/ lunes 11 de junio de 2018

Arte y Academia | Recordar a Luis Herrera de la Fuente, y su prodigiosa batuta

Por: Ana María Longi

Resulta para los que lo disfrutamos como Director de Orquesta, paleógrafo musical, compositor, pianista, violinista y autor de literatura: Una emoción especial y desde luego un privilegio. En cuanto al recuerdo, que citamos, a sólo unas semanas de su cuarto año de ausencia física acaecida en el 2014; agradecemos a la vida, haber recibido de sus manos ---y dentro de una de sus más activas etapas creativas---, un ejemplar de su libro: "La música no viaja sola".

Lo curioso de tan singular recuerdo, fue que en la misma mañana de tan importante encuentro en uno de mis diarios bucarelenses; el escritor Arturo Azuela, nieto de Don Mariano Azuela, autor de "Los de Abajo", llegó igualmente a la Sala de Redacción, a mostrarme una de sus más famosas novelas: "Un tal José Salomé"; pero que también y para mi buena suerte periodística, ¡pero, ay de mí, incluso nerviosamente informativa! la llegada de Don Arturo, se complementó ---a escasos minutos---, con la presencia del famoso grabador mexicano, Jesús Álvarez Amaya, director general del Taller de Gráfica Popular; quien, por su parte, me estaba localizando para informarme de una próxima exposición suya, dentro de la institución que dirigía.

Luego entonces, y mediante el apoyo de mi anticuada grabadora de carrete, la triplicada unidad de entrevistas coincidentes, se celebraron ---angustiosamente---, no sólo con un personaje como Don Luis, sino incluso a creadores de tan alto nivel como Don Arturo y Don Jesús, quienes, desde luego, me entregaron aquella mañanita, asuntos culturales extremadamente polarizados, mediante los cuales, yo, y sin jamás haberlo imaginado, estaba edificando en aquella tan movida mañana, algo así como un inverosímil escándalo informativo acreditado tres veces con mi nombre, y a "Ocho columnas culturales"...¡Vaya...Vaya!... y contando además con tres artistas tan preciosamente comprensivos, quienes al ser testigos del gran lío profesional en el que me encontraba, me apoyaron no sólo con su amistad, sino su gran cariño y benevolencia que por siempre les agradeceré.

LAS DIVERSAS PROFESIONES DE DON LUIS

Resulta una experiencia mágica, conocer por familiares, amigos y funcionarios, un poquito de las preparaciones artísticas y culturales de Don Luis (1916-2014); ya que el gran artista, inició su formación musical formal en 1924, con clases de piano con María Olvera, Modesto Sáenz y María Teresa Ebeedry, en la Academia Johan Sebastian Bach, propiedad del Maestro Carlos del Castillo. En 1930, ingresó a la escuela de la UNAM, donde estudió composición musical con Estanislao Mejía, José Vázquez y Rodolfo Halffter.

En 1932, estudió violín con Luis G. Saloma. En 1934, con David Silva;, en 1947 con Jesús Mercado. Y fue hasta 1940, a los 24 años de edad, que llegó a la profesión real de su vida: La Dirección Orquestal, en Zurich, Suiza, nada menos que con dos de los genios de tal conocimiento: Sergiu Celibidache y Hermann Scherchen. En tanto que, su interés por la literatura fue compartida en tiempo y espacio con personalidades como Rubén Bonifaz Nuño, Juan Rulfo, Miguel Guardia y Juan José Arreola,... ¿Y qué más agregar? que Don Luis, amó con la misma pasión, los estudios de arquitectura, aún cuando afortunadamente y para premio de todos sus escuchas, fue finalmente la música el arte que lo atrapó con intensidad y con la mayor la formalidad y disciplinas esperadas.

Un beso... Y hasta la próxima charla

anamarialongi@gmail.com

Por: Ana María Longi

Resulta para los que lo disfrutamos como Director de Orquesta, paleógrafo musical, compositor, pianista, violinista y autor de literatura: Una emoción especial y desde luego un privilegio. En cuanto al recuerdo, que citamos, a sólo unas semanas de su cuarto año de ausencia física acaecida en el 2014; agradecemos a la vida, haber recibido de sus manos ---y dentro de una de sus más activas etapas creativas---, un ejemplar de su libro: "La música no viaja sola".

Lo curioso de tan singular recuerdo, fue que en la misma mañana de tan importante encuentro en uno de mis diarios bucarelenses; el escritor Arturo Azuela, nieto de Don Mariano Azuela, autor de "Los de Abajo", llegó igualmente a la Sala de Redacción, a mostrarme una de sus más famosas novelas: "Un tal José Salomé"; pero que también y para mi buena suerte periodística, ¡pero, ay de mí, incluso nerviosamente informativa! la llegada de Don Arturo, se complementó ---a escasos minutos---, con la presencia del famoso grabador mexicano, Jesús Álvarez Amaya, director general del Taller de Gráfica Popular; quien, por su parte, me estaba localizando para informarme de una próxima exposición suya, dentro de la institución que dirigía.

Luego entonces, y mediante el apoyo de mi anticuada grabadora de carrete, la triplicada unidad de entrevistas coincidentes, se celebraron ---angustiosamente---, no sólo con un personaje como Don Luis, sino incluso a creadores de tan alto nivel como Don Arturo y Don Jesús, quienes, desde luego, me entregaron aquella mañanita, asuntos culturales extremadamente polarizados, mediante los cuales, yo, y sin jamás haberlo imaginado, estaba edificando en aquella tan movida mañana, algo así como un inverosímil escándalo informativo acreditado tres veces con mi nombre, y a "Ocho columnas culturales"...¡Vaya...Vaya!... y contando además con tres artistas tan preciosamente comprensivos, quienes al ser testigos del gran lío profesional en el que me encontraba, me apoyaron no sólo con su amistad, sino su gran cariño y benevolencia que por siempre les agradeceré.

LAS DIVERSAS PROFESIONES DE DON LUIS

Resulta una experiencia mágica, conocer por familiares, amigos y funcionarios, un poquito de las preparaciones artísticas y culturales de Don Luis (1916-2014); ya que el gran artista, inició su formación musical formal en 1924, con clases de piano con María Olvera, Modesto Sáenz y María Teresa Ebeedry, en la Academia Johan Sebastian Bach, propiedad del Maestro Carlos del Castillo. En 1930, ingresó a la escuela de la UNAM, donde estudió composición musical con Estanislao Mejía, José Vázquez y Rodolfo Halffter.

En 1932, estudió violín con Luis G. Saloma. En 1934, con David Silva;, en 1947 con Jesús Mercado. Y fue hasta 1940, a los 24 años de edad, que llegó a la profesión real de su vida: La Dirección Orquestal, en Zurich, Suiza, nada menos que con dos de los genios de tal conocimiento: Sergiu Celibidache y Hermann Scherchen. En tanto que, su interés por la literatura fue compartida en tiempo y espacio con personalidades como Rubén Bonifaz Nuño, Juan Rulfo, Miguel Guardia y Juan José Arreola,... ¿Y qué más agregar? que Don Luis, amó con la misma pasión, los estudios de arquitectura, aún cuando afortunadamente y para premio de todos sus escuchas, fue finalmente la música el arte que lo atrapó con intensidad y con la mayor la formalidad y disciplinas esperadas.

Un beso... Y hasta la próxima charla

anamarialongi@gmail.com