/ lunes 18 de junio de 2018

Arte y Academia | El maravilloso filósofo de la poesía

Por: Ana María Longi

Enrique González Rojo, Arthur, a quienes los críticos de la literatura suelen calificar como El maravilloso filósofo de la poesía o El exquisito poeta de la filosofía, opinó mediante una breve charla, que los productos de la práctica artística, forman parte de un jardín donde las jerarquías desaparecen -salvo que hagamos intervenir el gusto subjetivo como juez dictaminador-.

El muy querido doctor en filosofía por la UNAM, González Rojo, conceptuó: "Bach no es superior a Beethoven o Beethoven a Mozart o Mozart a Wagner. Tampoco Velázquez supera al Greco, el Greco a Goya, o Goya a Zurbarán". O en lo que se refiere a México y en la poesía -continúa desmadejando el importante académico: "Díaz Mirón no supera a Gorostiza, ni Gorostiza a Paz, ni Paz a Pellicer, etcétera. Ya que de acuerdo a los profundos análisis del profesor Rojo Arthur, "cada uno tiene su manera muy suya de decir la belleza.

En el arte no hay propiamente progreso como lo hay en la ciencia y en la técnica. No hay progreso, pero sí enriquecimiento, lo cual ocurre cuando el arte florece y da lugar a la aparición de jardines opulentos y variados".

Y al continuar con sus interesantísimas explicaciones, con las que tanto aprendemos todos, precisó que en lo que a poesía mexicana se refiere, no le cabe la menor duda de que en el siglo XX, "apareció un jardín de poetas de enorme importancia. En contra de algunos escépticos estoy convencido de que en el tercer milenio está surgiendo una nueva generación que ha de conformar un jardín tan rico, tan pleno como los precedentes. Pero también debo declarar que, a mi entender, no ha sido todavía detectado. Por la amistad que mantengo con muchísimos jóvenes poetas, me he dado cuenta de que hay algunos que, dado su precoz florecimiento, merecen hallarse en el jardín de los nuevos valores líricos", expuso. Aseverando que no se consideraba un crítico, ni que su tarea consiste en reconocer a estos noveles poetas que traen ya consigo una voz que exige atención y reconocimiento. "Me parece -agregó-, que algunos de los críticos que existen en el país y que en general se dedican al análisis de los creadores del pasado siglo o, incluso, de más antes, volviera los ojos a lo que se está haciendo, realizara un inventario de los artistas que ya han aportado una obra significativa y de las promesas, con el objeto de ir avizorando la amplitud, el contenido y el carácter, no de una nueva mafia literaria o de un poder literario incluyente, sino de un nuevo jardín cultural".

Dijo asimismo, que tras de meditar un poco en su labor creativa, y sin dejar de lado sus errores y fracasos, "no tengo empacho en asentar que he sido un creador ambicioso tanto desde el punto de vista filosófico como literario. Intenté llevar a cabo una poética de joven, escribí un "poema de nunca acabar" (para deletrear el infinito) Un beso... Y hasta la próxima charla

anamaríalongi@gmail.com

Por: Ana María Longi

Enrique González Rojo, Arthur, a quienes los críticos de la literatura suelen calificar como El maravilloso filósofo de la poesía o El exquisito poeta de la filosofía, opinó mediante una breve charla, que los productos de la práctica artística, forman parte de un jardín donde las jerarquías desaparecen -salvo que hagamos intervenir el gusto subjetivo como juez dictaminador-.

El muy querido doctor en filosofía por la UNAM, González Rojo, conceptuó: "Bach no es superior a Beethoven o Beethoven a Mozart o Mozart a Wagner. Tampoco Velázquez supera al Greco, el Greco a Goya, o Goya a Zurbarán". O en lo que se refiere a México y en la poesía -continúa desmadejando el importante académico: "Díaz Mirón no supera a Gorostiza, ni Gorostiza a Paz, ni Paz a Pellicer, etcétera. Ya que de acuerdo a los profundos análisis del profesor Rojo Arthur, "cada uno tiene su manera muy suya de decir la belleza.

En el arte no hay propiamente progreso como lo hay en la ciencia y en la técnica. No hay progreso, pero sí enriquecimiento, lo cual ocurre cuando el arte florece y da lugar a la aparición de jardines opulentos y variados".

Y al continuar con sus interesantísimas explicaciones, con las que tanto aprendemos todos, precisó que en lo que a poesía mexicana se refiere, no le cabe la menor duda de que en el siglo XX, "apareció un jardín de poetas de enorme importancia. En contra de algunos escépticos estoy convencido de que en el tercer milenio está surgiendo una nueva generación que ha de conformar un jardín tan rico, tan pleno como los precedentes. Pero también debo declarar que, a mi entender, no ha sido todavía detectado. Por la amistad que mantengo con muchísimos jóvenes poetas, me he dado cuenta de que hay algunos que, dado su precoz florecimiento, merecen hallarse en el jardín de los nuevos valores líricos", expuso. Aseverando que no se consideraba un crítico, ni que su tarea consiste en reconocer a estos noveles poetas que traen ya consigo una voz que exige atención y reconocimiento. "Me parece -agregó-, que algunos de los críticos que existen en el país y que en general se dedican al análisis de los creadores del pasado siglo o, incluso, de más antes, volviera los ojos a lo que se está haciendo, realizara un inventario de los artistas que ya han aportado una obra significativa y de las promesas, con el objeto de ir avizorando la amplitud, el contenido y el carácter, no de una nueva mafia literaria o de un poder literario incluyente, sino de un nuevo jardín cultural".

Dijo asimismo, que tras de meditar un poco en su labor creativa, y sin dejar de lado sus errores y fracasos, "no tengo empacho en asentar que he sido un creador ambicioso tanto desde el punto de vista filosófico como literario. Intenté llevar a cabo una poética de joven, escribí un "poema de nunca acabar" (para deletrear el infinito) Un beso... Y hasta la próxima charla

anamaríalongi@gmail.com