/ lunes 26 de agosto de 2019

Arte y Academia | Recordando a Héctor Azar

Por: Ana María Longi

La UNAM, tiene en Héctor Azar, indefectiblemente, a uno de sus hijos más prodigiosos

Ya que el abogado, dramaturgo, maestro, escritor y académico mexicano, ---quien el próximo 17 de octubre de 2019, la Sociedad Cultural, lo recordará cumpliendo 89 años de nacimiento y 19 de partir , desde el 11 de mayo de 2000---; encontró todas las respuestas a sus anhelos formativos en la magna institución, cuando el intelectual, empezara por obtener una licenciatura en derecho; una maestría en letras; y una especialización en teatro llegando, a definirse igualmente, como director de escena, promotor teatral y cultural, y hasta como un Zoon Theatrykon o "animal teatral", para parafrasear con Aristóteles.

Y si continuamos recorriendo sus abundantes aportaciones profesionales, el maestro Azar, fue director de la Casa del Lago, jefe del Departamento de Teatro de la UNAM y jefe del Departamento de Teatro del INBA. Como director, llevó a la escena, más de cien obras y como dramaturgo escribió más de 25 libretos que se fueron presentando en todos los espacios que él fundara, como: El Teatro del Caballito, el Centro Universitario de Teatro, el Teatro de la Ciudad Universitaria, la Compañía de Teatro Universitario, el Espacio C, el Teatro Espacio 15, el Foro Isabelino, la Compañía Nacional de Teatro y el Centro de Arte Dramático (CADAC), sin olvidarnos que el admirado, atlixquense, condujo hacia su natal Puebla, una importante cantidad de proyectos, a partir de 1993, cuando fue designado Secretario de Cultura de su comunidad. Sumándose a todo ello, premios, distinciones, junto con numerosísimas obras teatrales y literarias de su autoría.

Ahora bien. El inolvidable dramaturgo persa-mexicano Héctor Azar, nos entregó siempre a los periodistas, las primicias de sus más importantes estrenos. Mimados siempre por su paternal y didáctico trato de maestro universitario, los reporteros, en cada entrevista, llegábamos a nuestras redacciones amenamente cultivados con asombrosas semblanzas creativas de Juan Ruiz de Alarcón, Sor Juana Inés de la Cruz, Alonso de Ercilla, Garcilaso de la Vega, Calderón de la Barca, Lope de Vega, Francisco Quevedo, Ramón María del Valle Inclán, Luis de Góngora y Argote, Jacinto Benavente, Cervantes, Fernando de Rojas, entre muchos otros gigantes de la escritura y la poesía teatral que él había investigado plenamente en todas las fuentes instrumentales posibles de México y España.

En aquel entonces, el ruido casi orquestal de una albañilería muy bien organizada por el Gobierno de Miguel Alemán, continuaba empujando uno de los proyectos más importantes del país, mediante la creación de una Ciudad fundamental y muy especial que como la Universitaria, reuniría todos los programas multidisciplinarios de los futuros profesionales radicados en nuestra Metrópoli o fuera de ésta. Y nosotros, cuando charlábamos de teatro con el maestro, su gran estatura universal, parecía diluirse a través de su delicado, sencillo, afable y muy humano trato. "Rosa María Longi, qué bueno que ya llegaste", me decía.

Un beso... Y hasta la próxima charla.

mail: anamarialongi@gmail.com

Por: Ana María Longi

La UNAM, tiene en Héctor Azar, indefectiblemente, a uno de sus hijos más prodigiosos

Ya que el abogado, dramaturgo, maestro, escritor y académico mexicano, ---quien el próximo 17 de octubre de 2019, la Sociedad Cultural, lo recordará cumpliendo 89 años de nacimiento y 19 de partir , desde el 11 de mayo de 2000---; encontró todas las respuestas a sus anhelos formativos en la magna institución, cuando el intelectual, empezara por obtener una licenciatura en derecho; una maestría en letras; y una especialización en teatro llegando, a definirse igualmente, como director de escena, promotor teatral y cultural, y hasta como un Zoon Theatrykon o "animal teatral", para parafrasear con Aristóteles.

Y si continuamos recorriendo sus abundantes aportaciones profesionales, el maestro Azar, fue director de la Casa del Lago, jefe del Departamento de Teatro de la UNAM y jefe del Departamento de Teatro del INBA. Como director, llevó a la escena, más de cien obras y como dramaturgo escribió más de 25 libretos que se fueron presentando en todos los espacios que él fundara, como: El Teatro del Caballito, el Centro Universitario de Teatro, el Teatro de la Ciudad Universitaria, la Compañía de Teatro Universitario, el Espacio C, el Teatro Espacio 15, el Foro Isabelino, la Compañía Nacional de Teatro y el Centro de Arte Dramático (CADAC), sin olvidarnos que el admirado, atlixquense, condujo hacia su natal Puebla, una importante cantidad de proyectos, a partir de 1993, cuando fue designado Secretario de Cultura de su comunidad. Sumándose a todo ello, premios, distinciones, junto con numerosísimas obras teatrales y literarias de su autoría.

Ahora bien. El inolvidable dramaturgo persa-mexicano Héctor Azar, nos entregó siempre a los periodistas, las primicias de sus más importantes estrenos. Mimados siempre por su paternal y didáctico trato de maestro universitario, los reporteros, en cada entrevista, llegábamos a nuestras redacciones amenamente cultivados con asombrosas semblanzas creativas de Juan Ruiz de Alarcón, Sor Juana Inés de la Cruz, Alonso de Ercilla, Garcilaso de la Vega, Calderón de la Barca, Lope de Vega, Francisco Quevedo, Ramón María del Valle Inclán, Luis de Góngora y Argote, Jacinto Benavente, Cervantes, Fernando de Rojas, entre muchos otros gigantes de la escritura y la poesía teatral que él había investigado plenamente en todas las fuentes instrumentales posibles de México y España.

En aquel entonces, el ruido casi orquestal de una albañilería muy bien organizada por el Gobierno de Miguel Alemán, continuaba empujando uno de los proyectos más importantes del país, mediante la creación de una Ciudad fundamental y muy especial que como la Universitaria, reuniría todos los programas multidisciplinarios de los futuros profesionales radicados en nuestra Metrópoli o fuera de ésta. Y nosotros, cuando charlábamos de teatro con el maestro, su gran estatura universal, parecía diluirse a través de su delicado, sencillo, afable y muy humano trato. "Rosa María Longi, qué bueno que ya llegaste", me decía.

Un beso... Y hasta la próxima charla.

mail: anamarialongi@gmail.com