/ martes 15 de febrero de 2022

Arte y academia | Once años de ausencia de Alí Chumacero:

Sí. Recordémoslo. Y continuemos disfrutando y preservando el gran legado literario, de uno de nuestros más importantes escritores tanto nacionales como internacionales: El insigne Poeta, Ensayista y Editor nayarita: Alí Chumacero; (Acaponeta: (9 de julio de1918- 22 de octubre de 2010). Y, cuyo largo nombre quedó registrado como Antonio Eustolio Mohamed Ally Chumacero y Lora. Y muy mencionado, últimamente, por miembros de la “Academia Mexicana de la Lengua”. “Mi Academia”, como solía señalarlo con frecuencia el personaje. Debido a qué, justamente, el 22 de octubre pasado, se cumplieron 11 años, de ausencia del famoso autor del Siglo XX. Recorriéndose con ello, de manera analítica y cultural, valiosas obras de su creatividad como “Páramo de Sueños”, “Imágenes Desterradas” o “Palabras en Reposo”, entre otras; por actuales generaciones que están tomando en cuenta, nuevamente su justo y primer lugar como escritor de alta calidad dentro del género poético. Otras de las razones, radican, en los resultados que el Maestro, logró acarrear a sus 92 años de existencia; consistentes, en haber sido evaluado por La Academia, como: “Gloria de la Tierra que lo acunó: Nayarit”; y, “Poeta Mayor de México ante el Mundo”. Brindándonos a nosotros los preguntones -- aparte de su eterna cordialidad--, muchísimas enseñanzas especiales. Una de tantas, y a manera muy personal, la referente al concepto “Plenitud”. Así. Insistimos. En pasadas semanas, se sumaron ya, 11 años de ausencia, del, desde siempre, considerado por funcionarios, lectores y Medios, el tan merecido como histórico adjetivo de: “Poeta Mayor”.

En cuanto al concepto “Plenitud”, que definió entonces Don Alí, en una ocasión que nos concedió el alto honor de entrevistarlo, lo cuestionó tanto filosófica como poéticamente, así: “No midas la vida por años, por cosas que compraste o por trastos que lograste reunir por considerarte muy lista. No. Mira. Mide la Vida, por plenitudes. Por efectivas grandezas interiores. Por intensidades. Por encantamientos. Por voces, liras y violines de intérpretes angélicos. Por emociones superlativas. Por caricias de Sol. Por las brisas frescas que te nutrieron. Por las pasiones que desbordaste. Por los romances que afrontaste. Por los libros que leíste. Por el Cine. Teatro. Pintura. Danza, o Música que aprisionaste. Por el Amor que entregaste en generosas cantidades”. Y bueno. Quizá en aquella oportunidad, no comprendí muy bien al Poeta. Ya que yo. Quizá. No hubiera cambiado cualquiera de mis modestas propiedades, “por la veloz conversación con un colibrí; la contemplación de un Santuario de Monarcas: o las constelaciones y el perfume que se citan en la luz auroral del Primer Beso de Amor”.

Y es que Don Alí, simplemente, y sin que ninguno de nosotros nos enteráramos; nos estaba enriqueciendo maravillosamente, mediante el excelso instrumento, de un lenguaje por demás, sintético. Propio de dioses, sabios y poetas. Y, nosotros, como reporteros siempre en búsqueda. Siempre en aprendizaje; fuimos comprendiendo lenta, muy lentamente; pero, que de alguna manera se nos “pegó”. De que todo en la Vida se deriva, en que: “La sustancia, está en el Dar y no sólo en el Recibir. En besar la Vida con todas las fuerzas del alma. En saborear los segundos sin prisa, y a manera de bocado exquisito. En entregarse sin medida a las causas justas e importantes. En unificar Amistad, sonrisas, y apretones de manos, al mismo tiempo. En celebrar la tibieza del día y, los terciopelos con lentejuelas de la noche. En disfrutar la cantidad del espacio concedido en el tiempo”.

Y así, y recordándolo con la amenidad de siempre; entre sus frases cotidianas había Dos, que a los “perios”, nos encantaba escuchar. La primera: “Amigos: Ni ustedes ni yo nos debemos hacer demasiadas ilusiones con mi oficio de escribano. No nos dejemos engañar. Porque cuando ustedes y yo escuchamos, que me nombran “Poeta Mayor”, lo más seguro es que se están refiriendo a mi edad. No a mis dones. Y DOS: Queridos periodistas: Que cada fecha de cumpleaños, me sienta más que joven y más que confiado; se debe, a que fui avisado de allá arriba, que voy a vivir 400 años. Así que imagínense. No voy ni a la cuarta parte de la edad prometida. Así que gracias por recordarme cada año una noticia tan estupenda…. Por nuestra parte, gracias Don Alí. Gracias por esos valores fundamentales que nos obsequió aquel día. Mismos, que en verdad-verdad, tratamos de practicar en la cotidianidad y con agradecimientos ilimitados. Gracias por sus frases exactas, flechadoras y adictivas. Gracias por ser siempre nuestro amigo. Nuestro maestro y guía. Y uno de los más extraordinarios, alegres e imprescindibles poetas-monarcas elegidos por todos, dentro de nuestros esforzadas y diarias caminatas, por los complicados foros de la Libertad y la tan comentada diversidad. Por lo pronto para todos, un beso.

Sí. Recordémoslo. Y continuemos disfrutando y preservando el gran legado literario, de uno de nuestros más importantes escritores tanto nacionales como internacionales: El insigne Poeta, Ensayista y Editor nayarita: Alí Chumacero; (Acaponeta: (9 de julio de1918- 22 de octubre de 2010). Y, cuyo largo nombre quedó registrado como Antonio Eustolio Mohamed Ally Chumacero y Lora. Y muy mencionado, últimamente, por miembros de la “Academia Mexicana de la Lengua”. “Mi Academia”, como solía señalarlo con frecuencia el personaje. Debido a qué, justamente, el 22 de octubre pasado, se cumplieron 11 años, de ausencia del famoso autor del Siglo XX. Recorriéndose con ello, de manera analítica y cultural, valiosas obras de su creatividad como “Páramo de Sueños”, “Imágenes Desterradas” o “Palabras en Reposo”, entre otras; por actuales generaciones que están tomando en cuenta, nuevamente su justo y primer lugar como escritor de alta calidad dentro del género poético. Otras de las razones, radican, en los resultados que el Maestro, logró acarrear a sus 92 años de existencia; consistentes, en haber sido evaluado por La Academia, como: “Gloria de la Tierra que lo acunó: Nayarit”; y, “Poeta Mayor de México ante el Mundo”. Brindándonos a nosotros los preguntones -- aparte de su eterna cordialidad--, muchísimas enseñanzas especiales. Una de tantas, y a manera muy personal, la referente al concepto “Plenitud”. Así. Insistimos. En pasadas semanas, se sumaron ya, 11 años de ausencia, del, desde siempre, considerado por funcionarios, lectores y Medios, el tan merecido como histórico adjetivo de: “Poeta Mayor”.

En cuanto al concepto “Plenitud”, que definió entonces Don Alí, en una ocasión que nos concedió el alto honor de entrevistarlo, lo cuestionó tanto filosófica como poéticamente, así: “No midas la vida por años, por cosas que compraste o por trastos que lograste reunir por considerarte muy lista. No. Mira. Mide la Vida, por plenitudes. Por efectivas grandezas interiores. Por intensidades. Por encantamientos. Por voces, liras y violines de intérpretes angélicos. Por emociones superlativas. Por caricias de Sol. Por las brisas frescas que te nutrieron. Por las pasiones que desbordaste. Por los romances que afrontaste. Por los libros que leíste. Por el Cine. Teatro. Pintura. Danza, o Música que aprisionaste. Por el Amor que entregaste en generosas cantidades”. Y bueno. Quizá en aquella oportunidad, no comprendí muy bien al Poeta. Ya que yo. Quizá. No hubiera cambiado cualquiera de mis modestas propiedades, “por la veloz conversación con un colibrí; la contemplación de un Santuario de Monarcas: o las constelaciones y el perfume que se citan en la luz auroral del Primer Beso de Amor”.

Y es que Don Alí, simplemente, y sin que ninguno de nosotros nos enteráramos; nos estaba enriqueciendo maravillosamente, mediante el excelso instrumento, de un lenguaje por demás, sintético. Propio de dioses, sabios y poetas. Y, nosotros, como reporteros siempre en búsqueda. Siempre en aprendizaje; fuimos comprendiendo lenta, muy lentamente; pero, que de alguna manera se nos “pegó”. De que todo en la Vida se deriva, en que: “La sustancia, está en el Dar y no sólo en el Recibir. En besar la Vida con todas las fuerzas del alma. En saborear los segundos sin prisa, y a manera de bocado exquisito. En entregarse sin medida a las causas justas e importantes. En unificar Amistad, sonrisas, y apretones de manos, al mismo tiempo. En celebrar la tibieza del día y, los terciopelos con lentejuelas de la noche. En disfrutar la cantidad del espacio concedido en el tiempo”.

Y así, y recordándolo con la amenidad de siempre; entre sus frases cotidianas había Dos, que a los “perios”, nos encantaba escuchar. La primera: “Amigos: Ni ustedes ni yo nos debemos hacer demasiadas ilusiones con mi oficio de escribano. No nos dejemos engañar. Porque cuando ustedes y yo escuchamos, que me nombran “Poeta Mayor”, lo más seguro es que se están refiriendo a mi edad. No a mis dones. Y DOS: Queridos periodistas: Que cada fecha de cumpleaños, me sienta más que joven y más que confiado; se debe, a que fui avisado de allá arriba, que voy a vivir 400 años. Así que imagínense. No voy ni a la cuarta parte de la edad prometida. Así que gracias por recordarme cada año una noticia tan estupenda…. Por nuestra parte, gracias Don Alí. Gracias por esos valores fundamentales que nos obsequió aquel día. Mismos, que en verdad-verdad, tratamos de practicar en la cotidianidad y con agradecimientos ilimitados. Gracias por sus frases exactas, flechadoras y adictivas. Gracias por ser siempre nuestro amigo. Nuestro maestro y guía. Y uno de los más extraordinarios, alegres e imprescindibles poetas-monarcas elegidos por todos, dentro de nuestros esforzadas y diarias caminatas, por los complicados foros de la Libertad y la tan comentada diversidad. Por lo pronto para todos, un beso.