravel, Dvorak o Popper, entre otros, sino que, lograron además, que nos olvidáramos en esta sexta semana de 2019, y durante más de 120 minutos de arte, belleza y disfrute supremo-; de gasolinas, incendios forestales, feminicidios, asaltos, entre otros muchos lamentables sucesos.

Así que celebrémoslo. Porque el Palacio de Bellas Artes y el Museo Nacional de Arte, nos entregaron dos grandes conciertos: el primero, el pasado viernes 18 de enero, a las 18:00 horas, , en la Sala Ponce del PBA; y el segundo, el sábado 19, a las 11:30 horas, en el Salón de Recepciones del Munal, que hace contra esquina con el de mármol. Así que, benditos sean por siempre, no sólo nuestros grandes legados musicales, sino nuestras orquestas, nuestros músicos, nuestros foros de cultura, instrumentos, y todo cuanto de ellos se desprende; porque los amamos, los necesitamos y lo agradecemos en verdad. Porque en verdad os digo: ¡Qué triste sería la vida, si careciéramos del arte que todos ustedes cultivan con toda su entrega!.

Así, ya instalados en nuestras cómodas butacas, aplaudimos que en la primera parte del concierto, ambos intérpretes, miembros del grupo Concertistas de Bellas Artes, ofrecieron -en verdad, de manera admirable-, la Sonata en Mi mayor de Giuseppe Valentini (1681-1753); Canción sin palabras de Félix Mendelssohn (1809-1847), Adagio de Tomaso Albinoni (1671-1751), Vocalise de Sergei Rafmaninov (1873-1943), Scherzo de Daniel van Goens (1858-1904) y En la fuente, de Karl Davidov (1838-1889). ¡Y vaya generosidad! porque después del intermedio, el público pudo disfrutar de Requiebros de Gaspar Cassadó (18971966); Oblivión de Astor Piazzolla (1921-1992), Pavana de Maurice Ravel (1875-1937), Rondo de Antonín EDvorak (1841-1894) y Tarantella de David Popper (1843-1913).

¿De dónde proviene la profesionalidad de ambos intérpretes? El violonchelista Ignacio Mariscal se graduó en el Conservatorio Nacional de Música de México y de los de Sweelinck y de Utrecht. Ha actuado como solista con prácticamente todas las orquestas del país, además, ha ofrecido más de mil conciertos en Japón, Corea, Holanda, Francia, España y Alemania, así como en otros países de América y el Caribe. Ha realizado grabaciones de música mexicana y del repertorio internacional del violonchelo, además de organizar diferentes festivales y concursos.

En cuanto al pianista Mauricio Náder, se ha presentado en varios estados de la República Mexicana y alrededor del mundo. Además, fue premiado con el Performer's Certificate.

Un beso... Y hasta la próxima charla

anamarialongi@gmail.com

Por: Ana María Longi

El pianista Mauricio Nader y el violonchelista Ignacio Mariscal, reunieron una vez más sus talentos interpretativos, para entregarnos todo un regalo sin límites.

Y lo creemos realmente así, porque, si lo vemos con un poco de humor, no sólo nos consintieron con sus aportaciones de Mendelssohn, Rajmaninov, Ravel, Dvorak o Popper, entre otros, sino que, lograron además, que nos olvidáramos en esta sexta semana de 2019, y durante más de 120 minutos de arte, belleza y disfrute supremo-; de gasolinas, incendios forestales, feminicidios, asaltos, entre otros muchos lamentables sucesos.

Así que celebrémoslo. Porque el Palacio de Bellas Artes y el Museo Nacional de Arte, nos entregaron dos grandes conciertos: el primero, el pasado viernes 18 de enero, a las 18:00 horas, , en la Sala Ponce del PBA; y el segundo, el sábado 19, a las 11:30 horas, en el Salón de Recepciones del Munal, que hace contra esquina con el de mármol. Así que, benditos sean por siempre, no sólo nuestros grandes legados musicales, sino nuestras orquestas, nuestros músicos, nuestros foros de cultura, instrumentos, y todo cuanto de ellos se desprende; porque los amamos, los necesitamos y lo agradecemos en verdad. Porque en verdad os digo: ¡Qué triste sería la vida, si careciéramos del arte que todos ustedes cultivan con toda su entrega!.

Así, ya instalados en nuestras cómodas butacas, aplaudimos que en la primera parte del concierto, ambos intérpretes, miembros del grupo Concertistas de Bellas Artes, ofrecieron -en verdad, de manera admirable-, la Sonata en Mi mayor de Giuseppe Valentini (1681-1753); Canción sin palabras de Félix Mendelssohn (1809-1847), Adagio de Tomaso Albinoni (1671-1751), Vocalise de Sergei Rafmaninov (1873-1943), Scherzo de Daniel van Goens (1858-1904) y En la fuente, de Karl Davidov (1838-1889). ¡Y vaya generosidad! porque después del intermedio, el público pudo disfrutar de Requiebros de Gaspar Cassadó (18971966); Oblivión de Astor Piazzolla (1921-1992), Pavana de Maurice Ravel (1875-1937), Rondo de Antonín EDvorak (1841-1894) y Tarantella de David Popper (1843-1913).

¿De dónde proviene la profesionalidad de ambos intérpretes? El violonchelista Ignacio Mariscal se graduó en el Conservatorio Nacional de Música de México y de los de Sweelinck y de Utrecht. Ha actuado como solista con prácticamente todas las orquestas del país, además, ha ofrecido más de mil conciertos en Japón, Corea, Holanda, Francia, España y Alemania, así como en otros países de América y el Caribe. Ha realizado grabaciones de música mexicana y del repertorio internacional del violonchelo, además de organizar diferentes festivales y concursos.

En cuanto al pianista Mauricio Náder, se ha presentado en varios estados de la República Mexicana y alrededor del mundo. Además, fue premiado con el Performer's Certificate.

Un beso... Y hasta la próxima charla

anamarialongi@gmail.com