/ miércoles 18 de marzo de 2020

Así es el derecho | Paridad de género en los organismos del Estado

Constantemente hemos hecho referencia a la forma en que el Derecho cambia para adaptarse a la realidad política, económica y social y responder a las necesidades de la población y del Estado en sí, razón por la cual el Poder Legislativo se encuentra siempre en movimiento.

Como ejemplo de la forma en que las leyes se modifican continuamente, tenemos que la semana pasada, que fueron enviadas al Congreso iniciativas de reforma a treinta y un leyes, cuya finalidad es garantizar la paridad de género e incluir en las mismas un lenguaje que garantice dicha paridad. Con dichas reformas los diversos órganos del Estado serán integrados de forma paritaria y se constituirán con el propósito de lograr la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas, buscando su participación en nivel de igualdad en todos los aspectos de la vida pública, política y económica, ya que pese a que la equidad se encuentra contemplada en diversas disposiciones legales, la realidad es que aún faltan muchas acciones para establecerla y se respete, más cuando se trata de la igualdad entre personas de diferente género.

La igualdad de derechos para todo ciudadano parte de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual dispone que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, que por estar dotados de razón y de conciencia deben comportarse fraternalmente los unos con los otros; asimismo está en nuestra Constitución Política y diversas leyes federales y locales, mismas que nos dejan claro que todas las personas cuentan con todos los derechos y libertades, sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Por lo que hace específicamente a la igualdad entre hombres y mujeres, la hallamos en el artículo 4 o de nuestra Carta Magna, la cual retoma los artículos 1 y 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; 2, 3 y 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; el II de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y 1 y 24 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que instituye la igualdad de personas de distinto género como derecho humano, el cual aún requiere de diversas acciones para que esté plenamente garantizado. Los movimientos de grupos feministas agudizados en los últimos meses demuestran que aún existen muchos pendientes del gobierno para con las mujeres, como garantizarles seguridad y equidad, porque existen grandes ejemplos de desigualdad, entre éstos la disparidad de las percepciones salariales de hombres y mujeres, aunque tengan los mismos puestos.

Entre las leyes a modificar están la Federal de Defensoría Pública, la General de Salud, la General de Cultura Física y Deporte, la General de Cambio Climático, la Ley Orgánica de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, la de la Comisión Federal de Electricidad y la del Sistema Público de Radiodifusión, entre otras. Aún no son realidad las reformas mencionadas, pues fueron enviadas a la Cámara de Diputados a fin de proseguir el proceso legislativo, sean aprobadas y posteriormente promulgadas. Es evidente que pronto serán aprobadas, dado el contexto actual, desde hace meses caracterizado por organización creciente de movimientos feministas. Estas reformas contribuirán a hacer más patente el reconocimiento y respeto a la participación de la mujer en el ámbito público y político, y aunque aún hay mucho por hacer para garantizar a las mujeres el goce de todos y cada uno de sus derechos de manera igualitaria, y la seguridad es el más preciado de ellos. Así es el Derecho.

Constantemente hemos hecho referencia a la forma en que el Derecho cambia para adaptarse a la realidad política, económica y social y responder a las necesidades de la población y del Estado en sí, razón por la cual el Poder Legislativo se encuentra siempre en movimiento.

Como ejemplo de la forma en que las leyes se modifican continuamente, tenemos que la semana pasada, que fueron enviadas al Congreso iniciativas de reforma a treinta y un leyes, cuya finalidad es garantizar la paridad de género e incluir en las mismas un lenguaje que garantice dicha paridad. Con dichas reformas los diversos órganos del Estado serán integrados de forma paritaria y se constituirán con el propósito de lograr la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas, buscando su participación en nivel de igualdad en todos los aspectos de la vida pública, política y económica, ya que pese a que la equidad se encuentra contemplada en diversas disposiciones legales, la realidad es que aún faltan muchas acciones para establecerla y se respete, más cuando se trata de la igualdad entre personas de diferente género.

La igualdad de derechos para todo ciudadano parte de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual dispone que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, que por estar dotados de razón y de conciencia deben comportarse fraternalmente los unos con los otros; asimismo está en nuestra Constitución Política y diversas leyes federales y locales, mismas que nos dejan claro que todas las personas cuentan con todos los derechos y libertades, sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Por lo que hace específicamente a la igualdad entre hombres y mujeres, la hallamos en el artículo 4 o de nuestra Carta Magna, la cual retoma los artículos 1 y 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; 2, 3 y 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; el II de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y 1 y 24 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que instituye la igualdad de personas de distinto género como derecho humano, el cual aún requiere de diversas acciones para que esté plenamente garantizado. Los movimientos de grupos feministas agudizados en los últimos meses demuestran que aún existen muchos pendientes del gobierno para con las mujeres, como garantizarles seguridad y equidad, porque existen grandes ejemplos de desigualdad, entre éstos la disparidad de las percepciones salariales de hombres y mujeres, aunque tengan los mismos puestos.

Entre las leyes a modificar están la Federal de Defensoría Pública, la General de Salud, la General de Cultura Física y Deporte, la General de Cambio Climático, la Ley Orgánica de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, la de la Comisión Federal de Electricidad y la del Sistema Público de Radiodifusión, entre otras. Aún no son realidad las reformas mencionadas, pues fueron enviadas a la Cámara de Diputados a fin de proseguir el proceso legislativo, sean aprobadas y posteriormente promulgadas. Es evidente que pronto serán aprobadas, dado el contexto actual, desde hace meses caracterizado por organización creciente de movimientos feministas. Estas reformas contribuirán a hacer más patente el reconocimiento y respeto a la participación de la mujer en el ámbito público y político, y aunque aún hay mucho por hacer para garantizar a las mujeres el goce de todos y cada uno de sus derechos de manera igualitaria, y la seguridad es el más preciado de ellos. Así es el Derecho.