La ópera, indiscutiblemente, constituye el teatro-canto-internacional, más exitoso e internacionalmente intercambiado de nuestro planeta; y, por lo mismo, nuestras instituciones guardianas del género, desean que su entrega a las nuevas generaciones de nuestro país, luzca espléndida, tanto en calidades interpretativas, como en lo referente a imágenes, como es el revestimiento de escenarios, los históricos vestuarios, la música, las luces, el lenguaje idiomático, y tanto más que nunca acabaríamos, y que tanto requiere una herencia cultural de tan alta calidad, como sin duda lo es la ópera, en toda sus magnitudes de especialización.
Porque “los jóvenes tienen derecho a ser unos aficionados muy bien atendidos desde el punto de vista informativo y por supuesto artístico y cultural. Esto es, porque defendemos, que la alta calidad en los foros, debe dar la apertura perfecta que todos necesitamos amar y por supuesto disfrutar, detalló, un valioso grupo de participantes cuestionados dentro de los horarios ensayísticos. Y es que el programa se anunció simplemente así: La Ópera de Bellas Artes realiza una nueva producción de El elíxir de amor, de Gaetano Donizetti.
Y en seguida, se detalló, que el reparto estaría integrado por los cantantes mexicanos como Diego Silva, Génesis Moreno, Noé Colín, Juan Carlos Heredia y Damaris Lezama, y que las funciones se destinarían para los días 5, 7, 10 y 14 de diciembre en la Sala Principal del PBA. Precisando que La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el INBAL, a través de la Compañía Nacional de Ópera, ofrecerían nueva producción de una de las obras favoritas del público, desde su estreno en 1832, El elíxir de amor, de Gaetano Donizetti (1797-1848).
Se trata de una ópera en dos actos con libreto en italiano de Felice Romani (1788-1865), basada en Le Philtre (1831), de Eugène Scribe (1791-1861), para la ópera de Daniel-François Auber (1782-1871). Especificando, se presentará los martes y jueves a las 20:00 horas, y domingo a las 17:00 horas, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.
En cuanto a los conceptos interpretativos, el tenor Diego Silva hará el papel de Nemorino; el bajo Noé Colín, encarna al embaucador Dulcamara; la soprano Génesis Moreno, interpreta a Adina y la soprano Damaris Lezama en el papel de Giannetta, ambas integrantes del Estudio de la Ópera de Bellas Artes (EOBA), mientras que el barítono Juan Carlos Heredia interpreta a Belcore.
Pero esto es sólo uno de los comienzos, porque el coro estará dirigido por el maestro Alfredo Domínguez y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, por el maestro Arthur Fagen quien estará a cargo de la dirección concertadora.
Los detalles perfectamente analizados fueron puestos en marcha para dar vida a esta obra, en la que se ha conjuntado un equipo creativo de primer orden. La dirección escénica es de Luis Martín Solís y Érika Torres, con la escenografía a cargo de Jesús Hernández, el vestuario fue diseñado por Sara Salomón, mientras que la iluminación corresponde a Rafael Mendoza y Cinthia Muñoz como responsable del maquillaje y peluquería. Participa también, un cuerpo de actores integrado por Aldo Estrada Colín, Rodrigo Andoni Aguirre Guerrero, José Morales Hernández, José Antonio Corrales Zavala y la bailarina Elisa Pérez González.
El elíxir de amor se estrenó el 12 de mayo de 1832, en el Teatro de la Canobbiana, en Milán, Italia, donde tuvo gran éxito. Conjuntamente con Don Pasquale y Lucia di Lammermoor, es de las óperas más representadas del catálogo donizettiano.
La música magistral escrita por el compositor es enmarcada por un ambiente agreste y candoroso, en el que confluyen personajes arquetípicos de la Commedia dell’arte. Nemorino es un campesino ingenuo, enamorado de Adina, hermosa terrateniente que lo trata con indiferencia. Desesperado, el joven se acerca a Dulcamara, falso doctor y vendedor de milagros, quien le vende un “elíxir” con la promesa de que le asegurará el amor de Adina y de todas las jóvenes del pueblo.
Ésta, para dar celos al joven, anuncia su matrimonio con el sargento Belcore. Durante la boda, Nemorino pretende acelerar los efectos del brebaje mágico —vino de Bordeaux, en realidad— con el dinero obtenido tras enrolarse en el ejército. Repentinamente, Nemorino se ve rodeado de todas las jóvenes del pueblo, Adina incluida, y todos celebran las virtudes del elíxir milagroso.
Empero, como explicamos al principio, lo trascendente aquí, es que nuestras actuales generaciones, están recibiendo este tipo de espectáculos, con todas las garantías de auténtica bienechura y eficiencia, sin escatimar absolutamente nada, ni en calidad ni en productividad. Por eso yo, no dejo de mandarles un cariñoso Beso.