/ jueves 20 de abril de 2023

Arte y Academia | Suspenso: género perfecto para apoyar letras y artes: Jorge Gallo, escritor

El reconocido escritor mexicano, Jorge Gallo, al favorecernos con las primicias de su más reciente libro de suspenso: “Bajo el vuelo de la madrugada”, concretó que un género tan importante, tanto para la literatura en papel, como para los desarrollos en cine, teatro y televisión, no se le debe dejar solo. Ya que los apoyos, a estos espacios comunicantes, sólo pueden crecer culturalmente, aplicando la creatividad y el interés verdaderos.. Y, hasta si se quiere, conceptualizar de una manera más sensible: con amor. Con un gran amor. Ya que resulta preocupante, cuando las ediciones empastadas con hermosos colores y dotadas con más de 50 mil vocablos explicativos, parecen gritarnos desde sus solitarias estanterías de madera: “Anda, tómame, ábreme, disfrútame, hojéame ó, por lo menos, y tan sólo…ojéame, (jé), pero sin hache”.

Y bueno, por todas estas razones tan comunicantes, el autor quien obsequia a sus lectores el género que pone “los pelos de punta”, mediante emociones que de manera incontenible incitan a los aficionados a devorar frases y párrafos de manera imparable y hasta angustiante, respondió, igualmente, emocionado, acerca de su relación con una escritura tan complicada y demandante como resulta, inequívocamente, el placer de asustarnos a todos, mediante el proceso que se inicia con una libreta acompañada de un amarillo lápiz… Y la respuesta que obtuvimos, se basó, fundamentalmente, en recuerdos de adolescencia, con semblanzas familiares que nos hizo imaginar no sólo escenarios muy particulares de nuestro entrevistado, sino incluso, de las razones que lo condujeron a sus primeros proyectos escriturales. Es decir, desde sus comienzos.

Así, Jorge Gallo García, revivió, con clara voz y amable actitud, aquellas vivencias únicas, con su tío Leopoldo Hernández Navarrete: hombre forjado en todo tipo experiencias paranormales. Conversaciones con entes errantes, testigo de espíritus justicieros que regresan a la dimensión de los vivos a vengar crímenes impunes o, simple confesor y amigo de fantasmas que por cosas del destino se cruzaron alguna vez por su camino. “Aún recuerdo aquellas noches cuando siendo niño irrumpía a su cuarto, él estaba con su inseparable cigarrillo, fumaba en exceso, incluso las pocas veces que lo llegué a ver sin echar humo casi lo desconocía, sin embargo, siempre tuvo la disposición y la memoria para contarme alguna de sus terroríficas anécdotas”, citó el intelectual.. Y así continúa:

“¿Cómo poder olvidar la tragedia de ‘Lola, la de los cabellos largos’? Aquella mujer coqueta, sensual y provocativa que salía por las noches en busca de amores pasajeros. Todos los abusos de la carne tienen un castigo y de esta manera, ‘Lola’, conocida por su hermosa y larga cabellera terminó como amante de satanás. Cuando se enteró de que ese hombre halagador, galante y con mucho dinero que la pretendía era nada más y nada menos que encarnación de el maligno, se refugió en la vida religiosa. Las noches tormentosas, oscuras e impregnadas de neblina, de la nada aparecía un satánico perro oscuro que, caminando amenazador hasta la puerta donde permanecía refugiada, se paraba en las patas traseras para aullar lastimeramente, rascando los gruesos maderos de la puerta, escupiendo con una extraña mezcla de voz y gruñidos, la llamaba: “Lola, te amo, Lola...”

Agregó el Maestro Gallo, que su tío presumía su pecho musculoso, “debido al intenso ejercicio que realizó durante sus años mozos. Estaba surcado por una tupida vellosidad formando una cruz. Según narraba, el vello creció así gracias a una limpia que siendo muy pequeño le realizó una bruja blanca, 2 en una población perdida en la sierra de Sinaloa, motivo que él argumentaba más que suficiente para tener el don de entablar contacto con los descarnados. Por muchos años buscó centenarios escondidos en gruesos paredones de las haciendas abandonadas en muchas partes del país. Juraba que las indagaciones no fueron sin bases sólidas, pues las precedían siluetas grises aparecidas de la nada. Espantosos ruidos de cadenas arrastradas con pesadez daban fe que eran almas en pena; espíritus de avaros condenados al eterno vagar por atesorar grandes riquezas, sin importar que ellos o sus familias pasaran hambres, lástimas y humillaciones con tal de obtener un pedazo de comida podrida, todo por no gastar.

“Luego, movido por las voces populares se convirtió en buzo. Acompañado de otros tantos aventureros, ávidos por comprobar que numerosos relatos y narraciones de gente anónima eran verdad, se sumergió en algunas de las aguas nacionales. Según decía, tesoros de valor incalculable reposaban en el fondo del Golfo de México, cuando bellas piezas de oro y plata, robadas a mayas, aztecas y otros pueblos sojuzgados por la espada española no pudieron llegar a Europa. Quizá por castigo divino ante la brutalidad y la fuerza alentada por una ambición insaciable o bien, porque esos dioses tachados como falsos decidieron que algunos de sus descendientes fueran los que disfrutaran esas riquezas, enormes cantidades de oro esperaban en el fondo del océano que alguien las rescate.

En el último tercio de su vida, su tío --comentó nuestro entrevistado--, “fue reprimido por sus propios hijos, quienes reclamaban airadamente que no espantaran a sus retoños con mentiras e historias falsas, sin embargo siempre tuvo una nutrida audiencia para escuchar e imaginar el trote de diabólicos corceles, llevando en su lomo ensangrentado los espíritus errantes de los sacrílegos cristeros, quienes equivocaron la lucha y terminaron como asesinos despiadados, locos por derramar sangre y sentir los gritos de dolor chocar contra su cuerpo exhausto. Las visitas a la vecindad donde pasó gran parte de su longeva existencia eran esperadas por muchas señoras ansiosas en contactar a sus difuntos. Es cierto que la vida de Leopoldo Hernández Navarrete fue más bien anónima. Aún quedamos algunos cuantos que con nostalgia y miedo recordamos sus relatos y sus historias. Gracias tío por enseñarme que la vida y la muerte tan sólo están separadas por un delgado velo, que se transparenta ante mis ojos, que en ocasiones es blanco y en otras es negro, un fino velo que se extiende al filo de la madrugada”, señaló el autor

Y al especificar concretamente, su libro, nos ayuda al mismo tiempo a explorarlo. Así el escritor, aseveró: “El ibro lleva por nombre ‘Bajo el velo de la madrugada, cuentos de terror’, y es una colección de 11 cuentos de terror y de misterio; está escrito en 120 cuartillas aproximadamente. La extensión de los mismos varía, siendo el más corto de cuatro cuartillas y el más extenso cuenta con 20 cuartillas. Los lugares donde transcurre la acción de los cuentos es variable; algunos se desarrollan en zonas rurales y pueblos imaginarios, situados en la provincia mexicana, otros más tienen desarrollo en colonias populares de cualquier urbe”.

Todo el material que reunió, como guionista de historietas y adaptador de relatos se creban a partir de los lectores que mandaban a algunas revistas de corte popular, enfocadas al terror y al misterio, el escritor señaló, también, que, “la experiencia dice que este tipo de material cuenta con buena aceptación entre jóvenes que oscilan entre los 16 y 25 años de edad, además de amas de casa aficionadas a este tipo de relatos. La redacción es ágil, amena y nada complicada, pues el fin principal, es crear en el lector, el interés por la lectura de un cuento, mismo que puede terminar en pocas sesiones y sin dificultad en el vocabulario y las ideas ahí vertidas. Otro factor que tomé en cuenta fue la tradición oral que pese a los cambios en la composición de actual de las familias, sigue presente. El fin principal de los relatos –o memoratas, como le llaman algunos investigadores literarios-, es contar con una historia que a cualquiera le puede suceder debido a un mal comportamiento, en conductas como la soberbia, la lujuria o la avaricia.

“Gran número de personajes tienen marcadas dichas conductas, motivo por el cual suelen caer en la exageración y sátira pues, además de ser detestables son cómicos y hasta absurdos. Finalmente, el relato deja una enseñanza o moraleja y la personalidad de los personajes es común y corriente, sin caer en estereotipos o comportamientos extraños y poco comunes entre la sociedad mexicana. Cabe señalar que, a pesar de tener como fuente de inspiración algunos relatos contados por gente común y corriente, ninguno es plagiado o basado en algún material impreso, películas o relatos subidos a la internet. Todos y cada uno de los cuentos son obra de mi imaginación y si acaso, tomé como respaldo los vicios propios de la conducta humana y les di forma con las especificaciones antes mencionadas”.

De esta manera, el Maestro Gallo García, nos facilita explicaciones acerca de uno de los relatos del libro, qué, por algo, ya empieza a ser buscado por titulares de librerías. Como por ejemplo el escalofriante y bien llamado, “La última palabra”, cuya extensión, aclaró el autor, es de 16 cuartillas, siete mil 926 palabras). Así, explica: “Desesperado por la irreversible agonía del abuelo, “Roy” ve con preocupación cómo la vida del abuelo se extingue sin que éste pueda recobrar la memoria. Mientras las tías y las primas charlan sobre trivialidades y entran en conflicto por el lugar en donde será enterrado el patriarca de la familia, ‘Roy’ no sale del hospital y apresura a médicos y enfermeras, el citado género del que hablamos, para que el abuelo vuelva en sí y, pueda decir el secreto que por ningún motivo debe llevarse a la tumba.

“Casi por casualidad, el viejo sale de ese desesperante y frustrante estado de coma y ‘Roy’, quien por fin sonríe después de la desgastante angustia, se apresura a que le diga la verdad. Con los desvaríos propios de un enfermo terminal, el abuelo recuerda que participó en la guerra cristera; acepta que, junto con su amigo, ‘El Pelón Zapata’, enterraron gran cantidad de riquezas como costales repletos de centenarios, piezas de arte y joyería, sin embargo no recuerda o no quiere decir la ubicación pues por algún motivo, no recuerda que ‘Roy’ es su nieto legítimo. Como última opción, ‘Roy’ decide acudir con un afamado pero violento y ambicioso brujo negro, quien le asegura que vivo o muerto, el abuelo tendrá que decir la ubicación del cuantioso tesoro.

“Sin embargo, el oscuro ritual no puede practicarse en el hospital donde el anciano espera la muerte, por lo que será necesario trasladar el cadáver a la misma mansión del brujo, para que atrape el alma del viejo y no lo deje partir a buscar la luz eterna hasta que confiese. Con la ayuda de un mediocre y mezquino vendedor de pompas fúnebres y de los violentos guaruras del brujo, ‘Roy’, suplantará el cuerpo del viejo justo antes de que sea cremado. Finalmente, lo llevará con el extraño hechicero. Todo parece salir tal como el ambicioso nieto lo había planeado, sin embargo, el impedir que el difunto descanse y el atarlo a este plano existencial tiene su castigo. ‘Roy’ caerá víctima de su avaricia y su mal proceder. …Y como todo esto no deja de resultar sumamente expectante, mejor y por lo pronto, lo resuelvo con más datos”.

El autor, Jorge Gallo García, periodista y docente, al inicio de su carrera, se desempeñó como guionista e investigador en revistas, historietas y programas de radio, dedicados a la investigación de temas paranormales de terror y relatos que aún se cuentan entre los tíos y abuelos de las familias de cualquier parte de México. De esta forma, aún siguen presentes los relatos donde las espectros y almas en pena recorren el mundo de los vivos para dejar enseñanzas de vida y compartimiento entre las nuevas generaciones; si bien es cierto que los tiempos cambian, también lo hacen los relatos, y los que antes se ubicaban entre las milpas y los sembradíos de las haciendas y rancherías, hoy día, con el mismo contenido e intención, se sitúan en las calles de las grandes ciudades. Como un pequeño intento de contrarrestar un poco la ola de relatos que invaden las redes sociales, con un tinte de misterio impregnado de las películas de terror estadounidenses, Jorge Gallo retomó la esencia de la provincia, la ciudad y los barrios populares, para situar los 11 relatos de los que, basados en las voces populares, el autor les da un tono fresco y de ágil lectura.

La proliferación de los llamados “creepypasta”, o relatos de terror y misterio que invaden las redes sociales, son uno de los motivos por los cuales, se ha mantenido el gusto de este tipo de relatos, sobre todo entre los jóvenes, sin embargo, por ser una corriente que ha proliferado en Estados Unidos, el tipo de terror que se maneja es de susto e impacto, como lo con las películas de Hollywood. De momento, “Bajo el velo de la madrugada, cuentos de terror”, se encuentra disponible en formato digital, en Amazon.com, y como suele suceder en caso de nuevos escritores, está en busca de editorial para tenerlo físicamente en los estantes….Y, agradeciendo como siempre, su amable lectura, les dejo un gran Beso.

El reconocido escritor mexicano, Jorge Gallo, al favorecernos con las primicias de su más reciente libro de suspenso: “Bajo el vuelo de la madrugada”, concretó que un género tan importante, tanto para la literatura en papel, como para los desarrollos en cine, teatro y televisión, no se le debe dejar solo. Ya que los apoyos, a estos espacios comunicantes, sólo pueden crecer culturalmente, aplicando la creatividad y el interés verdaderos.. Y, hasta si se quiere, conceptualizar de una manera más sensible: con amor. Con un gran amor. Ya que resulta preocupante, cuando las ediciones empastadas con hermosos colores y dotadas con más de 50 mil vocablos explicativos, parecen gritarnos desde sus solitarias estanterías de madera: “Anda, tómame, ábreme, disfrútame, hojéame ó, por lo menos, y tan sólo…ojéame, (jé), pero sin hache”.

Y bueno, por todas estas razones tan comunicantes, el autor quien obsequia a sus lectores el género que pone “los pelos de punta”, mediante emociones que de manera incontenible incitan a los aficionados a devorar frases y párrafos de manera imparable y hasta angustiante, respondió, igualmente, emocionado, acerca de su relación con una escritura tan complicada y demandante como resulta, inequívocamente, el placer de asustarnos a todos, mediante el proceso que se inicia con una libreta acompañada de un amarillo lápiz… Y la respuesta que obtuvimos, se basó, fundamentalmente, en recuerdos de adolescencia, con semblanzas familiares que nos hizo imaginar no sólo escenarios muy particulares de nuestro entrevistado, sino incluso, de las razones que lo condujeron a sus primeros proyectos escriturales. Es decir, desde sus comienzos.

Así, Jorge Gallo García, revivió, con clara voz y amable actitud, aquellas vivencias únicas, con su tío Leopoldo Hernández Navarrete: hombre forjado en todo tipo experiencias paranormales. Conversaciones con entes errantes, testigo de espíritus justicieros que regresan a la dimensión de los vivos a vengar crímenes impunes o, simple confesor y amigo de fantasmas que por cosas del destino se cruzaron alguna vez por su camino. “Aún recuerdo aquellas noches cuando siendo niño irrumpía a su cuarto, él estaba con su inseparable cigarrillo, fumaba en exceso, incluso las pocas veces que lo llegué a ver sin echar humo casi lo desconocía, sin embargo, siempre tuvo la disposición y la memoria para contarme alguna de sus terroríficas anécdotas”, citó el intelectual.. Y así continúa:

“¿Cómo poder olvidar la tragedia de ‘Lola, la de los cabellos largos’? Aquella mujer coqueta, sensual y provocativa que salía por las noches en busca de amores pasajeros. Todos los abusos de la carne tienen un castigo y de esta manera, ‘Lola’, conocida por su hermosa y larga cabellera terminó como amante de satanás. Cuando se enteró de que ese hombre halagador, galante y con mucho dinero que la pretendía era nada más y nada menos que encarnación de el maligno, se refugió en la vida religiosa. Las noches tormentosas, oscuras e impregnadas de neblina, de la nada aparecía un satánico perro oscuro que, caminando amenazador hasta la puerta donde permanecía refugiada, se paraba en las patas traseras para aullar lastimeramente, rascando los gruesos maderos de la puerta, escupiendo con una extraña mezcla de voz y gruñidos, la llamaba: “Lola, te amo, Lola...”

Agregó el Maestro Gallo, que su tío presumía su pecho musculoso, “debido al intenso ejercicio que realizó durante sus años mozos. Estaba surcado por una tupida vellosidad formando una cruz. Según narraba, el vello creció así gracias a una limpia que siendo muy pequeño le realizó una bruja blanca, 2 en una población perdida en la sierra de Sinaloa, motivo que él argumentaba más que suficiente para tener el don de entablar contacto con los descarnados. Por muchos años buscó centenarios escondidos en gruesos paredones de las haciendas abandonadas en muchas partes del país. Juraba que las indagaciones no fueron sin bases sólidas, pues las precedían siluetas grises aparecidas de la nada. Espantosos ruidos de cadenas arrastradas con pesadez daban fe que eran almas en pena; espíritus de avaros condenados al eterno vagar por atesorar grandes riquezas, sin importar que ellos o sus familias pasaran hambres, lástimas y humillaciones con tal de obtener un pedazo de comida podrida, todo por no gastar.

“Luego, movido por las voces populares se convirtió en buzo. Acompañado de otros tantos aventureros, ávidos por comprobar que numerosos relatos y narraciones de gente anónima eran verdad, se sumergió en algunas de las aguas nacionales. Según decía, tesoros de valor incalculable reposaban en el fondo del Golfo de México, cuando bellas piezas de oro y plata, robadas a mayas, aztecas y otros pueblos sojuzgados por la espada española no pudieron llegar a Europa. Quizá por castigo divino ante la brutalidad y la fuerza alentada por una ambición insaciable o bien, porque esos dioses tachados como falsos decidieron que algunos de sus descendientes fueran los que disfrutaran esas riquezas, enormes cantidades de oro esperaban en el fondo del océano que alguien las rescate.

En el último tercio de su vida, su tío --comentó nuestro entrevistado--, “fue reprimido por sus propios hijos, quienes reclamaban airadamente que no espantaran a sus retoños con mentiras e historias falsas, sin embargo siempre tuvo una nutrida audiencia para escuchar e imaginar el trote de diabólicos corceles, llevando en su lomo ensangrentado los espíritus errantes de los sacrílegos cristeros, quienes equivocaron la lucha y terminaron como asesinos despiadados, locos por derramar sangre y sentir los gritos de dolor chocar contra su cuerpo exhausto. Las visitas a la vecindad donde pasó gran parte de su longeva existencia eran esperadas por muchas señoras ansiosas en contactar a sus difuntos. Es cierto que la vida de Leopoldo Hernández Navarrete fue más bien anónima. Aún quedamos algunos cuantos que con nostalgia y miedo recordamos sus relatos y sus historias. Gracias tío por enseñarme que la vida y la muerte tan sólo están separadas por un delgado velo, que se transparenta ante mis ojos, que en ocasiones es blanco y en otras es negro, un fino velo que se extiende al filo de la madrugada”, señaló el autor

Y al especificar concretamente, su libro, nos ayuda al mismo tiempo a explorarlo. Así el escritor, aseveró: “El ibro lleva por nombre ‘Bajo el velo de la madrugada, cuentos de terror’, y es una colección de 11 cuentos de terror y de misterio; está escrito en 120 cuartillas aproximadamente. La extensión de los mismos varía, siendo el más corto de cuatro cuartillas y el más extenso cuenta con 20 cuartillas. Los lugares donde transcurre la acción de los cuentos es variable; algunos se desarrollan en zonas rurales y pueblos imaginarios, situados en la provincia mexicana, otros más tienen desarrollo en colonias populares de cualquier urbe”.

Todo el material que reunió, como guionista de historietas y adaptador de relatos se creban a partir de los lectores que mandaban a algunas revistas de corte popular, enfocadas al terror y al misterio, el escritor señaló, también, que, “la experiencia dice que este tipo de material cuenta con buena aceptación entre jóvenes que oscilan entre los 16 y 25 años de edad, además de amas de casa aficionadas a este tipo de relatos. La redacción es ágil, amena y nada complicada, pues el fin principal, es crear en el lector, el interés por la lectura de un cuento, mismo que puede terminar en pocas sesiones y sin dificultad en el vocabulario y las ideas ahí vertidas. Otro factor que tomé en cuenta fue la tradición oral que pese a los cambios en la composición de actual de las familias, sigue presente. El fin principal de los relatos –o memoratas, como le llaman algunos investigadores literarios-, es contar con una historia que a cualquiera le puede suceder debido a un mal comportamiento, en conductas como la soberbia, la lujuria o la avaricia.

“Gran número de personajes tienen marcadas dichas conductas, motivo por el cual suelen caer en la exageración y sátira pues, además de ser detestables son cómicos y hasta absurdos. Finalmente, el relato deja una enseñanza o moraleja y la personalidad de los personajes es común y corriente, sin caer en estereotipos o comportamientos extraños y poco comunes entre la sociedad mexicana. Cabe señalar que, a pesar de tener como fuente de inspiración algunos relatos contados por gente común y corriente, ninguno es plagiado o basado en algún material impreso, películas o relatos subidos a la internet. Todos y cada uno de los cuentos son obra de mi imaginación y si acaso, tomé como respaldo los vicios propios de la conducta humana y les di forma con las especificaciones antes mencionadas”.

De esta manera, el Maestro Gallo García, nos facilita explicaciones acerca de uno de los relatos del libro, qué, por algo, ya empieza a ser buscado por titulares de librerías. Como por ejemplo el escalofriante y bien llamado, “La última palabra”, cuya extensión, aclaró el autor, es de 16 cuartillas, siete mil 926 palabras). Así, explica: “Desesperado por la irreversible agonía del abuelo, “Roy” ve con preocupación cómo la vida del abuelo se extingue sin que éste pueda recobrar la memoria. Mientras las tías y las primas charlan sobre trivialidades y entran en conflicto por el lugar en donde será enterrado el patriarca de la familia, ‘Roy’ no sale del hospital y apresura a médicos y enfermeras, el citado género del que hablamos, para que el abuelo vuelva en sí y, pueda decir el secreto que por ningún motivo debe llevarse a la tumba.

“Casi por casualidad, el viejo sale de ese desesperante y frustrante estado de coma y ‘Roy’, quien por fin sonríe después de la desgastante angustia, se apresura a que le diga la verdad. Con los desvaríos propios de un enfermo terminal, el abuelo recuerda que participó en la guerra cristera; acepta que, junto con su amigo, ‘El Pelón Zapata’, enterraron gran cantidad de riquezas como costales repletos de centenarios, piezas de arte y joyería, sin embargo no recuerda o no quiere decir la ubicación pues por algún motivo, no recuerda que ‘Roy’ es su nieto legítimo. Como última opción, ‘Roy’ decide acudir con un afamado pero violento y ambicioso brujo negro, quien le asegura que vivo o muerto, el abuelo tendrá que decir la ubicación del cuantioso tesoro.

“Sin embargo, el oscuro ritual no puede practicarse en el hospital donde el anciano espera la muerte, por lo que será necesario trasladar el cadáver a la misma mansión del brujo, para que atrape el alma del viejo y no lo deje partir a buscar la luz eterna hasta que confiese. Con la ayuda de un mediocre y mezquino vendedor de pompas fúnebres y de los violentos guaruras del brujo, ‘Roy’, suplantará el cuerpo del viejo justo antes de que sea cremado. Finalmente, lo llevará con el extraño hechicero. Todo parece salir tal como el ambicioso nieto lo había planeado, sin embargo, el impedir que el difunto descanse y el atarlo a este plano existencial tiene su castigo. ‘Roy’ caerá víctima de su avaricia y su mal proceder. …Y como todo esto no deja de resultar sumamente expectante, mejor y por lo pronto, lo resuelvo con más datos”.

El autor, Jorge Gallo García, periodista y docente, al inicio de su carrera, se desempeñó como guionista e investigador en revistas, historietas y programas de radio, dedicados a la investigación de temas paranormales de terror y relatos que aún se cuentan entre los tíos y abuelos de las familias de cualquier parte de México. De esta forma, aún siguen presentes los relatos donde las espectros y almas en pena recorren el mundo de los vivos para dejar enseñanzas de vida y compartimiento entre las nuevas generaciones; si bien es cierto que los tiempos cambian, también lo hacen los relatos, y los que antes se ubicaban entre las milpas y los sembradíos de las haciendas y rancherías, hoy día, con el mismo contenido e intención, se sitúan en las calles de las grandes ciudades. Como un pequeño intento de contrarrestar un poco la ola de relatos que invaden las redes sociales, con un tinte de misterio impregnado de las películas de terror estadounidenses, Jorge Gallo retomó la esencia de la provincia, la ciudad y los barrios populares, para situar los 11 relatos de los que, basados en las voces populares, el autor les da un tono fresco y de ágil lectura.

La proliferación de los llamados “creepypasta”, o relatos de terror y misterio que invaden las redes sociales, son uno de los motivos por los cuales, se ha mantenido el gusto de este tipo de relatos, sobre todo entre los jóvenes, sin embargo, por ser una corriente que ha proliferado en Estados Unidos, el tipo de terror que se maneja es de susto e impacto, como lo con las películas de Hollywood. De momento, “Bajo el velo de la madrugada, cuentos de terror”, se encuentra disponible en formato digital, en Amazon.com, y como suele suceder en caso de nuevos escritores, está en busca de editorial para tenerlo físicamente en los estantes….Y, agradeciendo como siempre, su amable lectura, les dejo un gran Beso.